El obispo Mark J. Seitz de El Paso, presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., elogió la meta de admisiones de refugiados a Estados Unidos para el año fiscal 2024, calificándola como "un objetivo ambicioso y significativo, ya que reflexionamos no sólo sobre la necesidad mundial, sino también sobre los desafíos que enfrentan las comunidades estadounidenses, incluyendo la escasez de mano de obra, la falta de vivienda asequible y la alta inflación".

El 29 de septiembre, el presidente Biden firmó una resolución presidencial que autoriza la admisión de hasta 125.000 refugiados elegibles a ingresar a Estados Unidos durante el año fiscal 2024, de acuerdo con la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos.

A partir del 1 de octubre, que es el inicio del nuevo año fiscal, EE.UU. asignará admisiones de refugiados para 30.000-50.000 de África; 10.000-20.000 de Asia Oriental; 2.000-3.000 de Europa y Asia Central; 35.000-50.000 de América Latina y el Caribe; y 30.000-45.000 de Oriente Próximo y Asia Meridional.

El presidente también especificó que las personas procedentes de Cuba, Eurasia, el Báltico, Irak, El Salvador, Guatemala y Honduras "pueden, si reúnen los demás requisitos, ser consideradas refugiados a efectos de admisión" en EE.UU., junto con las personas identificadas por una embajada estadounidense en cualquier lugar, en determinadas circunstancias.

Los rangos actualizados "están destinados a proporcionar flexibilidad a medida que surjan las necesidades", con el total general limitado a 125.000, dijo el presidente Biden en su determinación oficial.

Las nuevas cifras suponen un cambio decisivo, ya que aumentan sustancialmente las asignaciones para los refugiados de América Latina y el Caribe, al tiempo que disminuyen los totales para los procedentes de Europa y Asia Central.

"Acogemos con satisfacción los esfuerzos de la Administración para aumentar el reasentamiento desde el hemisferio occidental, al tiempo que reiteramos que esto no debe hacerse a expensas de otras poblaciones", dijo el obispo Seitz en un comunicado el 30 de septiembre.

Reafirmó la "solidaridad de los obispos con los cristianos perseguidos en todo el mundo, especialmente los de Oriente Medio y Asia, que se enfrentan a barreras cada vez mayores para acceder a una protección permanente".

"Imploramos a la Administración que proporcione un acceso equitativo al reasentamiento de refugiados para estas poblaciones y que se comprometa con los países de acogida para promover su trato humano", dijo.

El obispo Seitz instó al Congreso a "continuar con su historia ininterrumpida de apoyo bipartidista" al Programa de Admisión de Refugiados de EE.UU., que acepta llegadas de refugiados que se determina que necesitan ser reasentados en terceros países. Junto con organismos federales y de las Naciones Unidas, el USRAP (como se le conoce al programa por sus siglas en inglés) colabora con varias organizaciones no gubernamentales, entre ellas el departamento de Servicios de Migración y Refugiados (MRS) de la USCCB, para ofrecer una vía para el reasentamiento de refugiados en Estados Unidos.

La iniciativa MRS es "una de las formas en que la Iglesia católica de Estados Unidos responde a la llamada de Cristo a acoger al extranjero y lleva a cabo el compromiso de la Iglesia de proteger la vida y defender la dignidad de toda persona humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural", afirmó el obispo Seitz.

También pidió a los legisladores que aumenten "los recursos para la tramitación y los esfuerzos de integración" de los refugiados.

La legislación estadounidense, de acuerdo con la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, define al "refugiado" como alguien que se encuentra fuera de su país de origen o residencia habitual, debido a la persecución (o a un temor fundado de persecución) por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNNUR), 108,4 millones de personas en todo el mundo están desplazadas por la fuerza, un total que representa a desplazados internos (62,5 millones), refugiados (29,4 millones, más 5,9 millones de palestinos clasificados como refugiados por la ONU) solicitantes de asilo (5,4 millones) y personas necesitadas de protección internacional (5,2 millones).

La mayoría de los refugiados (76%) son acogidos por países de ingresos bajos y medios, según ACNUR.

Desde hace aproximadamente una década, el número de personas desplazadas en el mundo se ha disparado casi un 154%, pasando de 42,75 millones en 2012 a 108,4 millones en 2022.
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Gina Christian es reportera nacional de OSV News.