El papa Francisco condenó el ataque a una aldea congoleña que provocó la muerte de siete personas, incluida una monja, después de que un hombre armado saqueara y quemara casas y un centro de salud local.
Antes de concluir su audiencia general del 26 de octubre, el Papa dijo que estaba "horrorizado" por el ataque que sigue "manchando de sangre la República Democrática del Congo."
"Expreso mi firme condena por el inaceptable asalto que tuvo lugar en los últimos días en Maboya, en la provincia de Kivu del Norte, donde fueron asesinadas personas desarmadas, entre ellas una religiosa dedicada a la asistencia sanitaria", dijo el Papa.
"Rezamos por las víctimas y sus familias, así como por la comunidad cristiana y los habitantes de esa región, agotados por la violencia desde hace demasiado tiempo", dijo.
Según Fides, la agencia de noticias del Dicasterio para la Evangelización, el ataque se produjo la noche del 19 de octubre, cuando los militantes saquearon e incendiaron varias casas antes de destruir un centro de salud gestionado por la Diócesis de Butembo-Beni.
Varios aldeanos, según la Agencia Fides, dijeron que los atacantes eran miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas, un grupo militante ugandés aliado con el llamado Estado Islámico.
La hermana Marie-Sylvie Kavuke Vakatsuraki, miembro de las Hermanitas de la Presentación de Nuestra Señora en el Templo, que ejercía de médico, y uno de sus pacientes murieron después de que los militantes prendieran fuego al centro de salud.
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada publicada el 24 de octubre, el padre Marcelo Oliveira, jefe de los Misioneros Combonianos en el Congo, dijo que cuando se dio cuenta de que la aldea estaba siendo atacada, la hermana Marie-Sylvie llamó a la parroquia local para avisarles, lo que permitió a los sacerdotes y a los religiosos y religiosas del lugar escapar.
El Papa Francisco también renovó su llamamiento a la paz en la "martirizada Ucrania", donde la guerra en curso con Rusia entró en su octavo mes. Según Associated Press, las autoridades ucranianas han pedido a sus ciudadanos que no vuelvan a casa, ya que Rusia continuó con sus ataques a la infraestructura energética del país.
"Que el Señor proteja a esas personas y nos lleve a todos al camino de la paz duradera", dijo el Papa.