CIUDAD DEL VATICANO -- El Papa Francisco ha pedido a los líderes del mundo que eviten cualquier acción o palabra que pueda acrecentar los conflictos actuales y que, en su lugar, impulsen las negociaciones y la paz.
"Que el Espíritu Santo ilumine la mente de los gobernantes, les infunda sabiduría y sentido de la responsabilidad, para evitar cualquier acción o palabra que alimente la confrontación y, en su lugar, apuntar decididamente a una solución pacífica de los conflictos. Hay necesitad de negociar", dijo tras rezar el Ángelus con los visitantes en la Plaza de San Pedro el 23 de junio.
El Papa pidió a la gente que siga "rezando por la paz, especialmente en Ucrania, Palestina e Israel", señalando que pudo ver a alguien entre la multitud que sostenía una bandera de Israel. Rezó por la paz en Gaza, en el norte del Congo y "en la atormentada Ucrania, que tanto sufre; ¡que haya paz!".
En su discurso principal antes del rezo del Ángelus, el Papa dijo que Jesús fortalece la fe de sus discípulos y los hace más valientes con su presencia.
Cuando sus discípulos toman conciencia de su poder y de su presencia, son "más fuertes y dispuestos" a afrontar " os obstáculos y las dificultades, incluido el miedo a aventurarse a proclamar el Evangelio", dijo el Papa.
"Habiendo superado esta prueba con él, sabrán afrontar muchas otras, hasta la cruz y el martirio, para llevar el Evangelio a todos los pueblos", dijo el Papa.
"Y Jesús hace lo mismo con nosotros, particularmente en la Eucaristía: nos reúne en torno a Sí, nos da su Palabra, nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre, y luego nos invita a ponernos en camino, a transmitir a todos lo que hemos oído y a compartir con todos lo que hemos recibido, en la vida cotidiana, incluso cuando es difícil", dijo.
Antes de la oración del mediodía, el Papa Francisco fue a rezar ante los restos de su confesor fallecido, el padre franciscano Manuel Blanco Rodríguez.
El Papa acudió a primera hora de la mañana del 23 de junio a la iglesia del sacerdote en el barrio Trastevere de Roma, la Iglesia de los Santi Quaranta Martiri e San Pasquale Baylon, para presentar sus respetos.
El sacerdote español, fallecido el 20 de junio, tenía 85 años y vivía en Roma desde hacía 44 años.
Después del Ángelus, el Papa Francisco dijo a los visitantes que el sacerdote había sido "superior, confesor y hombre de consejo".
"Al recordarlo, quisiera hacer memoria de tantos hermanos franciscanos, confesores, predicadores, que honraron y honran a la Iglesia de Roma. ¡Gracias a todos ellos!", dijo.