CIUDAD DEL VATICANO -- Los educadores deben adaptarse siempre, permanecer empáticos y crecer con sus alumnos, dijo el Papa Francisco a los profesores católicos.
Sin embargo, deben "tener cuidado con la colonización ideológica", dijo en un discurso el 12 de noviembre a los miembros de la Unión Mundial de Profesores Católicos y a los participantes en su asamblea general en Roma.
"Una cosa es seguir la cultura del momento, hablar el lenguaje del momento, pero otra cosa es dejarse colonizar ideológicamente", dijo.
"Por favor, tengan cuidado de formar a los profesores de manera que puedan discernir una novedad que les ayude a crecer y una ideología, una colonización ideológica", dijo el Papa. "Hoy, la colonización ideológica está destruyendo la personalidad humana y puede ser desastrosa cuando se aplica en la educación".
Los profesores trabajan con seres humanos que, cuando son jóvenes, "cambian de año en año, y a veces de mes en mes. Además, los jóvenes de una generación difieren de los de la siguiente", dijo.
Por ello, dijo, los educadores "deben reevaluar continuamente sus propias motivaciones y sus métodos. No pueden ser rígidos. La rigidez destruye la educación".
Cada año un profesor debe empezar de nuevo con nuevas clases y alumnos, y debe "renovar su capacidad de empatía y comunicación", dijo.
Como red que pretende animar y motivar a los profesores "para que sean plenamente conscientes de su importante misión como educadores y testigos de la fe", dijo el Papa Francisco, la Unión Mundial de Profesores Católicos está ahí para ayudar a los profesores a "mantener su deseo de crecer junto a sus alumnos, para encontrar las formas más eficaces de transmitir la alegría de aprender y el deseo de la verdad, empleando un lenguaje y unas formas culturales adecuadas a los jóvenes de hoy."
Pero, dijo, los profesores deben encontrar el justo equilibrio en el uso del "lenguaje adecuado a las formas culturales de hoy" y evitar la "colonización ideológica".
"La presencia de los educadores cristianos en las comunidades escolares es de vital importancia", dijo.
Deben ser "capaces de establecer relaciones genuinas con los alumnos y de comprender sus necesidades más profundas, sus preguntas, sus miedos y sus sueños", dijo, pero también "capaces de testimoniar -sobre todo con su vida, pero también con sus palabras- que la fe cristiana abarca toda la experiencia humana, que aporta luz y verdad a todos los ámbitos de la existencia, sin excluir nada, sin cortar las alas a los sueños de los jóvenes, sin empobrecer sus aspiraciones".
La Iglesia cree desde hace tiempo que el objetivo de la educación no es sólo enseñar conceptos "sino la formación integral de cada persona humana en todas sus dimensiones", dijo.
La enseñanza es una gran responsabilidad, dijo el Papa, y es una gran oportunidad para guiar a los jóvenes "con sabiduría y respeto, por los caminos del mundo y de la vida, ayudando a abrir sus mentes a lo verdadero, lo bello y lo bueno".