CIUDAD DEL VATICANO — Las vidas de San John Henry Newman y de todos los santos enseñan a los cristianos que “es posible vivir apasionadamente en medio de la complejidad del presente, sin dejar de lado el mandato apostólico: brillen como haces de luz en el mundo”, afirmó el Papa León XIV.

Durante la Misa del 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, el Papa clausuró el Jubileo del Mundo de la Educación y proclamó a San Newman como el 38º doctor de la Iglesia, incluyéndolo entre los hombres y mujeres de Oriente y Occidente que han hecho contribuciones decisivas a la teología y la espiritualidad.

Días antes, el Papa León ya lo había nombrado oficialmente copatrono de la educación, junto con Santo Tomás de Aquino.

San Newman nació en Londres el 21 de febrero de 1801, fue ordenado sacerdote anglicano en 1825, se convirtió al catolicismo en 1845 y fue creado cardenal en 1879 por el Papa León XIII. Falleció en 1890.

A la Misa donde fue declarado doctor asistieron importantes miembros de la Iglesia Anglicana de Inglaterra y del gobierno británico. La delegación anglicana estuvo encabezada por el arzobispo Stephen Cottrell de York, actualmente el prelado de más alto rango en la Iglesia de Inglaterra. La representación gubernamental fue liderada por David Lammy, viceprimer ministro del Reino Unido y secretario de Estado de Justicia.

Saludando públicamente al arzobispo Cottrell al final de la Misa, el Papa León pidió que San Newman “acompañe el camino de los cristianos hacia la plena unidad”.

Durante la celebración se colgó en el balcón central de la Basílica de San Pedro el mismo estandarte que se usó en la Misa de canonización de San Newman en 2019. Sus reliquias fueron colocadas sobre una mesa cerca del altar.

Aunque en la presentación preparada por el Dicasterio para las Causas de los Santos se citaban los aportes de Newman a la teología, la filosofía y la educación universitaria, el Papa León eligió citar en su homilía el poema del santo británico “Lead, Kindly Light”, hoy un popular himno religioso.

“En esa hermosa oración” de San Newman, dijo el Papa, “nos damos cuenta de que estamos lejos de casa, que nuestros pies vacilan, que no logramos descifrar con claridad el horizonte. Pero nada de esto nos detiene, porque hemos encontrado la Guía” en Jesús.

“Lead, Kindly Light, amid th’encircling gloom, Lead Thou me on” (“Guía, Luz bondadosa, en medio de la oscuridad que me rodea, guíame tú”), citó el Papa en inglés mientras leía su homilía en italiano.

Dirigiéndose a los docentes, profesores y educadores reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa León afirmó: “Es tarea de la educación ofrecer esta Luz amable a aquellos que, de otro modo, podrían quedarse prisioneros de las sombras particularmente insidiosas del pesimismo y el miedo”.

El Papa les pidió a los educadores “contemplar y señalar esas constelaciones que transmiten luz y orientación en nuestro presente oscurecido por tantas injusticias e incertidumbres”.

También los animó “a garantizar que las escuelas, universidades y todo contexto educativo —incluso los informales o callejeros— sean siempre puertas de entrada a una civilización del diálogo y de la paz”.

Otra cita de San Newman —“Dios —escribía—me ha creado para hacerle algún servicio definido. Me ha encomendado alguna obra que no ha dado a otro”— expresa, según el Papa, “el misterio de la dignidad de cada persona humana y también el de la variedad de los dones distribuidos por Dios”.

Los educadores católicos, dijo, no solo tienen la obligación de transmitir información, sino de ayudar a sus alumnos a descubrir cuánto los ama Dios y que Él tiene un plan para sus vidas.

“La vida brilla no porque seamos ricos, bellos o poderosos”, afirmó el Papa. “Brilla cuando descubrimos en nosotros mismos la verdad de que hemos sido llamados por Dios, que tenemos una vocación, una misión, que nuestras vidas están al servicio de algo más grande que nosotros mismos”.

“Cada criatura tiene un papel que desempeñar”, añadió. “La contribución que cada uno tiene para ofrecer es de un valor único, y la tarea de las comunidades educativas es alentar y valorar esa contribución”.

"En el centro de los itinerarios educativos", continuó el Papa León, no deben estar individuos abstractos, sino personas de carne y hueso, especialmente aquellas que parecen no producir, según los parámetros de una economía que excluye y mata. Estamos llamados a formar personas, para que brillen como estrellas en su plena dignidad."

David Lammy, el representante del gobierno británico, dijo a Catholic News Service que tuvo el “gran honor y privilegio” de reunirse con el Papa León antes de la Misa.

Como miembro de la tradición anglo-católica dentro de la Iglesia de Inglaterra, afirmó que “John Henry Newman encapsula profundamente los vínculos entre nuestros países y entre las comunidades cristianas, en todo el ámbito cristiano”.

La proclamación fue “un momento de unidad y reflexión”, señaló Lammy. “No es solo un honor religioso, sino un poderoso gesto de cohesión que muestra cómo al comprometernos con nuestras diferencias también podemos unirnos”.

El legado de San Newman, agregó, “nos recuerda que la historia religiosa del Reino Unido va más allá de una sola tradición. Ha sido enriquecida por el pensamiento, la valentía y la contribución del catolicismo”.

Además, el viceprimer ministro aseguró: “Creo que su vida y sus escritos muestran cómo la fe y la razón juntas pueden guiar el liderazgo moral, la diplomacia y la compasión. En una era de polarización, la insistencia de Newman en la reflexión moral nos llama a volver a lo que realmente importa: el liderazgo al servicio de lo justo y correcto, un principio que debería orientar nuestra política”.

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Cindy Wooden