CIUDAD DEL VATICANO -- Los cristianos están llamados a vivir el "desequilibrio del amor" modelado por la cruz en lugar de ser demasiado prudentes en las relaciones, dijo el Papa Francisco.
Aunque "preferimos amar solamente a quien nos ama para evitar las desilusiones", el amor de Dios "va más allá de los criterios habituales con los que nosotros los seres humanos vivimos nuestras relaciones", dijo el papa antes de rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro el 19 de febrero.
Mientras que es natural que la gente trate bien sólo a los que son buenos con ellos, dijo, el amor de Dios es "extraordinario" y "siempre desproporcionado".
Si contemplamos la lectura del Evangelio del día de San Mateo en la que Jesús "nos invita a poner la otra mejilla y a amar incluso a los enemigos", el papa dijo que Jesús dio el ejemplo más extremo de lo que eso significa.
El amor de Dios se manifiesta en el "desequilibrio de la cruz", ya que Jesús aceptó morir por la humanidad a pesar de su pecaminosidad. "Jesús no es un buen contable", dijo el papa, "siempre nos conduce al desequilibrio del amor".
"Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque somos buenos o capaces de devolverle algo", añadió.
A continuación, el Papa Francisco invitó a los aproximadamente 20,000 visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro a "salir de la lógica del provecho" y amar libremente sin esperar nada a cambio.
"Si nos quedamos en lo ordinario, en el balance entre dar y recibir, las cosas no cambian", dijo el papa. Pero atreverse a hacer el bien y arriesgarse a amar "lentamente transforma los conflictos, acorta las distancias, supera las enemistades y sana las heridas del odio".
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco pidió a la gente que muestre su amor también por las víctimas de la guerra y las catástrofes, al expresar su cercanía a las víctimas del terremoto en Siria y Turquía, a los afectados por un ciclón en Nueva Zelanda y al "querido pueblo ucraniano" que sufre la tragedia de la guerra.