En medio de los recortes drásticos de la administración Trump a la ayuda humanitaria en el extranjero, una colecta anual utilizada para servir a los vulnerables en los EE.UU. y en el extranjero ha adquirido "un significado muy urgente", dijo el obispo Daniel H. Mueggenborg de Reno, Nevada, jefe de los esfuerzos nacionales de colectas de los obispos católicos de Estados Unidos.

La colecta de Catholic Relief Services (CRS) se realizará en la mayoría de las diócesis católicas del país los días 29 y 30 de marzo, y también se aceptarán donativos directamente en usccb.igivecatholictogether.org, como parte de la campaña #iGiveCatholicTogether.

En una declaración del 10 de marzo, la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. – o USCCB, por sus siglas en inglés -- señaló que los fondos apoyan a seis entidades clave relacionadas con la Iglesia que satisfacen una serie de necesidades sociales y espirituales:

-- Catholic Relief Services, la agencia de ayuda y desarrollo en el extranjero de la Iglesia católica en EE.UU., que proporciona ayuda en caso de catástrofes e iniciativas de desarrollo económico en las naciones con menores ingresos del mundo.

-- El Secretariado de la USCCB para la Diversidad Cultural en la Iglesia, a través del cual los obispos trabajan para responder a las necesidades pastorales de los católicos residentes en EE.UU., que abarcan una amplia gama de orígenes culturales.

-- El Secretariado de Justicia y Paz de la USCCB, que aboga por los pobres y trabaja por la paz.

-- El Servicio de Migración y Refugiados de la USCCB, que -- hasta el 24 de enero -- había tenido contratos con el gobierno federal durante décadas, en virtud de un programa establecido por el Congreso, para reasentar a los refugiados examinados por las autoridades de inmigración y seguridad de Estados Unidos. La USCCB presentó una demanda contra la administración Trump el 18 de febrero por suspender el contrato, que la administración más tarde terminó por completo el 26 de febrero.

-- Catholic Legal Immigration Network Inc., o CLINIC, una organización sin ánimo de lucro con sede en Maryland establecida por los obispos estadounidenses para proporcionar asistencia legal a refugiados y migrantes, incluidos el clero y los religiosos católicos inmigrantes, de los que dependen cerca del 90% de las diócesis católicas del país.

-- El Fondo de Ayuda del Santo Padre, que permite al Papa asistir rápidamente a las víctimas de catástrofes.

Mons. Mueggenborg, que preside el Comité de Colectas Nacionales de la USCCB, dijo en una declaración el 10 de marzo que "las órdenes abruptas de suspensión de las labores de ayuda humanitaria en el extranjero" han dejado a CRS y a otras organizaciones de ayuda "incapaces de sostener su trabajo en el extranjero, llevando alimentos, medicinas que salvan vidas y artículos de primera necesidad a las personas necesitadas".

La suspensión y posterior rescisión por parte de la administración de su contrato de reasentamiento de refugiados con la USCCB también ha afectado a "miles de refugiados", señaló.

La declaración de la USCCB sobre la colecta nacional del CRS señalaba que, incluso cuando la financiación federal seguía vigente, la USCCB tenía que complementar el dinero, porque las subvenciones federales no cubrían todo el coste del apoyo a los refugiados.

La conferencia también señaló que la suspensión de la financiación por parte del gobierno de Estados Unidos ha obligado a la USCCB y a sus socios locales a empezar a despedir empleados, perjudicando sus colaboraciones y su capacidad futura de proporcionar ayuda a los refugiados. Señaló que las donaciones a la colecta de 2025 "serán vitales para las iniciativas católicas de revelar el amor de Cristo a los necesitados".

En 2023, los obispos distribuyeron 12,7 millones de dólares en subvenciones y donaciones entre las seis organizaciones beneficiarias de la colecta CRS, según un informe de fin de año.

Entre otros proyectos financiados por los fondos se encuentran la lucha contra la trata de personas en las industrias pesquera y marisquera, la asistencia jurídica a una religiosa asiática obligada a abandonar su ministerio en EE.UU. debido a complicaciones con el visado, la formación pastoral para los católicos asiáticos y de las islas del Pacífico en EE.UU., el desarrollo económico en Chad y el apoyo a los obispos católicos de Colombia para poner fin a la brutal guerra civil que asola el país desde hace décadas.

Estos esfuerzos también han servido para abordar varias causas profundas de la emigración, como la inestabilidad política, los conflictos, la explotación, las crisis medioambientales y la pobreza, así como el déficit de clero y religiosos en Estados Unidos, que se ha agudizado en los últimos años.

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Gina Christian