Casi siete meses después de que la Corte Suprema anunciara que puso fin a la sentencia Roe vs. Wade y a las protecciones constitucionales para el aborto que estuvieron vigentes casi medio siglo, nuevamente las calles del centro de Washington D.C. se inundaron de personas que claman por la defensa a la vida.

Ríos de marchantes provenientes de diferentes estados de todo el país se reunieron en el National Mall, avanzaron cerca del Capitolio y terminaron la marcha nacional en las escaleras de la Corte Suprema. Este año marcó la quincuagésima vez que tuvo lugar este multitudinario encuentro, que, año tras año, protestaba contra Roe pero que, por primera vez, celebra que el máximo tribunal federal dictaminara que el aborto dejó de ser un derecho constitucional en los Estados Unidos.

Con la decisión de la Corte Suprema, cada estado decide mantener el derecho al aborto o prohibirlo. Estados como Texas, Luisiana, Arkansas, Alabama y Mississippi, entre otros estados que lo han determinado como una práctica ilegal. Con esto, el panorama nacional promete agitarse en los meses por venir con los anuncios de los diferentes estados frente al tema de permitir o no esta práctica.

Entre los marchantes se encontraban varios católicos hispanos que vinieron para expresar su apoyo por la vida.

Católicos como Evelyn Hernández de 17 años, quien pertenece a la parroquia Santa Agatha de la Diócesis de Brooklyn, Nueva York. Para ella, asistir a esta marcha es necesario porque visibiliza que hay muchos en el país para quienes las vidas de los no nacidos importan porque "cuando matas a un bebé no solo matas a una persona sino a toda una generación", aseguró Hernández.

Por su parte Damián Alejo, también proveniente de Brooklyn, atendió por primera vez a esta marcha en compañía de su esposa, Beatriz Torres, y sus hijas. "En nuestra parroquia compartimos especialmente con matrimonios sobre los valores familiares y los principios morales cristianos porque de esas familias vienen también los frutos que son los hijos", dijo Alejo, quien sirve junto a su esposa en el Apostolado Mariano, Consagrados de María, en su parroquia.

"Debemos seguir invitando a todos porque cada voz suma", dijo Torres quién afirmó sentirse bendecida luego que la Corte Suprema anulara la sentencia que legalizaba el aborto en el país desde 1973, pues ella y su familia son defensores de la vida.

Joaquín Martínez llegó a Washington ayer en compañía de otros miembros de la Arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis. Esta es la sexta vez que Joaquín participa en este encuentro nacional.

"Siempre hemos traído a grupos de jóvenes hispanos, educándolos en lo que es la vida y la dignidad del ser humano en sí, desde el momento de la concepción. Y este es un día de celebración porque se han dado cuenta de que el aborto es una masacre y atenta contra la vida", dijo Martínez. Sin embargo, él agregó que "la batalla no ha terminado todavía" ya que en muchos estados, incluyendo el suyo, aun se permiten los abortos.

En las elecciones intermedias de noviembre 2022 votantes en cinco estados rechazaron movimientos para restringir el acceso al aborto o votaron para codificarlo.

En medio de la coyuntura actual, Delia Campo, feligrés de la Iglesia Madre de Nuestro Redentor de la Arquidiócesis de Miami, dijo que "Hay que concientizar a la gente, no solo en nuestro estado que es un estado pro-vida del que estamos muy orgullosos, sino hacer que todo el país entienda que la vida tiene que respetarse porque si una vida ha venido al mundo es porque Dios lo ha decidido así".

Paolo Castellón está de acuerdo en que "todavía tenemos mucho trabajo por hacer" ya que muchos estados, como en su estado de Colorado, el aborto es legal hasta avanzadas etapas del embarazo. "Creemos que en el momento de la concepción empieza a gestarse la vida", agregó Castellón, quien forma parte de la delegación de la organización Students for Life of America que trabaja concientizando a estudiantes de escuelas y universidades sobre la lucha por el derecho a la vida.

Angeline Moro, de 14 años y proveniente de Trenton, Nueva Jersey, fue una de muchos jóvenes asistiendo a la marcha en su quincuagésima versión, motivada por lo que puede aprender mientras que eleva su voz en defensa de la vida de los más vulnerables.

"Todos necesitamos tener una oportunidad de vivir", afirmó Moro.

Así, en una mañana soleada en medio de intervenciones de legisladores pro-vida, representantes eclesiásticos y conciertos de diversos artistas se dieron cita miles de familias, sacerdotes, religiosas, laicos y estudiantes provenientes de todos los rincones del país para continuar reclamando el respeto del derecho a vivir de los que están por nacer.

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Marietha Góngora escribe para OSV News desde Washington.