CIUDAD DEL VATICANO -- Defender la vida de los no nacidos debería ser un signo de solidaridad "con todos los descartados del mundo", dijo el Papa Francisco en un mensaje enviado desde su habitación de hospital a un grupo provida italiano.
El compromiso del Movimiento por la Vida de Italia, "en sintonía con el de toda la Iglesia", pone en el centro de su preocupación "la dignidad de la persona, y privilegia a los más débiles", dijo el Papa en un mensaje firmado el 5 de marzo "desde el Policlínico Gemelli", donde ha estado hospitalizado desde el 14 de febrero.
Miles de personas de toda Italia se reunieron en el Vaticano el 8 de marzo para celebrar el 50 aniversario del movimiento y participar en los actos del Jubileo del Mundo del Voluntariado. Los miembros del movimiento atienden 350 centros de asistencia en todo el país, gestionan una línea de atención telefónica las 24 horas del día, atienden hogares para mujeres embarazadas en dificultades y para madres recientes y sus bebés, y han ayudado a establecer 64 "ventanillas para bebés" en hospitales públicos donde las madres en dificultades pueden dejar a sus recién nacidos.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de estado vaticano, celebró la Misa para el grupo en la basílica de San Pedro y leyó el mensaje del Papa.
"Junto con la solidaridad concreta, vivida con el estilo de cercanía y proximidad a las madres en dificultad por un embarazo difícil o inesperado, ustedes promueven la cultura de la vida en un sentido amplio", decía el mensaje del Papa. "Y tratan de hacerlo con franqueza, amor y tenacidad, manteniendo estrechamente unidas la verdad y la caridad hacia todos".
Construir una "cultura de la vida", dijo el Papa, incluye ayudar a las mujeres que se sienten presionadas a abortar.
"Sigan apostando por las mujeres, por su capacidad de acogida, generosidad y valentía", dijo el Papa. "Las mujeres deben poder contar con el apoyo de toda la comunidad civil y eclesial".
El Papa Francisco recordó que, en los últimos 50 años, "lamentablemente se ha extendido la cultura del descarte", por lo que "sigue siendo más necesario que nunca que personas de todas las edades se dediquen concretamente al servicio de la vida humana, sobre todo cuando es más frágil y vulnerable".
"Una sociedad justa", dijo, "no se construye eliminando a los niños no deseados, a los ancianos que ya no son autónomos o a los enfermos incurables".
"El niño no nacido representa, por excelencia, a todo hombre y mujer que no cuenta y no tiene voz", escribió el Papa Francisco. "Ponerse de su parte significa ser solidario con todos los descartados del mundo".