CIUDAD DEL VATICANO - Jesús sacia la sed de la humanidad con amor, dijo el Papa Francisco.

"Y hace con nosotros lo que hizo con la samaritana: sale a nuestro encuentro en la vida cotidiana, comparte nuestra sed, nos promete el agua viva que hace brotar en nosotros la vida eterna", dijo el Papa antes de rezar el Ángelus con unos 20.000 visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro el 12 de marzo.

El Papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio de Juan (4:5-42), en la que Jesús se encuentra con la mujer samaritana en el pozo al mediodía.

"Esta escena representa a Jesús, sediento y cansado", dijo el Papa; la escena ofrece "una imagen del abajamiento de Dios. Dios se abaja en Jesucristo para nuestra redención. Viene a nosotros".

"Cada uno de nosotros puede decir: el Señor, el maestro, 'me pide de beber'. Por tanto, tiene sed como yo. Comparte mi sed. Tú estás verdaderamente cerca de mí, Señor. Estás en contacto con mi pobreza'", dijo el Papa, citando una reflexión de 1944 sobre el relato evangélico del padre Primo Mazzolari.

Pero la sed de Jesús no es sólo física, dijo el Papa. Expresa que "tiene sed" de nuestro amor".

"Sediento de amor, Jesús sacia nuestra sed con amor" encontrándose con la gente en su vida cotidiana, compartiendo su sed y prometiendo agua viva, dijo el Papa.

Cuando Jesús pide de beber, también se hace eco de "un grito -- silencioso a veces -- que sale a nuestro encuentro cada día y nos pide que calmemos la sed de otro, que cuidemos de la sed de otro", dijo.

"Cuántos nos dicen 'dame de beber', en nuestra familia, en el trabajo, en otros lugares donde nos encontramos", afirmó. "Tienen sed de cercanía, de atención, de un oído que les escuche" y de la Palabra de Dios.

La gente "necesita encontrar en la Iglesia un oasis donde beber", dijo el Papa. "'Dame de beber' es un grito que se oye en nuestra sociedad, donde el ritmo frenético, la prisa por consumir, y sobre todo la indiferencia, esa cultura de la indiferencia, generan aridez y vacío interior."

"Y no lo olvidemos, 'dame de beber' es el grito de muchos hermanos y hermanas a los que les falta el agua para vivir, mientras nuestra casa común sigue siendo contaminada y desfigurada". Agotada y reseca, también ella 'tiene sed'", dijo.