SINGAPUR -- Al llegar a Singapur procedente de Timor Oriental, el Papa Francisco hizo la mayor transición de su viaje de 12 días a Asia y el Pacífico, pasando de uno de los países más pobres del mundo a uno de los más ricos y de uno de los más jóvenes a uno de los más viejos.
El Papa aterrizó en Singapur el 11 de septiembre, última escala de su viaje del 2 al 13 de septiembre. Él, su séquito y los 75 periodistas que viajaban con él volaron cuatro horas en Aero Dili, la aerolínea nacional de Timor Oriental, que sólo tiene un avión.
Según el World Population Review, la edad media de la población de Singapur es de 38,9 años, en contraste con la edad media mundial de 31 años. En Timor Oriental, donde el Papa había pasado los dos días anteriores, la edad media es de sólo 20 años.
Singapur está considerada la cuarta nación más rica del mundo, según su producto interior bruto. Timor Oriental ocupa el puesto 172 de 196 naciones, según el Banco Asiático de Desarrollo.
A su llegada al aeropuerto de Singapur, el Papa Francisco fue recibido por Edward Tong, ministro de Cultura, Comunidad y Juventud, y cuatro niños, que bailaron un poco y ofrecieron flores.
El Papa y Tong mantuvieron un breve encuentro en el interior del aeropuerto antes de que el Papa Francisco se subiera a un carrito de golf eléctrico -cubierto a causa de la lluvia- e hiciera un pequeño recorrido por los caminos ajardinados del aeropuerto para saludar a cientos de personas que le esperaban para darle la bienvenida.
A continuación, el Papa se dirigió al Centro de Retiros San Francisco Javier, donde se alojaba. Por la tarde, tenía previsto mantener un encuentro privado con los jesuitas de Singapur, pero no tenía nada más en su agenda oficial.