CIUDAD DEL VATICANO -- Cincuenta años después del asesinato de un sacerdote y activista argentino, el Papa Francisco animó a los cristianos a ver en su vida y ministerio un modelo de servicio y cercanía a los pobres.

Recordando al padre Carlos Mugica, un sacerdote asociado al Movimiento de Sacerdotes Argentinos para el Tercer Mundo que atendía a los que vivían en las "villas miserias" de Buenos Aires, el papa instó a los cristianos a mantener sus corazones y sus cuerpos "junto a los que sufren todo tipo de pobreza".

El padre Mugica fue asesinado a tiros después de la misa vespertina del 11 de mayo de 1974 por un agente de la Alianza Anticomunista Argentina, un grupo terrorista organizado por el Estado y creado para eliminar a las personas asociadas con grupos de izquierda.

Para conmemorar su legado 50 años después de su muerte, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, celebró una misa en un estadio de la capital argentina el 12 de mayo y leyó en voz alta la carta del Papa.

"El Padre Carlos alienta aun hoy a que en cada barrio se fortalezca una comunidad que se organiza para acompañar la vida de nuestro pueblo y nos interpela a luchar contra todo tipo de injusticia", escribió el papa, subrayando la necesidad de que las comunidades "a tener un diálogo inteligente con el Estado y con la sociedad".

El padre Mugica "nos enseña a no dejarnos arrastrar por la colonización ideológica, ni por la cultura de la indiferencia. Pidamos al señor que los principios de la Doctrina Social de la Iglesia fructifiquen en nuestras comunidades y, a través de ellas, en toda la vida social”.

El Papa Francisco rezó para que todas las personas puedan encontrar "lugares de integración" dejando de lado "la grieta" y todo aquello que pueda descalificar o excluir a otros de participar en la comunidad y pidió que el clamor de los pobres no sea respondido "con silencios y complicidades, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión".

En su homilía, Mons. García instó a los católicos a permanecer cerca de los pobres, "pues sólo a través de la cercanía que nos hace amigos podemos apreciar en profundidad los valores de los pobres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe".

Los que sufren, dijo, no deben ser meros "objetos de nuestra caridad, sino sujetos protagonistas de su vida que no son rehenes de nadie ni venden sus derechos y su libertad por una bolsa de comida o una promesa electoral."

Jorge Bergoglio conoció al padre Mugica durante unos cursos de teología en Buenos Aires y, como arzobispo de la capital argentina, presidió la ceremonia de traslado de las reliquias del padre Mugica a la capilla donde ejerció durante gran parte de su ministerio sacerdotal.