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El Papa habla de abusos, Trump y seguir a Francisco

CIUDAD DEL VATICANO — El abuso sexual clerical sigue siendo “una crisis real”, una que la Iglesia católica aún debe aprender a afrontar, especialmente en la forma en que ayuda a las víctimas y garantiza el respeto por los derechos de los acusados, dijo el papa León XIV.

“Sería ingenuo de mi parte o de parte de cualquiera” pensar que despedir al agresor y otorgar una compensación económica a la víctima resuelve completamente un caso, “como si esas heridas fueran a desaparecer por eso”, dijo el papa en una entrevista para un libro de Elise Allen, periodista.

Para la biografía de Allen, “León XIV: Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI”, el Papa habló sobre una amplia gama de temas, incluyendo la crisis de abusos, el presidente de EE.UU. Donald Trump, la guerra en Gaza, la política vaticana hacia China, la apertura de la Iglesia a los católicos LGBTQ, el rol de la mujer en la Iglesia y la celebración de la misa en latín anterior al Concilio Vaticano II.

Fragmentos de la entrevista, realizada el 30 de julio y que constituye la segunda conversación de Allen con el papa, fueron publicados el 14 de septiembre, pero la transcripción completa se difundió el 18 de septiembre junto con la publicación de la edición en español del libro por Penguin Perú.

El papa León afirmó que, si bien la Iglesia ha adoptado leyes y políticas más estrictas para prevenir y castigar los abusos, no puede decirse que la crisis haya terminado.

“Esto seguirá tomando tiempo porque a las víctimas hay que tratarlas con gran respeto y con la comprensión de que quienes han sufrido heridas muy profundas a causa del abuso a veces cargan con esas heridas toda su vida”, dijo.

Al mismo tiempo, señaló, existe el “factor complicador” de garantizar los derechos del acusado.

“Las estadísticas muestran que más del 90% de las personas que presentan acusaciones son auténticamente víctimas. Están diciendo la verdad. No se están inventando nada”, dijo. “Pero también ha habido casos comprobados de acusaciones falsas. Hay sacerdotes cuyas vidas han sido destruidas por ello”.

Incluso cuando la acusación está bien fundada, dijo el papa, el acusado tiene derecho a la presunción de inocencia y al debido proceso.

“Pero incluso decir eso a veces causa más dolor a las víctimas”, reconoció el papa León.

Sobre el presidente Trump, el papa León dijo que no lo ha conocido ni ha hablado con él, aunque su hermano Louis sí lo ha hecho y “ha sido muy expresivo respecto a sus opiniones políticas”.

Trump “a veces ha dejado claro” su interés por cuestiones de dignidad humana y por la promoción de la paz, dijo el papa. “En esos esfuerzos, yo querría apoyarlo”.

“Estados Unidos es un actor poderoso en el plano mundial, eso hay que reconocerlo”, dijo, pero “a veces las decisiones se toman más en función de la economía que de la dignidad humana”, como sucede con la política migratoria actual, y la Iglesia seguirá cuestionando ese enfoque.

El papa León evitó profundizar sobre “algunas de las cosas que se han dicho sobre el episcopado en Estados Unidos y la relación entre la Iglesia y la política”. Sin embargo, señaló: “El hecho de que yo sea estadounidense significa, entre otras cosas, que no pueden decir, como decían de Francisco, ‘él no entiende Estados Unidos; simplemente no ve lo que está pasando’”.

Respecto a la guerra en Gaza, el papa León dijo a Allen que “la palabra genocidio se está usando cada vez más. Oficialmente, la Santa Sede no considera que pueda hacerse una declaración al respecto en este momento. Existe una definición muy técnica de lo que puede ser un genocidio, pero cada vez más personas están planteando el tema, incluidas dos organizaciones de derechos humanos en Israel”.

Sobre China y la mayoría de los temas tratados en la entrevista, el papa dijo que seguirá el camino trazado por el papa Francisco.

“No pretendo en absoluto ser más sabio ni más experimentado que quienes me precedieron”, dijo.

Sin embargo, antes de ser elegido papa, visitó varias veces China, y afirmó que mantiene “un diálogo constante con diversas personas, chinas, de ambos lados de algunos de los temas”, en especial sobre la cooperación con el gobierno para que la Iglesia pueda operar abiertamente, al tiempo que respeta a los católicos chinos que han sido perseguidos por negarse a unirse a la Iglesia controlada por el Estado.

Criticas a la “obsesión” occidental con la sexualidad

En la entrevista, el papa León XIV retomó una advertencia hecha por un cardenal de Oriente durante el Sínodo sobre la Sinodalidad convocado por el papa Francisco, señalando que “el mundo occidental está obsesionado con la sexualidad”.

“Para algunas personas, la identidad gira exclusivamente en torno a la identidad sexual, y para muchas personas en otras partes del mundo, eso no es un tema primordial en cuanto a cómo debemos relacionarnos unos con otros”, explicó el pontífice.

El papa reconoció que ese comentario sigue resonando en su mente, especialmente al observar cómo los temas relacionados con las personas LGBTQ han polarizado fuertemente a la Iglesia. “Confieso que eso sigue en el fondo de mi mente, porque, como hemos visto en el sínodo, cualquier cuestión relacionada con personas LGBTQ genera una gran polarización dentro de la Iglesia”, afirmó. “Por ahora, dado lo que ya he intentado demostrar y vivir como papa en este momento de la historia, trato de no seguir polarizando ni fomentar la polarización en la Iglesia”.

En lugar de centrar el debate en etiquetas o identidades, León XIV afirmó que su enfoque pastoral se inspira en el ejemplo de Francisco: “Todos están invitados, pero no invito a una persona por su identidad específica o por no tenerla. Invito a una persona porque es hijo o hija de Dios”.

“Están todos bienvenidos. Conozcámonos, respetémonos”, dijo, agregando que otros temas específicos surgirán con el tiempo y serán abordados en su momento.

El papa también reconoció que muchas personas quieren que la Iglesia cambie su doctrina sobre la homosexualidad, pero advirtió que “antes de pensar siquiera en cambiar lo que la Iglesia enseña sobre cualquier tema, debemos cambiar nuestras actitudes”.

Consideró “altamente improbable”, al menos en el futuro cercano, que la doctrina de la Iglesia sobre sexualidad y matrimonio cambie: “Seguiré hablando del valor de la familia como la unión de un hombre y una mujer en un compromiso solemne, bendecido en el sacramento del matrimonio, tal como lo hizo el papa Francisco cuando era papa”.

Reconoció que esta afirmación puede generar rechazo en algunos sectores, y criticó a grupos eclesiales del norte de Europa que ya han comenzado a organizar bendiciones rituales para “personas que se aman”, como forma de aprobar las uniones del mismo sexo. Estas acciones, señaló, van “directamente en contra del documento aprobado por el papa Francisco, Fiducia Supplicans, que básicamente dice: por supuesto que podemos bendecir a todas las personas, pero no se busca ritualizar algún tipo de bendición porque eso no es lo que enseña la Iglesia”.

“No significa que esas personas sean malas, pero creo que es muy importante entender cómo aceptar a otros que son distintos a nosotros, cómo aceptar a personas que toman decisiones en su vida y respetarlas”, añadió.

Respecto a las presiones para que la Iglesia reconozca formalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo o apruebe el transgenerismo, el papa fue claro: “Los individuos serán aceptados y acogidos”, y señaló que cualquier sacerdote que confiese regularmente ha escuchado “todo tipo de historias, de personas con todo tipo de estados de vida y decisiones”, y que no las juzgará. “Pero por ahora, la enseñanza de la Iglesia continuará tal como está”.

Sobre la Misa tridentina y la necesidad de diálogo sin polarización

Consultado sobre la celebración de la Misa según el rito anterior al Concilio Vaticano II, el papa León XIV reconoció que ha recibido numerosas solicitudes y cartas sobre el tema.

“La gente siempre habla de ‘la Misa en latín’. Bueno, uno puede celebrar la Misa en latín ahora mismo. Si es el rito del Vaticano II, no hay problema”, explicó. “Obviamente, entre la Misa tridentina y la Misa del Vaticano II —la Misa de Pablo VI—, no estoy seguro hacia dónde se encamina la situación. Es, sin duda, algo muy complicado”.

El pontífice lamentó que la cuestión litúrgica se haya convertido en un nuevo frente de polarización dentro de la Iglesia. “La liturgia se ha utilizado como excusa para impulsar otros temas. Se ha vuelto una herramienta política, y eso es muy desafortunado”, dijo.

Reconoció que algunos abusos en la celebración de la liturgia del Vaticano II generaron frustración en quienes buscaban “una experiencia más profunda de oración, de contacto con el misterio de la fe, que creen encontrar en la celebración de la Misa tridentina”. Para el papa, el desafío radica en recuperar una liturgia bien celebrada: “Si celebramos adecuadamente la liturgia del Vaticano II, ¿realmente se encuentra tanta diferencia entre una experiencia y la otra?”.

León XIV confesó que aún no ha tenido oportunidad de sentarse con un grupo de defensores del rito tridentino, pero espera que pronto se presenten esas instancias. “Tal vez con la sinodalidad debamos sentarnos y hablar sobre esto”, propuso. “Es un tema que se ha vuelto tan polarizado que la gente ni siquiera está dispuesta a escucharse. He escuchado obispos decirme que los invitan a espacios de diálogo y simplemente no quieren participar. Ni siquiera quieren hablar del tema. Ese es un problema en sí mismo. Significa que estamos en el terreno de la ideología, ya no en la experiencia de comunión eclesial. Y ese es uno de los temas en la agenda”.

Angelus News contribuyó con este informe.

Cindy Wooden
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