Callistus Ibeh, a la derecha, intercambia el signo de la paz con su compañero Juan Herrera-Posada, seminarista de la Diócesis de Brooklyn, Nueva York, durante su ordenación al diaconado transitorio en el Seminario de San José en Yonkers, Nueva York, el 9 de noviembre de 2024. Ocho seminaristas que completaban su preparación para el sacerdocio fueron ordenados durante la misa: cinco para la diócesis de Brooklyn y tres para la archidiócesis de Nueva York. La liturgia se celebró el último día de la Semana Nacional de Concienciación Vocacional. (Foto de OSV News/Gregory A. Shemitz)
Un nuevo estudio sobre los sacerdotes en Estados Unidos revela que muchos se muestran satisfechos con su ministerio, pero la confianza en los obispos y en sus superiores sigue siendo baja, a pesar de los signos de mejora.
Además, muchos sacerdotes jóvenes corren riesgo de agotamiento y soledad, ya que sus responsabilidades aumentan en medio del descenso de vocaciones; sin embargo, el trabajo con jóvenes, el ministerio familiar, y la evangelización se mantienen como prioridades pastorales clave.
Asimismo, aunque los sacerdotes, en general, se mostraron algo tibios ante el concepto teórico de sinodalidad, en la práctica parecen aplicarlo bastante bien.
Estos son algunos de los resultados publicados en “Morale, Leadership, and Pastoral Priorities: Highlights from the 2025 National Study of Catholic Priests” (“Moral, Liderazgo y Prioridades Pastorales: Aspectos Destacados del Estudio Nacional de Sacerdotes Católicos 2025”, en español), elaborado por Brandon Vaidyanathan, Stephen Cranney, Stephen P. White, y Sara Perla.
El estudio fue publicado el 14 de octubre por The Catholic Project de la Universidad Católica de América, y sirve como seguimiento a su importante estudio nacional realizado en 2022.
Para este nuevo informe, los investigadores contactaron nuevamente a los encuestados originales --tanto sacerdotes diocesanos como de órdenes religiosas-- y la encuesta fue realizada por Gallup entre el 12 de mayo y el 30 de junio. En total, 1,164 sacerdotes completaron el cuestionario, lo que representa una tasa de respuesta del 38%.
La nueva encuesta buscó “comprender más profundamente las experiencias de los sacerdotes estadounidenses en el ejercicio de su ministerio ‘en el terreno’, así como evaluar los cambios en su moral y en su confianza en el liderazgo de la Iglesia”, explicaron los autores, quienes también analizaron sus “prioridades y necesidades pastorales”.
“Nuestra esperanza es comprender mejor a los sacerdotes estadounidenses -- los desafíos y oportunidades que enfrentan -- para que toda la Iglesia se beneficie de un presbiterio más fuerte”, manifestó White a OSV News. “Existen muchos estereotipos sobre los sacerdotes, y estos datos ayudan a disipar algunos de ellos”.
En general, señaló White, “los sacerdotes estadounidenses están prosperando, y su confianza en los obispos ha mejorado ligeramente desde 2022”.
Al igual que en 2022, los encuestados obtuvieron un promedio de 82 sobre 100 en el índice de Harvard Flourishing, que mide cinco áreas clave: “felicidad y satisfacción con la vida, salud física y mental, sentido y propósito, carácter y virtud, y relaciones sociales cercanas”, según el sitio web del Human Flourishing Program de Harvard.
Sin embargo, la evaluación de los sacerdotes sobre el desempeño de sus diócesis u órdenes religiosas fue considerablemente menos positiva, señala el informe.
Los investigadores analizaron cómo se encuentra la moral de los sacerdotes a partir de tres afirmaciones --tomadas del estudio previo-- diseñadas para medir las expresiones negativas sobre el ministerio sacerdotal y los sentimientos de agotamiento emocional o físico debido al trabajo pastoral.
La mayoría de los sacerdotes (61%) no reportaron síntomas de agotamiento o "burnout", término acuñado en 1974 por el psicólogo Herbert Freudenberger para describir la pérdida de motivación o incentivo entre profesionales, especialmente entre quienes se dedican al cuidado de otros.
Sin embargo, el 39% mostró al menos un síntoma, y solo el 5% presentó los tres.
El informe encontró “diferencias notables” entre sacerdotes diocesanos y religiosos respecto al agotamiento: un 7% de los primeros mostró altos niveles de agotamiento/burnout, frente a solo un 2% de sacerdotes de órdenes religiosas.
Además, “el 44% de los sacerdotes diocesanos presentó al menos un síntoma de agotamiento/burnout, frente al 31% de los sacerdotes religiosos”, señalaron los investigadores.
Los sacerdotes ordenados desde el año 2000 tendieron a sentirse más abrumados, con “casi la mitad” (45%) afirmando que “se les pide hacer demasiadas cosas que van más allá de su vocación sacerdotal”.
En cambio, solo el 13% de los ordenados antes de 1980 y el 38% de los ordenados entre 1980 y 1999 compartieron esa percepción.
Los autores señalaron que esta “diferencia generacional” en las respuestas apunta a “una creciente preocupación acerca de la sostenibilidad del ministerio, especialmente a medida que aumentan las demandas parroquiales”, aunque, a pesar de que muchos sacerdotes sirven en dos (23%) o más (17%) parroquias, “el número de parroquias que atiende un sacerdote no está estadísticamente relacionado con su nivel de agotamiento”.
Parte de la diferencia podría deberse a “comprensiones generacionales sobre lo que significa la vocación sacerdotal”, notaron los investigadores.
Asimismo, los sacerdotes ordenados más recientemente reportaron mayores niveles de soledad en comparación con sus colegas mayores: el 40% de los ordenados después del año 2000 obtuvo una puntuación de 6 o más en la UCLA Loneliness Scale.
En general, los datos indicaron que, aunque “no es universal”, el agotamiento/burnout sigue siendo “un desafío pastoral importante”, destacó el informe.
Los datos también contradicen la “evidencia anecdótica” de que los sacerdotes jóvenes abandonan el ministerio en altas proporciones: el 81% de los encuestados indicó que se encontraba con la moral buena, y solo el 3% dijo estar pensando en dejar el sacerdocio.
La mayoría de los sacerdotes mostró buena salud mental, con solo el 2% experimentando lo que la escala psicológica Kessler K6 clasifica como “enfermedad mental grave o angustia psicológica severa”, agregó el reporte.
Los factores de estrés pueden variar entre parroquias y diócesis, y se ven agravados por problemas mayores como la reestructuración o las bancarrotas diocesanas, explicó el informe.
Vaidyanathan expresó a OSV News que, junto con las “mejoras modestas en los indicadores de agotamiento (burnout)”, los nuevos datos muestran un leve aumento en los niveles de confianza de los sacerdotes hacia los obispos estadounidenses, confianza que se había desplomado en la encuesta de 2022 respecto de los niveles de las décadas de 1990 y 2000.
Actualmente, el 52% de los sacerdotes diocesanos afirma tener confianza en sus obispos (frente al 49% en 2022), y el 27% de todos los sacerdotes expresó confianza en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés), comparado con el 22% en el estudio anterior.
Parte de esa mejora podría deberse a los 30 nuevos obispos nombrados en los tres años entre ambos estudios, sugirieron los investigadores.
Los resultados también mostraron que, a diferencia de 2022, los sacerdotes tienden ahora a sentirse teológicamente (61%) y políticamente (48%) alineados con sus obispos, con una distribución bastante equilibrada respecto a si los sacerdotes consideran a sus obispos más conservadores o liberales.
“En general, no existe una percepción coherente entre los sacerdotes de que los obispos sean sistemáticamente más conservadores o liberales que ellos mismos”, señala el informe.
Los nuevos datos muestran que “el mayor factor predictivo de la confianza de un sacerdote en su obispo es si el sacerdote está de acuerdo con la afirmación: ‘Siento que mi obispo se preocupa por mí’”, señaló el estudio.
Los investigadores encontraron que el 72% de los sacerdotes diocesanos que sienten que su obispo se preocupa por ellos expresaron confianza en él, mientras que la confianza cayó al 10% entre quienes consideran que su obispo no se preocupa por ellos.
Sin embargo, según el informe, “el cuidado por sí solo no basta para generar confianza.”
“Aunque más del 70% de los sacerdotes creen que su obispo se preocupa por ellos, solo alrededor de la mitad realmente confía en él”, añade el estudio.
Por su parte, los sacerdotes encuestados en este estudio continuaron mostrando, tanto política como teológicamente, “un claro cambio generacional respecto a la autoidentificación liberal, con los moderados representando ahora una proporción importante en la mayoría de los grupos más recientes”, indica el informe.
En el plano teológico, el estudio encontró “una caída aún más marcada del progresismo y una mayor consolidación del lado conservador”.
No obstante, al responder a una pregunta directa sobre si estaban “preocupados por las políticas del actual gobierno de Estados Unidos”, el informe encontró que “incluso entre los sacerdotes que se identifican como ‘muy conservadores’, el 66% expresó al menos cierta preocupación por las políticas de la administración actual, cifra que asciende al 83% entre los sacerdotes que se describen simplemente como ‘conservadores’”.
La gran mayoría de los encuestados (94%) clasificó el ministerio con jóvenes y adultos jóvenes, la formación familiar y la preparación para el matrimonio, así como la evangelización, como las principales prioridades pastorales de la Iglesia Católica en Estados Unidos.
Otras prioridades pastorales destacadas incluyeron:
“Los datos muestran que la inmigración es un tema prioritario para la mayoría de los sacerdotes; sin embargo, no sabemos con exactitud, a partir de los datos, qué aspectos específicos de las políticas del gobierno actual les preocupan más”, agregó Vaidyanathan a OSV News.
También figuraron en los primeros lugares de la lista: ministerio hispano (79%), justicia social (79%), devoción eucarística (73%), racismo (68%) e inteligencia artificial (68%). El cambio climático (54%), la sinodalidad (50%) y el ministerio hacia la comunidad LGBTQ (48%) fueron mencionados por aproximadamente la mitad de los encuestados.
Más de la mitad (59%) afirmó que el acceso a la Misa en latín según el Misal Romano de 1962 --conocida como “Misa tradicional en latín” o TLM-- no debería ser una prioridad.
Sin embargo, surgieron diferencias según la cohorte de ordenación, de acuerdo con el informe, ya que los sacerdotes mayores (ordenados entre 1980-1999 o antes de 1980) tendieron a poner mucho mayor énfasis en el cambio climático, la inmigración, las cuestiones LGBTQ, la pobreza, el racismo, la justicia social y la sinodalidad.
Por su parte, los sacerdotes más jóvenes (ordenados después del año 2000) son más propensos que sus colegas mayores a destacar la devoción eucarística y el acceso a la Misa tradicional en latín.
Independientemente de sus prioridades pastorales, el número real de ministerios parroquiales en estas áreas “siempre es menor que la percepción de los sacerdotes sobre cuán prioritario debería ser el tema”, señaló el informe. Esa brecha podría explicarse por la existencia de ministerios diocesanos que ya abordan esas necesidades, así como por la falta de recursos o de interés por parte de los feligreses.
Los sacerdotes estuvieron “bastante divididos en su percepción” del Sínodo sobre la Sinodalidad, con un 37% que lo consideró “una pérdida de tiempo”, según el informe.
Otro 28% declaró sentirse “plenamente incluido” en el sínodo, pero solo el 25% lo consideró útil para su ministerio, mientras que el 43% no lo encontró así.
Sin embargo, afirmó White, aunque los sacerdotes son “tibios” y “un poco escépticos respecto a la utilidad del Sínodo sobre la Sinodalidad”, al menos “en teoría”, en la práctica “son bastante hábiles en ello”.
A nivel parroquial, el 85% informó tener un consejo pastoral u órgano similar que cumple un papel importante en la toma de decisiones, y el 75% de los encuestados manifestó involucrar a los feligreses en la oración y la reflexión antes de decisiones parroquiales importantes.
Otro 69% indicó que sus parroquias ofrecen formación o apoyo para que los laicos participen activamente en la misión de la iglesia más allá del ámbito parroquial, y el 65% señaló haber cambiado alguna práctica parroquial o tomado decisiones basadas en la opinión de los laicos. Además, el 64% afirmó que busca intencionalmente las perspectivas de quienes están menos involucrados en la vida parroquial.
Entre los sacerdotes encuestados, “el interés por la formación continua sigue siendo alto”, indicó el informe.
En particular, los sacerdotes expresaron deseos de recibir formación espiritual (61%), participar en convivencias o retiros (55%) y fomentar grupos de fraternidad y compañerismo sacerdotal (48%).
Casi la mitad manifestó interés en educación continua doctrinal y teológica (48%), mientras que el 36% pidió formación en liderazgo y el 34% capacitación en salud mental y bienestar.
Otras áreas de formación incluyeron capacitación en administración y gestión (24%) y formación en ministerio intercultural (21%).
“Nuestra esperanza es que este informe contribuya a una mayor comprensión de nuestros sacerdotes y sus necesidades, y que a su vez anime a los líderes de la Iglesia a buscar formas creativas de atender esas necesidades”, concluyó el estudio.
Ese proceso ya ha comenzado, afirmó Vaidyanathan.
“Algunos obispos han utilizado nuestros datos para ir más allá de la simple discusión y han realizado cambios, como investigaciones internas adicionales e iniciativas destinadas a abordar el bienestar de los sacerdotes y las deficiencias en las estructuras organizativas diocesanas”, añadió.