BALTIMORE -- En su discurso del 15 de noviembre a los obispos de Estados Unidos en su asamblea anual de otoño en Baltimore, el nuncio papal, el arzobispo Christophe Pierre, enfatizó la necesidad de permanecer centrados en el papel misionero de la Iglesia de difundir el mensaje del Evangelio.

Esto es particularmente importante "ya que vivimos una época de cambios acelerados", dijo.

El arzobispo dijo que una manera de determinar si la iglesia está siguiendo su papel misionero es observar cómo las iglesias locales están funcionando como comunidades evangelizadoras, algo que dijo es especialmente evidente en el actual renacimiento eucarístico en los Estados Unidos.

El nuncio también recordó a los obispos la necesidad de que la iglesia refleje la imagen de un hospital de campaña, una descripción utilizada por el Papa Francisco, quien dijo que la iglesia debe ser sobre el trabajo de curar a los que están heridos. El arzobispo dijo que la iglesia vive este trabajo en su alcance a los inmigrantes y a las madres jóvenes en la iniciativa "Caminando con las madres en necesidad".

Dijo que el Papa Francisco está llamando a la Iglesia Católica a ser "una iglesia misionera que anima a todos a ser un evangelista." Una parte clave de ese trabajo implica animar a los fieles católicos laicos a "aceptar la responsabilidad de la iglesia", dijo el nuncio.

Pero para que esto ocurra, señaló que no se puede ignorar la formación espiritual y litúrgica de los laicos.

"Si acompañamos a nuestra gente más de cerca, entonces podremos confiar más fácilmente en ellos y fomentar su crecimiento espiritual", dijo. También preguntó a los obispos cómo están "promoviendo esa santidad ordinaria en nuestras iglesias locales" y si hay suficientes recursos espirituales para sacerdotes y laicos en sus diócesis.

El arzobispo Pierre también señaló que el reciente informe del Sínodo deja claro que muchos jóvenes de la Iglesia tienen dificultades para aceptar las enseñanzas eclesiásticas sobre diversos temas. En respuesta a esto, los obispos deben articular la fe con claridad, dijo, pero también deben "acompañarles en el camino para que vivan su fe de una manera que les ofrezca paz en el corazón, experimentando lo verdadero, lo bueno y lo bello".

Asimismo, instó a los obispos a no dejarse "paralizar por los desafíos que enfrentamos", sino a seguir con confianza su camino hacia adelante de una manera sinodal que implica escuchar, mostrar paciencia y tener un diálogo respetuoso en medio de una cultura que experimenta tanta división.

"A veces podemos encerrarnos en el pensamiento de la crisis y en el discurso de la crisis", dijo, pero también señaló que si uno mira la historia de la Iglesia, los tiempos de crisis pueden "permitirnos discernir la presencia del Señor y volver a centrarnos en la misión y en el lugar al que vamos juntos".

Instó a los obispos a ver estos tiempos difíciles de una manera que, en última instancia, les lleve a dar una "respuesta llena de fe" a la pregunta: "'¿Dónde estamos? Y, lo que es más importante, a la pregunta: "¿Hacia dónde vamos?".

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Carol Zimmermann