Una jueza federal temporalmente bloqueó el 3 de agosto una orden emitida por el gobernador de Texas para detener el transporte de migrantes por parte de cualquier persona que no sean las autoridades locales o federales, tras un incidente en el que estuvo involucrada una organización católica sin fines de lucro.
La jueza Kathleen Cardone, del Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Oeste de Texas en El Paso, concedió una solicitud de emergencia del Departamento de Justicia, especificando que la orden era "peligrosa e ilegal".
El departamento presentó una demanda el 30 de julio contra el estado de Texas, tratando de detener la aplicación de la orden, la cual da a los policías estatales la capacidad de detener e incautar un vehículo sospechoso de transportar migrantes, si es necesario.
La medida detiene la aplicación de la orden por lo menos hasta el 13 de agosto, fecha en la que se tiene previsto examinar el caso en el tribunal.
"La orden ejecutiva causa un daño irreparable a Estados Unidos y a las personas que Estados Unidos está encargado de proteger, poniendo en peligro la salud y la seguridad de los no ciudadanos bajo custodia federal, arriesgando la seguridad del personal federal encargado de hacer cumplir la ley y sus familias, y exacerbando la propagación del COVID-19", dijo la jueza al conceder el bloqueo de emergencia de la orden ejecutiva.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió la orden ejecutiva el 28 de julio después de que las autoridades descubrieran a una familia de inmigrantes, que recibía ayuda de la agencia local de Caridades Católicas, en un restaurante de comida rápida sin máscaras, a pesar de que se suponía que estaban en cuarentena en un hotel tras dar positivo en la prueba de COVID-19.
Estaban siendo ayudados por Caridades Católicas del Valle del Río Grande, que lleva a los inmigrantes en autobús a sus refugios y ahora a los hoteles para que estén en cuarentena cuando uno o más miembros de la familia dan positivo.
La hermana Normal Pimentel, de la Congregación de las Misioneras de Jesús y directora ejecutiva de la agencia local de Caridades Católicas, dijo el 29 de julio que si bien es cierto que una de las familias a las que la organización sin fines de lucro estaba ayudando "decidió salir de la habitación (del hotel) e ir a comprar una hamburguesa", fue un incidente aislado y no significa que todas lo hagan.
"Lo que estamos viendo hoy, esta desinformación, de que es todo el mundo, las familias por todas partes, exponiendo a todo el mundo al COVID, es falso. No es cierto", dijo durante una entrevista en Facebook Live realizada por la Diócesis de Brownsville, Texas.
El gobernador de Texas, sin embargo, insinuó que los migrantes son los culpables del aumento de las infecciones en el estado y que la medida era una forma de evitar que el COVID-19 se extendiera en la comunidad.
Pero otros dijeron que su mala gestión de la pandemia en el estado es la culpable, ya que no pide el uso obligado de mascarilla cuando las infecciones están en aumento. Otros, como el obispo de Brownsville, Daniel E. Flores, cuestionaron en un tuit si la orden equivale a un perfil racial.
Caridades Católicas del Valle del Río Grande, en la Diócesis de Brownsville, tiene una larga historia de ayudar a los migrantes liberados de la custodia federal con comida y refugio antes de que vayan a sus destinos finales en EE.UU. La orden tenía el potencial de interrumpir sus operaciones diarias, ya que los voluntarios y otros conducen a los migrantes a los refugios de Caridades Católicas y, durante la pandemia, a los hoteles para la cuarentena.
Aunque no menciona el incidente, un comunicado de prensa del 3 de agosto publicado por Caridades Católicas de EE.UU. en su sitio web explica el papel de las agencias locales que conforman la red.
"Una vez que el gobierno federal ha concedido a un migrante el permiso para estar presente en Estados Unidos, es enviado a nosotros para que reciba cuidado temporalmente, el cual está vinculado con la dignidad que creemos que se debe conceder a todo ser humano: una comida caliente, una ducha, ropa limpia, medicamentos y otros suministros", dice el comunicado.
"En un plazo de dos días, los migrantes abandonan nuestros centros para continuar su viaje mientras esperan el inicio de su proceso judicial de inmigración, que puede tardar años en concluir", continúa. "El personal y los voluntarios se preocupan al máximo por la seguridad de las comunidades en las que viven y hacen todo lo posible para protegerse de la propagación del COVID-19".
"Trabajan con los funcionarios del gobierno para separar a las personas y familias que dan positivo para permitir el aislamiento hasta que la prueba sea negativa".
Y añade el comunicado: "Por supuesto, nos preocupa nuestra capacidad para atender al creciente número de recién llegados y reconocemos que el sistema de inmigración en EE.UU. necesita urgentemente ser reformado. Aunque esas leyes y trayectorias quedan fuera de nuestro control, todas nuestras labores se realizan en congruencia con la legislación estadounidense".
Caridades Católicas USA, que es una red de agencias diocesanas de Caridades Católicas y tiene su sede en Alexandria, Virginia, elogió el trabajo de sus agencias en la frontera.
"Su personal y cientos de voluntarios seguirán prestando servicios a las personas necesitadas", dijo la organización en su comunicado.
"Con las condiciones en constante cambio, el aumento de los cruces en la frontera, las instalaciones limitadas, la atención de los medios de comunicación y las presiones de los esfuerzos reguladores destinados a restringir su trabajo humanitario, ellos marchan cuidando una vida humana a la vez, ya sea un niño con miedo o un padre que busca mantener a su familia", dijo. "Al cuidar del extranjero, ellos son las manos de Jesucristo".
En una breve declaración, la oficina del gobernador de Texas dijo el 3 de agosto que "la reciente orden del tribunal es temporal y se basa en pruebas limitadas".
"Esperamos proporcionar al tribunal las pruebas que apoyen la orden ejecutiva del gobernador para proteger a los tejanos", dice el comunicado. "El gobierno de Biden ha liberado conscientemente --y voluntariamente-- a migrantes positivos de COVID-19 en las comunidades de Texas, arriesgando la potencial exposición e infección de los residentes de Texas".
La orden de Abbott "intenta impedir que la administración Biden propague el COVID-19 en Texas y proteger la salud y la seguridad de los tejanos", según la declaración.