CIUDAD DEL VATICANO -- En la fiesta de Santa Josefina Bakhita, nacida en Sudán, el Papa Francisco rezó por "un futuro de justicia y paz para nuestros hermanos y hermanas en África".
Como es habitual después de un viaje papal, el papa dedicó la parte principal de su audiencia general del 8 de febrero a compartir con los visitantes y peregrinos los momentos más destacados de su visita del 31 de enero al 3 de febrero al Congo y su peregrinación ecuménica a Sudán del Sur del 3 al 5 de febrero con el arzobispo anglicano Justin Welby y el reverendo Iain Greenshields, moderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia.
"Fuimos juntos para dar testimonio de que es posible y un deber colaborar en la diversidad, especialmente si se comparte la fe en Jesucristo", dijo el Papa a los más de 5.000 visitantes y peregrinos reunidos en la sala de audiencias del Vaticano.
"Juntos hemos escuchado la Palabra de Dios, juntos hemos elevado oraciones de alabanza, de súplica y de intercesión", dijo el Papa. "En una realidad tan altamente conflictiva como la de Sudán del Sur, este signo es fundamental, y no hay que darlo por descontado, porque desgraciadamente hay quien abusa del nombre de Dios para justificar la violencia y la opresión."
"Por eso es tan importante testimoniar que la religión es fraternidad, es paz, es comunión; que Dios es Padre y siempre quiere sólo la vida y el bien de sus hijos", dijo el Papa Francisco.
El Congo, dijo a la multitud, es "una tierra rica en recursos y ensangrentada por una guerra que nunca termina, porque siempre hay alguien para alimentar el fuego."
La nación, como gran parte de África, "ha sido colonizada, explotada, saqueada", dijo, y ahora -como dejaron claro los "estremecedores testimonios" de víctimas de secuestros, violaciones y mutilaciones- la codicia por los recursos está matando a la gente.
La entusiasta reunión con los jóvenes congoleños el 2 de febrero en Kinshasa fue un "momento emocionante", dijo. "Les indiqué cinco caminos: oración, comunidad, honestidad, perdón y servicio. Que el Señor escuche su grito, que invoca la paz y la justicia".
El Papa Francisco explicó que viajar a Sudán del Sur con el arzobispo Welby y el reverendo Greenshields era "la culminación de un viaje emprendido hace algunos años, cuando nos reunimos en Roma en 2019 con los líderes sursudaneses, para asumir el compromiso de superar el conflicto y construir la paz."
"Desgraciadamente, el proceso de reconciliación no ha avanzado", dijo. Sudán del Sur se independizó en 2011, pero ha estado plagado de guerra civil y violencia desde 2013, resultado de "la vieja lógica del poder y la rivalidad, que produce guerra, violencia, refugiados y desplazados internos."
El Papa Francisco dijo que él y sus socios ecuménicos instaron a los líderes políticos a "seguir adelante" con las promesas que han hecho y a "decir un 'no' decisivo a la corrupción y al tráfico de armas, y 'sí' al encuentro y al diálogo."