CIUDAD DEL VATICANO — En presencia de la madre del nuevo beato mártir, el papa León XIV rezó para que el beato Floribert Bwana Chui interceda y traiga finalmente la paz al Congo.

“Este mártir africano, en un continente rico en jóvenes, muestra cómo ellos pueden ser fermento de una paz ‘desarmada y desarmante’”, dijo el Papa el 16 de junio durante un encuentro con personas que habían asistido la noche anterior a la beatificación del joven de 26 años.

Gertrude Kamara Ntawiha, madre de Bwana Chui, y sus dos hermanos, Trésor y Jean-Claude, estaban entre los peregrinos presentes en la audiencia con el papa León en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. El Papa saludó a los tres al entrar en la sala y les entregó rosarios especiales.

Bwana Chui era miembro de la rama congoleña de la Comunidad de Sant’Egidio, que lo describió como “un mártir de la corrupción” en la región de Kivu oriental, asolada por la violencia.

Tras graduarse en Derecho en 2006, se convirtió en funcionario de aduanas, conocido por su negativa constante a aceptar sobornos para permitir la entrada de alimentos dañinos y en mal estado al país. Fue secuestrado el 7 de julio de 2007 y su cuerpo fue hallado dos días después, con evidentes signos de tortura.

El papa León, leyendo su discurso en francés, citó lo que el papa Francisco dijo sobre el mártir durante su visita al Congo en 2023: “Él podría haber mirado para otro lado; nadie se habría dado cuenta, y hasta podría haber prosperado. Pero, como era cristiano, rezó. Pensó en los demás y eligió ser honesto, diciendo no a la suciedad de la corrupción. Eso es tener las manos limpias, porque las manos que trafican con dinero fácil se manchan de sangre”.

El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, presidió la ceremonia de beatificación y la misa el 15 de junio en la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma.

El papa León dijo a los peregrinos que la decisión de Bwana Chui de resistir la corrupción “maduró en una conciencia formada por la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la comunión con sus hermanos y hermanas”.

El joven “vivió la espiritualidad de la Comunidad de Sant’Egidio, que el papa Francisco resumió con tres ‘P’: ‘plegaria, pobres, paz’”.

Su servicio a los pobres se centró especialmente en los niños que, debido a la guerra, vivían en las calles de Goma, explicó el Papa. “Los amó con la caridad de Cristo: se interesaba por ellos y se preocupaba por su formación humana y cristiana”.

“Fue un hombre de paz”, dijo el papa León. “En una región que sufre tanto como Kivu, desgarrada por la violencia, libró su batalla por la paz con mansedumbre, sirviendo a los pobres, practicando la amistad y el encuentro en una sociedad lacerada”.

“Este laico congoleño pone de relieve el valioso testimonio de los laicos y de los jóvenes”, agregó el Papa.

“Por intercesión de la Virgen María y del beato Floribert, que se haga pronto realidad la tan ansiada paz en Kivu, en el Congo y en toda África”, rezó el papa León.

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Cindy Wooden