En una conferencia anual de Washington sobre las Américas el 4 de mayo, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo que cuatro familias migrantes que permanecieron separadas bajo una política de la administración Trump estarían entre las primeras en ser reunidas a principios de mayo por la administración Biden.
Mayorkas ha sido el encargado de dirigir el esfuerzo que busca reunir a más de 1,000 familias afectadas.
"A medida que los identifiquemos, los reuniremos", dijo Mayorkas durante una conferencia virtual organizada por el Consejo de las Américas.
Aunque la administración dio pocos detalles, los funcionarios dijeron que uno de los niños que se están reuniendo es de Honduras y otro es oriundo de México.
Los niños y las familias fueron separados por una política implementada por la administración Trump a mediados de 2018 en la frontera entre Estados Unidos y México, buscando desalentar los cruces ilegales de la frontera.
El entonces fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijo que las personas que se arriesgaran a entrar de forma indebida estarían sujetas a que se les quitara a sus hijos. Y al menos 2,300 sufrieron ese destino hasta que los tribunales intervinieron y ordenaron el cese de esa política y buscaron la reunificación de los separados.
Funcionarios de la administración Trump dijeron que 2,342 niños habían sido separados de 2,206 padres en la frontera entre Estados Unidos y México entre el 5 de mayo y el 9 de junio de 2018 como parte de la política de separación familiar de "tolerancia cero". Pero algunos dicen que la cifra exacta sigue siendo desconocida.
La Iglesia Católica, junto con una gran parte del país, condenó la política. Las organizaciones de la iglesia también defendieron y participaron en la reunificación de algunas familias. En el punto álgido de la crisis en 2018, un grupo de obispos estadounidenses visitó la frontera, incluyendo los centros de detención donde se encontraban algunos de los niños.
Organizaciones católicas como la Red Legal Católica de Inmigración (Catholic Legal Immigration Network), conocida como CLINIC, han participado en el esfuerzo de reunificación.
En una entrevista publicada el 3 de mayo en el periódico The Washington Post, Ann García, abogada de CLINIC, recordó cómo una madre guatemalteca a quien llamó estaba "incrédula" cuando le dijeron que se reuniría con su hijo.
A través de Twitter, la organización también publicó otro relato de García sobre una familia hondureña que sería reunida: una madre y sus hijos que no había visto en tres años.
"Hizo falta un ejército de abogados, gente de fe y un cambio en los niveles más altos del gobierno para reunificar a esta familia", dijo García, según los tuits de la cuenta de CLINIC.
En un comunicado, el grupo dijo que "las familias separadas --ya sea reunidas o todavía separadas-- todavía están afectadas por el trauma de la separación".
Otras organizaciones católicas, como los Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Caridades Católicas USA y una red de otras agencias religiosas de todo el país, también han participado en el intento de reunir de nuevo a las familias.