CIUDAD DEL VATICANO -- La persecución ha llevado a la gente a difundir -no a olvidar- el Evangelio en los muchos lugares a los que van, dijo el Papa Francisco.

"Pienso en tantos cristianos que, en nuestro tiempo, se ven obligados a huir de su tierra. Hombres y mujeres que, como los primeros creyentes, huyen llevando consigo la palabra recibida", dijo el Papa Francisco el 16 de febrero durante un encuentro con una delegación representante de las Sociedades Bíblicas Unidas.

"Atesoran su fe como el tesoro que da sentido a las circunstancias difíciles, a veces terribles, que deben afrontar; abrazando la cruz de Cristo, veneran la Palabra de Dios que permanece para siempre", dijo.

Los Hechos de los Apóstoles describen a los primeros cristianos difundiendo la palabra de Dios, dijo, y cómo, con el poder y la guía del Espíritu Santo, los Apóstoles explican "el significado de las Escrituras a la luz del misterio de Jesucristo, y advierten contra quienes la utilizan con malas inclinaciones o por intereses mezquinos".

Los altibajos experimentados por la Iglesia primitiva son similares a lo que sucede hoy, dijo el Papa Francisco. "La Palabra es proclamada, escuchada y vivida en circunstancias favorables y desfavorables, de diferentes maneras y con diferentes expresiones, afrontando graves dificultades y persecuciones en un mundo a menudo sordo a la voz de Dios."

Los Hechos de los Apóstoles muestran que la Iglesia naciente "vive de la Palabra, la proclama y, perseguida, huye con ella como su único equipaje", dijo. "Por eso, las persecuciones se convierten en oportunidades para difundir la palabra, para no olvidarla nunca".

La red mundial de Sociedades Bíblicas trabaja en más de 240 países y territorios y ha servido a 4.000 millones de personas con traducciones de la Biblia, según su sitio web. Además de traducir y distribuir Biblias, llevan a cabo programas de alfabetización para los que no saben leer y elaboran materiales para los discapacitados visuales y los sordos.

Las Sociedades Bíblicas Unidas han traducido toda la Biblia a las lenguas de más de la mitad de la población mundial y su objetivo es completar otros 1.200 proyectos de traducción en los próximos 20 años.