ROMA — El cardenal Oswald Gracias, de la India, considerado parte del círculo cercano del difunto pontífice, ofreció a OSV News una reflexión sincera y profundamente personal sobre el legado de Francisco, las reuniones previas a la elección y el tipo de líder que necesita la Iglesia. El cónclave para elegirlo comienza el 7 de mayo.
“Fue un shock”, recordó el arzobispo emérito de Bombay sobre el momento en que supo de la muerte del Papa Francisco el Lunes de Pascua. “Estaba almorzando con un invitado del Vaticano cuando mi secretario vino con mi teléfono y me mostró un mensaje que decía: ‘El Papa Francisco ha muerto’. Le dije que podía ser una noticia falsa y le pedí que revisara la BBC o CNN. Y no había nada”.
Poco después, otro mensaje confirmó la noticia, y el cardenal Gracias comenzó a prepararse para viajar a Roma. “Siempre que venía aquí, me hospedaba en la residencia Santa Marta, donde él vivía. Así que estaba acostumbrado a que él fuera el punto de referencia”, comentó. “Todo se sentía incierto cuando aterricé ese martes”.
El cardenal Gracias tenía previsto reunirse con el Papa en abril y estaba terminando algunas tareas que él le había encomendado. La última vez que se cruzaron fue el 14 de febrero, en Santa Marta.
“Estaba tomando un café y lo vi salir en silla de ruedas, rodeado de los guardias suizos”, contó. “Le estreché la mano, pensando que tenía una reunión. Solo más tarde supimos que lo habían hospitalizado”.
Si hubiera sabido que sería su último encuentro, “claro que sí, le habría dado un gran abrazo”, dijo el purpurado.
Como miembro del Consejo de Cardenales del difunto Papa y uno de sus asesores más cercanos, el cardenal Gracias conoce bien la amplitud del trabajo inconcluso de Francisco: la reforma del gobierno de la Iglesia, la implementación de la sinodalidad y el rol de los laicos, en particular las mujeres, dentro de la Iglesia.
“Hay muchas cosas inconclusas. Él era consciente de que muchas eran ‘trabajos en progreso’”, señaló el cardenal. “Tenía un enfoque muy claro: ir a las periferias. Su estilo era distinto, y era necesario en ese momento. Pero no necesitamos una fotocopia de él… el molde ya está roto”.
El purpurado, que no ingresará en la Capilla Sixtina porque ya superó los 80 años, dijo el 6 de mayo a OSV News que, entre las muchas conversaciones de las congregaciones generales en Roma, todo el colegio cardenalicio ha discutido sobre continuidad y cambio.
“La mayoría quiere continuar con el legado de Francisco, lo valora. Otros quieren cambiar cosas”, dijo el cardenal Gracias. “Y es saludable tener diferencias. El mismo Francisco sabía que había críticas a lo que hacía”.
Habiendo participado en el cónclave que eligió al cardenal Jorge Mario Bergoglio en 2013, comentó que el ambiente en las congregaciones era muy distinto en ese entonces. “La última vez, había una conmoción generalizada. Y aunque nadie lo decía abiertamente, todos internamente nos preguntábamos: ¿quién tuvo la culpa? ¿Quién falló al Papa Benedicto?”
Esta vez, dijo, la tristeza fue más personal. “No solo perdí al Papa. Perdí a un amigo”.
También hubo algo de frustración. “Estaba de duelo por Francisco, pero también estaba molesto con él. Se exigió demasiado. Me preguntaba por qué los médicos no lo detuvieron. ¿Por qué no se detuvo él para recuperarse bien? Pero también entiendo que quería estar con la gente”.
El cardenal reflexionó sobre la diversidad del actual Colegio Cardenalicio. “El grupo es más joven. Muchos son nuevos: 20 fueron creados cardenales apenas en diciembre pasado. La última vez, la mayoría nos conocíamos. Esta vez, nos habría hecho bien más tiempo juntos… pero nadie quería prolongar demasiado esto. ¡La vida de la Iglesia, de nuestras diócesis, continúa!”
Aun así, ve la necesidad de un modelo más colaborativo en el futuro. “Me haría feliz que, una vez elegido el nuevo Papa, convocara una reunión con los cardenales —quizás el grupo que asesoraba a Francisco, o todos nosotros— y continuara el intercambio sobre lo que creemos que necesita la Iglesia. Eso podría incluso repetirse una vez al año”.
Si estas reuniones suceden, sería retomar una tradición: hasta el Papa Francisco, cuando había un consistorio para crear nuevos cardenales, todo el colegio cardenalicio se reunía en Roma durante dos o tres días de trabajo conjunto.
El cardenal Gracias también cree que quien suceda al Papa Francisco debe entender que nadie espera que siga sus pasos exactamente. “Francisco no era un hombre de la Curia”, afirmó. “No espero que el próximo Papa se quede en Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico solo porque Francisco lo hizo. Debe ser libre de elegir lo que sea mejor para él”.
Sin embargo, sí espera que algunas prioridades se mantengan, incluyendo la atención de la Iglesia a los pobres, los migrantes y quienes sufren por la degradación ambiental.
“Cada Papa tiene su estilo, y todos se han preocupado por los pobres”, dijo. “Pero Francisco tenía una preocupación particular. No espero que el próximo Papa tenga el mismo entusiasmo por todos estos temas, pero el principio básico debe permanecer: ser una Iglesia misionera que se preocupa”.
Reconoció, sin embargo, que durante las congregaciones generales, los purpurados parecían coincidir en que no existe un solo hombre capaz de asumir todo lo que implica liderar a 1.400 millones de católicos: “Básicamente necesitaríamos un Superman para hacerlo todo. Se espera mucho de la Iglesia —no solo por parte de los católicos, sino también de otros cristianos, no creyentes, incluso gobiernos. Será el nuevo Papa quien decida las prioridades. Pero ningún hombre puede priorizarlo todo”.
Un tema que surgió repetidamente, dijo, fue el rol de los laicos y las mujeres. “Estos últimos días hablamos mucho sobre eso. El Papa Francisco nombró a una mujer como jefa del gobierno del Vaticano. Eso dice algo”.
El cardenal se refería a la hermana Raffaella Petrini, religiosa franciscana de la Eucaristía, quien fue nombrada presidenta del gobernadorato del Vaticano a principios de este año.
El cardenal Gracias subrayó que el papado trata de una guía pastoral más allá de políticas o nombramientos. “Ha habido continuidad desde Juan Pablo II hasta Benedicto XVI y Francisco. Estilos distintos: Juan Pablo II fue un coloso, Benedicto un pensador, Francisco un pastor —el párroco del mundo. Y el nuevo Papa, con su propio estilo, también guiará a la Iglesia en continuidad”.
En los próximos días, el cardenal planea estar en la Plaza de San Pedro, con los fieles, como lo estuvo el 16 de octubre de 1978: “Yo estaba allí cuando eligieron al cardenal Karol Wojtyla. Nadie sabía quién era. Supuse que era de Europa del Este por cómo hablaba, y luego corríamos a buscar información en L’Osservatore Romano. ¡No había Google en ese tiempo!”
Mientras los cardenales se preparaban para entrar en la Capilla Sixtina el 7 de mayo, el cardenal Gracias enfatizó la unidad. “Recuerdo cuando el Papa Benedicto dijo que prometía obediencia al Santo Padre. Nosotros, los cardenales, hacemos lo mismo. Juramos lealtad. Puede haber desacuerdos, pero siempre con lealtad”.
Y concluyó: “El Papa Francisco nos está diciendo que no nos aferremos a él. Y tiene razón. No podemos buscar una copia al carbón. La Iglesia debe seguir adelante”.