Cuando una persona siente el llamado de Dios, puede ser intimidante o aterrador, dijo el papa Francisco, pero los cristianos pueden estar seguros de que el llamado fluye del amor de Dios y que responder al llamado será un medio de compartir amor.
"Cada llamada de Dios es una iniciativa de amor", dijo el papa el 17 de enero antes de rezar la oración del Ángelus. "Dios llama a la vida, llama a la fe y llama a un estado particular en la vida: 'Te quiero aquí'".
Transmitiendo en vivo su discurso del Ángelus desde la biblioteca del Palacio Apostólico, el papa Francisco se centró en la lectura del Evangelio del día, que relataba a Jesús llamando a Andrés y Simón Pedro para que fueran sus discípulos.
El papa Francisco dijo que es interesante notar que cuando los dos le preguntan a Jesús dónde se aloja, Jesús no responde con información, sino con una invitación, "Ven y verás".
Y otra cosa "que nos llama la atención: 60 años después, o tal vez más", escribió San Juan en su Evangelio que "'eran alrededor de las cuatro de la tarde' - escribió la hora", dijo el papa. "Todo encuentro auténtico con Jesús permanece vivo en la memoria; nunca se olvida".
La vida es una serie de llamadas de Dios, dijo el papa.
"La primera llamada de Dios es a la vida; con ella nos constituye como personas; es una llamada individual, porque Dios no hace las cosas en serie. Después Dios llama a la fe y a formar parte de su familia, como hijos de Dios".
"Finalmente", dijo. "Dios nos llama a un estado de vida particular: a darnos a nosotros mismos en el camino del matrimonio, en el del sacerdocio o en el de la vida consagrada. Son maneras diferentes de realizar el proyecto que Dios, ese que tiene para cada uno de nosotros, que es siempre un plan de amor".
"Y la alegría más grande para cada creyente es responder a esta llamada, a entregarse completamente al servicio de Dios y de sus hermanos," dijo el papa.
El llamado de Dios, dijo, puede "llegar de mil maneras -incluyendo a través de otras personas o eventos felices o tristes".
A veces las personas se sienten tentadas a decir "no" al llamado de Dios por miedo o porque "parece estar en contraste con nuestras aspiraciones" o creen que puede ser demasiado exigente, dijo el papa.
"Pero el llamado de Dios es siempre el amor", dijo. "Necesitamos tratar de descubrir el amor detrás de cada llamada, y debe ser respondido sólo con amor".
Al final de su discurso del Ángelus, el papa Francisco ofreció oraciones por la gente de Sulawesi, Indonesia, donde ocurrió un terremoto el 15 de enero y docenas de réplicas dejaron al menos 46 muertos, cientos de heridos y miles de personas sin hogar.
El papa también animó a los católicos a participar en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero.