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CIUDAD DEL VATICANO -- Las mujeres discípulas, que fueron las primeras en encontrarse con Jesús resucitado, ofrecen una lección a todos los cristianos: "A Jesús se le encuentra dando testimonio de Él", dijo el Papa Francisco.

Toda la ciudad de Jerusalén había visto a Jesús crucificado en la cruz, sin embargo, las mujeres que encuentran su tumba vacía corren a compartir la buena noticia de que está vivo, dijo el Papa antes de recitar la oración "Regina Coeli" con los visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro el 10 de abril, Lunes de Pascua, día feriado en Roma.

La experiencia de las mujeres discípulas es un recordatorio, dijo el Papa, de que "cuando se encuentra a Jesús, ningún obstáculo puede impedirnos anunciarlo".

"En cambio, si nos guardamos solo para nosotros su alegría", dijo, "tal vez sea porque todavía no lo hemos encontrado de verdad".

El Papa Francisco también aprovechó para conmemorar el 25 aniversario del Acuerdo del Viernes Santo, que puso fin a unos 30 años de violencia sectaria en Irlanda del Norte.

"Con espíritu de gratitud, ruego al Dios de la paz que lo conseguido en aquel histórico paso se consolide en beneficio de todos los hombres y mujeres de la isla de Irlanda", dijo el Papa.

El Papa Francisco comenzó su discurso principal, un comentario sobre la lectura del Evangelio del día, pidiendo a la gente que pensara por qué Jesús resucitado se apareció primero a las discípulas.

Es sencillo, dijo, las mujeres fueron las primeras en ir a la tumba de Jesús.

Aunque estaban de luto como todos los discípulos y también asustadas, "no se quedaron en casa paralizadas por la tristeza y el miedo", dijo el Papa. Van a la tumba a ungir su cuerpo y "aquel gesto de amor prevalece por encima de todo".

El Evangelio de Mateo dice que un ángel les dice a las mujeres que Cristo ha resucitado y, mientras las mujeres corren a dar la noticia a los discípulos, "Jesús les salió al encuentro en el camino y las saludó."

Con demasiada frecuencia, dijo el Papa, los cristianos parecen pensar que mantendrán a Jesús más cerca de ellos si no hablan a nadie de él. O, al menos, no tendrán que enfrentarse a juicios, críticas o preguntas que no saben cómo responder.

Pero "esto no es suficiente", dijo el Papa. Las buenas noticias son para compartirlas.

Pensando en las mujeres discípulas, el Papa Francisco preguntó a la gente en la plaza: "¿Cuándo fue la última vez que diste testimonio de Jesús?" y rezó para que María " nos ayude a ser alegres anunciadores del Evangelio".