WASHINGTON -- Defensores de la inmigración enfrentaron un retraso al comienzo de una semana en la cual muchos creían que traería la historia.
Esperaban incluir una disposición de inmigración en el proyecto de ley de presupuesto de $3.5 billones que hubiera otorgado estatus legal a 8 millones de trabajadores agrícolas y esenciales, adultos jóvenes traídos ilegalmente a los EE. UU. como menores de edad y beneficiarios de un programa temporal para migrantes.
En cambio, la parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, una intérprete no partidista de las reglas de cómo se puede usar una disposición en la legislación del Senado, dijo a fines del 19 de septiembre que un plan que los demócratas querían usar para legalizar a los grupos "no era apropiado" para su inclusión en el proceso del proyecto de ley de reconciliación presupuestaria.
Los demócratas del Senado esperan aprobar el presupuesto mediante la reconciliación, lo que significa que podría aprobarse con una mayoría simple, no con los 60 votos que normalmente se necesitan y sin el apoyo de los republicanos.
Muchos, como el senador Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, dijeron en una conferencia telefónica el 20 de septiembre que estaban decepcionados, pero prometieron seguir trabajando para ayudar a inmigrantes.
"Este fallo no significa que este proceso haya terminado", dijo Menéndez durante la llamada patrocinada por el grupo proinmigración America's Voice. "Ella (la parlamentaria) dio su opinión sobre un solo enfoque".
Dijo que los demócratas trabajarán en los próximos días para presentarle un plan diferente.
"Esto no es un final, seguiremos trabajando, no vamos a aceptar un 'no'", dijo.
Los republicanos se habían opuesto a la táctica y dijeron que los demócratas primero deberían intentar resolver los problemas en la frontera sur con México, donde miles de migrantes permanecen atrapados debajo de un puente cerca de Del Rio, Texas, tratando de cruzar.
Entre ellos se encontraban unos 10,000 haitianos huyendo del caos de su país, atormentados por el conflicto político, el asesinato de su presidente, y un devastador terremoto, pero la administración Biden dijo que serían regresados a su país de origen.
El senador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur, miembro de mayor rango en el Comité de Presupuesto, dijo que estaba "muy contento" en un comunicado emitido poco después de que se hiciera pública la decisión. No era un asunto presupuestario apropiado, había dicho.
"Es un cambio de política importante", agregó.
Avanzar un proyecto de inmigración de tan gran escala solo hubiera animado a otros que intentaran cruzar la frontera y empeoraría el problema que ya está allí, dijo.
"Habiendo trabajado en varios proyectos de ley de reforma migratoria integral, creo que usar el proceso de reconciliación para brindar estatus legal a los inmigrantes ilegales sería un desastre", dijo.
"Habría llevado a una mayor (cantidad de gente) a la frontera, más allá del caos que ya tenemos allí hoy", continuó. "Sería una idea terrible proporcionar un estatus legal antes de asegurar la frontera y reformar el proceso de inmigración que actualmente está siendo abusado".
El 15 de septiembre, el obispo auxiliar Mario E. Dorsonville de Washington, quien encabeza el Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU., aplaudió la redacción propuesta para proporcionar un camino hacia la legalización de los inmigrantes en la medida de reconciliación, diciendo: "Esto es un hito bienvenido para muchas familias y el bien común ".
"Durante décadas, los obispos de Estados Unidos han sido proponentes de tales reformas, que promueven la integración y la unidad familiar", dijo. "No podemos seguir poniendo a estos miembros de nuestra sociedad a los márgenes, especialmente cuando dependemos simultáneamente de muchos de ellos para nuestro bienestar colectivo".
Aún no se ha votado sobre la medida presupuestaria. En agosto, los miembros de la Cámara y el Senado aprobaron sus respectivas versiones de un marco, o plan, para la medida presupuestaria de $3.5 billones, y ahora están aclarando los detalles.
El lenguaje legislativo que los demócratas buscaron incluye la medida presupuestaria que busca ayudar a los migrantes que se encuentran en el país sin permiso legal pero tienen Estatus de Protección Temporal, que se otorga a los nacionales cuyos países han experimentado desastres naturales, conflictos armados o situaciones excepcionales; trabajadores agrícolas y otros trabajadores esenciales; y "Dreamers", adultos jóvenes traídos ilegalmente a los EE. UU. cuando eran niños y que tienen protección temporal bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
Una beneficiaria de DACA es Greisa Martínez Rosas, directora ejecutiva de United We Dream, quien dijo que había experimentado "angustia, ira y miedo" en 2010 cuando vio el fracaso del proyecto DREAM, que le hubiera ofrecido a ella y a otros hijos de inmigrantes indocumentados un camino hacia la ciudadanía.
"Estoy decidida ... vamos a ganar esto. Esto no va a ser una repetición de 2010", dijo durante la conferencia telefónica de America's Voice.
Ella dijo que no ha habido reforma migratoria en décadas. Ronald Reagan en 1986 fue el último presidente de Estados Unidos que logró unir al Congreso para aprobar una legislación que legalizó, a gran escala, grupos de inmigrantes que ingresaron al país sin permiso para hacerlo, y 3 millones de personas entonces recibieron lo que algunos llaman "amnistía".
"Ya se ha demorado (la reforma)", dijo. "No aceptaremos nada menos".
Había muchas esperanzas de que el proyecto de ley de reconciliación presupuestaria fuera la fórmula mágica que finalmente abriera el camino hacia la reforma.
Pero en vez de celebrar un momento de victoria en el tema de la inmigración, la administración Biden se encontró tratando de resolver problemas relacionados con el tema, incluso críticas de sus propios partidarios. Muchos denunciaron la deportación de haitianos y otros en la frontera sur.
El secretario Alejandro Mayorkas del Departamento de Seguridad Nacional viajó a Del Río el 20 de septiembre para declarar que la frontera "no está abierta", y dijo que la mayoría de los migrantes que se llegan a la frontera sin una razón válida para ingresar serian regresados inmediatamente de regreso a México, Ecuador y países de Centroamérica.
Pero entregó un mensaje adaptado a los inmigrantes haitianos.
"Nos preocupa mucho que los haitianos que están tomando esta ruta de migración irregular estén recibiendo información falsa de que la frontera está abierta o que el Estatus de Protección Temporal está disponible", dijo. "Quiero asegurarme de que se sepa que esta no es la forma de entrar a Estados Unidos. Es información falsa".
Advirtió a los migrantes que no prestaran atención a los traficantes que les dicen que se les dejará entrar y que vale la pena arriesgar su vida o la de sus familias. Pero los defensores de los inmigrantes dijeron que ese era el enfoque equivocado.
"Expulsar y regresar a haitianos a un país en medio de una crisis política y humanitaria, a un país que no puede garantizar su seguridad y sus necesidades básicas, es tanto legal como moralmente indefendible", dio Eric P. Schwartz, presidente de Refugees International, en un comunicado.
"Cuando los funcionarios estadounidenses expulsan y regresan a personas que buscan protección sin evaluar sus solicitudes de asilo, actúan de manera ilegal y crean serios riesgos para la seguridad de los solicitantes de asilo", dijo. "Y los riesgos con respecto a Haití son particularmente preocupantes".
A través de Twitter, DHS dijo que la administración "está dedicada a desarrollar vías seguras, legales y ordenadas para la migración", mostrando fotos de migrantes abordando aviones, regresando a sus países de origen.
"Si viene a los Estados Unidos ilegalmente, será expulsado. Por favor, no intenten el peligroso viaje", dijo el DHS a través de Twitter.
Los funcionarios también advirtieron sobre los mensajes que se envían a través de las redes sociales que hacen el peligroso camino hacia el norte sonar agradable.
El jefe de la Patrulla Fronteriza, Raúl Ortiz, dijo durante una conferencia de prensa con Mayorkas que los traficantes sin escrúpulos ponen vidas en peligro para su propio beneficio económico y engañan a los migrantes y que "muchos de ellos (migrantes) probablemente no lograron cruzar la frontera".
Su mensaje a los migrantes, sin importar lo que digan los traficantes: "Nuestras fronteras no están abiertas".