CIUDAD DEL VATICANO -- Las personas de fe están llamadas a defender la vida y la dignidad humana, independientemente de las diferencias religiosas, económicas, políticas o sociales, dijo el Papa Francisco.

"Para el creyente cada persona es sagrada", dijo a los voluntarios de la Cruz Roja Italiana el 6 de abril. "Toda creación humana es amada por Dios y, por ello, portadora de derechos humanos inalienables".

El Papa se dirigió a unos 6.000 voluntarios vestidos con uniformes rojos con motivo del 160 aniversario de la Cruz Roja Italiana, que, según dijo, desde su fundación en 1864 ha realizado actos de caridad en favor de personas sin distinción de "nacionalidad, clase social, religión u opinión política". Les instó a defender siempre el "valor supremo de la vida" y a defender a los más vulnerables de la sociedad, en particular a los niños.

El Papa Francisco destacó específicamente la difícil situación de los niños ucranianos que buscaron refugio en Italia debido a la guerra, lamentando: "Estos niños no sonríen; han olvidado la capacidad de sonreír", dijo. "Esto es terrible para un niño. Pensemos en esto".

El Papa condenó la sociedad "egocéntrica" de hoy, más centrada en el "yo" que en el "nosotros", y pidió a los voluntarios que no rechacen o descarten a una persona por su condición física, sus capacidades, su lugar de origen o su estatus social.

Cada persona "tiene su propia dignidad y merece nuestra atención", dijo. "Os exhorto a seguir estando cerca de los hermanos y hermanas necesitados, con competencia, generosidad y experiencia, especialmente en un momento en el que el racismo y el desprecio crecen como la mala hierba."

El Papa Francisco también subrayó la necesidad de "normas globales que garanticen los derechos humanos en todas partes, prácticas que alimenten la cultura del encuentro y personas capaces de mirar el mundo con una perspectiva amplia."

El papa agradeció a los voluntarios de la Cruz Roja su apoyo a los migrantes y su amor al prójimo, una actitud que no tiene fronteras "geográficas, culturales, sociales, económicas o religiosas".

"Vuestro compromiso, inspirado en los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad, es también un signo visible de que la fraternidad es posible", dijo a los voluntarios.

Tras su discurso, una banda de voluntarios tocó música para el Papa, que sonrió mientras se ponía una gorra de la Cruz Roja para hacerse una foto.