CIUDAD DEL VATICANO -- Sólo Jesús puede liberar a la humanidad del odio y la violencia, dijo el Papa Francisco el Domingo de Ramos.

"Jesús entró en Jerusalén como rey humilde y pacífico", dijo el Santo Padre después de celebrar la Misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro. Rezó para que los fieles abran su corazón al Señor porque sólo Él "puede librarnos de la enemistad, del odio, de la violencia, porque Él es la misericordia y el perdón de los pecados".

Durante un día soleado y ventoso, un total de aldedor de 60.000 personas asistieron a la Misa del 24 de marzo, que comenzó con una solemne procesión de cientos de personas portando ramas de palma verdes, seguidas por unos 60 cardenales y obispos, portando "palmurelli", palmas de color verde pálido tejidas y trenzadas.

Vestido con ornamentos rojos, el color de la Pasión, el Papa Francisco presidió la Misa, el solemne inicio de la Semana Santa, pero no pronunció la homilía y no se leyó ningún comentario preparado. El cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, fue el celebrante principal en el altar.

El Vaticano no explicó por qué no hubo homilía. El bolletino de la Oficina de Prensa del Vaticano sobre la celebración indicó que "al final de la proclamación de la Pasión del Señor según San Marcos hubo un momento de silencio y oración antes de reanudar la celebración".

El Papa leyó unas breves palabras después de rezar el Ángelus, saludó a los cardenales presentes desde su silla de ruedas y viajó en el papamóvil durante unos 15 minutos saludando con entusiasmo a los fieles, saludando con la mano, haciendo gestos, levantando los pulgares y, de vez en cuando, hablándole a las personas que veía.

En sus breves declaraciones, expresó su pesar por el atentado mortal perpetrado en Moscú el 22 de marzo, en el que murieron más de 130 personas en el interior de una sala de conciertos abarrotada.

Rezó por las víctimas de este "cobarde atentado terrorista" y pidió la conversión de los " corazones de quienes planean, organizan y llevan a cabo estas acciones inhumanas, que ofenden a Dios, que ordenó: 'No matarás'".

El Papa extendió sus oraciones a todas las personas que sufren a causa de la guerra, en particular al pueblo de Ucrania, "donde tantas personas se encuentran sin electricidad a causa de los intensos ataques contra las estructuras que además de causar muerte y sufrimiento conllevan el riesgo de una catástrofe humanitaria aún mayor".

También pidió que no se olvide a la población de Gaza que "tanto sufre" y a los muchos otros lugares que viven en medio de la guerra.