CIUDAD DEL VATICANO -- Todo el mundo tiene dones y talentos que pueden ser un testimonio público del amor y la misericordia de Dios, dijo el Papa Francisco a un grupo de personas con discapacidad intelectual y sus maestros.
"¡Es hermoso que, en nuestra pequeñez, podamos ser testigos de Jesús, misioneros de su misericordia, misioneros de su amor!", dijo el papa el 15 de abril. "Jesús nos mira y se alegra de nuestro esfuerzo y del amor que somos capaces de trasmitir".
El Papa Francisco hizo sus comentarios en una reunión con miembros de la Fundación Madre de la Esperanza de Talavera de la Reina, un proyecto de la Arquidiócesis de Toledo, España, que proporciona educación y formación profesional a niños y adultos con discapacidad intelectual y promueve su inclusión en la sociedad.
Uno de los proyectos más grandes del grupo cada año es una ceremonia anual de Vía Crucis, que, dijo el Papa, enseña a los involucrados "la humildad de reconocer que no podemos hacerlo solos."
"Hay que preparar muchas cosas; hay que escuchar, aprender, experimentar" para preparar la ceremonia y después "que pedirle al Señor la valentía de salir a la calle, llevando su imagen para que todos lo puedan contemplar".
Al igual que la procesión anual por las calles de la ciudad, dijo el Papa Francisco, sus vidas son
signos externos que transmiten el amor de Dios a los demás a través de sus acciones, canciones y oraciones, aunque no siempre sean conscientes de ello.
El Papa Francisco elogió las obras de arte creadas por algunos miembros de la fundación en sus talleres.
Mientras que la venta de su arte es importante para apoyar económicamente a la fundación, el Papa dijo que "el beneficio del trabajo es mayor para aquellos que reciben estos pequeños objetos" y "ven todo el cariño que ustedes han sido capaces de poner en su fabricación".
"Qué importante sería que en la labor de cada persona fuésemos capaces de ver toda la ilusión de aprender, la paciencia de sus maestros para enseñarles, el trabajo en equipo que es capaz de hacer que las distintas capacidades de cada uno converjan en un resultado final que es de todos", dijo.
El Papa dijo que, cuando trabajan en equipo, los artistas son las manos de Jesús, pero no sólo eso: son también sus pies, su voz y su corazón cuando comparten la alegría de Cristo.
"¿Cómo?", preguntó. "Dando gracias a Dios por sus papás, por sus hermanos, por sus maestros, por sus sacerdotes, por todas las personas que los quieren a ustedes".