El principal diplomático del Papa Francisco, el cardenal italiano Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, tiene COVID-19. Presenta síntomas leves, según informó el Vaticano.

El arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, también dio positivo. Sin embargo, hasta el mediodía del martes, hora de Roma, no presentaba síntomas.

La oficina de prensa del Vaticano no reveló si habían estado recientemente en contacto con el Papa Francisco.

El arzobispo Edgar Pena Parra, secretario suplente de asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, el 5 de septiembre de 2019.  (Foto CNS/Paul Haring)

Según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins, 27 personas en el Vaticano tuvieron coronavirus. Mas de 5,55 millones de personas en todo el mundo murieron por el virus.

Entre los que han dado positivo desde que se declaró la pandemia en marzo de 2020, se encuentran varios miembros de la Guardia Suiza, el ejército que protege al Papa. El pasado mes de octubre, tres miembros de este ejército que se  negaron a vacunarse contra el COVID-19, abandonaron voluntariamente y regresaron a Suiza.

Disposiciones anti-COVID

El 12 de enero, el Vaticano anunció una actualización de sus normas sobre COVID para frenar la propagación del coronavirus. Se exige que todos los empleados se vacunen contra el virus o demuestren que se han recuperado recientemente de la enfermedad.

Además, se suspenden temporalmente los viajes no esenciales relacionados con el trabajo. Se exige el uso de mascarillas en el exterior y mascarillas FFP2 en el interior. También se ajustan las normas de cuarentena para quienes hayan estado en contacto con un caso positivo. Por consiguiente, no se exije aislamiento para quienes tengan el refuerzo de la vacunación.

De manera similar, el Estado también exige el "super pase verde" -ciclo completo de vacunación, refuerzo incluido. Aplica a empleados, becarios y colaboradores externos. También a visitantes de los Museos Vaticanos, los jardines y el palacio apostólico de Castel Gandolfo. Las conferencias tendrán un aforo reducido del 35%. Las restricciones aplican también a las personas que deseen comer en el interior, como en una cafetería vaticana.

Finalmente, los empleados del Vaticano que no tengan la vacuna completa contra el COVID no podrán acceder a su lugar de trabajo. Serán considerados "ausentes sin permiso", lo que significa que no cobrarán esos días. Las sanciones podrían aumentar para aquellos que tengan una "ausencia injustificada" prolongada.