ROMA - Según el máximo diplomático del Vaticano, Rusia ha "tomado nota" de la voluntad de la Santa Sede de mediar entre el Kremlin y Ucrania para poner fin a la guerra, pero no ha dado señales de querer aceptar la oferta.
La Santa Sede está "dispuesta" a ayudar a la mediación, dijo el domingo por la noche el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. "Obviamente, a esta disponibilidad debe responder el deseo de las partes de hacer uso de esta ayuda".
"La parte rusa ha tomado nota", dijo Parolin, "pero hasta ahora no ha habido señales de que tengan la intención de hacer uso de esta disponibilidad".
El domingo 5 de marzo, el Papa Francisco reconoció públicamente al final de su oración semanal del Ángelus que la Santa Sede está dispuesta y preparada para hacer todo lo posible para poner fin a lo que ha descrito como una "masacre" en Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, invadió Ucrania el 24 de febrero, y se han celebrado una serie de negociaciones entre funcionarios de ambos países, pero hasta ahora, han logrado poco. Uno de los acuerdos era la creación de corredores humanitarios para que la gente pudiera huir de Ucrania de forma segura, pero varios informes muestran que los rusos no cumplieron su compromiso de respetar un alto el fuego.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, ya ha manifestado que vería con buenos ojos una mediación de la Santa Sede, al igual que su embajador en el Vaticano.
Parolin dijo a la cadena de televisión italiana Tgcom24 que para el Secretario de Estado del Vaticano "no es importante que se acepte la oferta de la Santa Sede", o si se elige alguna de las otras varias ofertas que se han hecho. Lo que verdaderamente importa, dijo, es que la guerra llegue a su fin.
"Gracias a Dios hay muchas iniciativas", dijo Parolin. "Me parece que hay una gran apertura de la población. El Papa ha dicho esta mañana: 'Me uno a la gente común para pedir el fin de la guerra'. Es importante porque he visto en estos días que hay mucha atención, mucha solidaridad de todos, de la gente común, que clama por el fin de esta guerra."
"Es realmente una petición coral de la que el Papa se hace expresión, pero que comienza a nivel popular en todos los países", dijo el cardenal. "E incluso en la propia Rusia. Por lo que he visto, hay muchos movimientos que piden la paz, y creo que es un signo de esperanza en esta situación que no ofrece muchas esperanzas."
Si ambas partes aceptaran la mediación de la Santa Sede, no sería la primera vez que el servicio diplomático del Vaticano ayudara en un empeño de este tipo. De hecho, el Papa Francisco, como argentino, tiene experiencia de primera mano sobre el papel que puede desempeñar la Iglesia en una mediación a la paz. En diciembre de 1978, el día en que el gobierno militar argentino ordenó la invasión de una serie de islas adjudicadas a Chile por el Arbitraje del Canal de Beagle, el Papa Juan Pablo II llamó por teléfono personalmente a los líderes de ambos gobiernos y les informó de que enviaría a Buenos Aires a un mediador, el cardenal Antonio Samoré.
Tanto Argentina como Chile aceptaron la mediación y se evitó la guerra.