El crecimiento, las tensiones innegables y "un profundo deseo de reconstruir y fortalecer" el cuerpo de Cristo han surgido como temas clave en el último informe del sínodo de la Iglesia Católica en los Estados Unidos.
Publicada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) el 28 de mayo, la "Síntesis Nacional del Pueblo de Dios en los Estados Unidos de América para la Etapa Intermedia" resume las respuestas de más de 35.000 participantes y más de 1.000 sesiones de escucha, representado el 76% de las diócesis y eparquías del país, las cuales presentaron sus informes al equipo sinodal de EE.UU.
Además, más de 350 personas se reunieron en unas 15 sesiones de escucha que se centraron en la vida de la Iglesia, la justicia social y las vocaciones, mientras que los obispos de EE.UU. también se reunieron para una sesión de escucha del sínodo.
Lanzada por el Papa Francisco en octubre de 2021, la primera sesión de la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, organizada en torno al tema "Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación, misión", se celebró del 4 al 29 de octubre de 2023 en Roma.
Antes de la sesión de clausura del sínodo, que tendrá lugar en Roma del 2 al 27 de octubre, se pidió a las diócesis de todo Estados Unidos que celebraran sesiones de escucha adicionales durante la Cuaresma de 2024, tras una solicitud de la Secretaría del Sínodo de los Obispos del Vaticano. Esas respuestas se incorporaron a la síntesis recién publicada.
"Teníamos que ser ágiles con el Espíritu", dijo a OSV News Alexandra Carroll, miembro del equipo del sínodo de EE.UU., quien se desempeña como gerente de comunicaciones para la misión social de la USCCB, y agregó que incluso con poca antelación sobre las sesiones adicionales, "nuestros líderes del sínodo diocesano lo asumieron y realmente se hicieron cargo del proceso".
Los miembros del equipo del sínodo, Richard Coll, director ejecutivo del Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la USCCB, y la asesora principal de la USCCB para el sínodo, Julia McStravog, estuvieron de acuerdo.
Coll dijo que estaba "muy, muy cautivada por el compromiso que era evidente" en las respuestas a las sesiones de escucha.
"Los directores diocesanos siguen siendo muy devotos en este camino", dijo a OSV News. "Es algo maravilloso de ver, porque ya es el tercer año de este proceso, pero no me pareció... que hubiera algún tipo de 'fatiga sinodal'. La gente parece más entusiasmada".
"La sinodalidad realmente está arraigando", dijo McStravog. "La gente se está acostumbrando no sólo a compartir, sino también a escuchar de una manera más profunda".
En su introducción a la síntesis, el obispo Daniel E. Flores de Brownsville, Texas, quien funge como presidente del Comité de Doctrina de la USCCB y quien ha guiado el proceso sinodal en los EE.UU., señaló que "si bien ningún documento podría cubrir toda la gama de temas sobre los corazones y las mentes de los católicos" que participaron en las sesiones de escucha, el informe mostró que el camino sinodal ha avanzado en los Estados Unidos.
Entre sus ideas, muchas de las cuales fueron citadas directamente en el informe, los participantes expresaron dos esperanzas básicas para la Iglesia: que sea a la vez un "puerto seguro" y una "comunión ardiente".
Como "puerto seguro", la Iglesia puede ser un lugar "donde los fieles son acogidos, sostenidos y amados", decía la síntesis, citando a un encuestado que observó: "La gente se acerca cuando está sufriendo. … En mi parroquia siento que tengo una familia allí".
Esa bienvenida debe ser más que "superficial", dijo el informe, señalando a las parroquias con numerosas comunidades pequeñas y grupos de oración como las "más exitosas" en acoger e integrar a personas de diversos orígenes. Dado que la iglesia en los Estados Unidos comprende "innumerables grupos culturales y étnicos", el informe señaló un deseo de "promover la interculturalidad, para que haya más unidad entre las culturas que comparten una misma iglesia".
Al mismo tiempo, los encuestados describieron a la Iglesia como una "comunión ardiente", y el proceso sinodal excavó una serie de tensiones dentro de la Iglesia.
En particular, la falta de comunicación clara por parte de la jerarquía eclesiástica y de los medios de comunicación, tanto católicos como seculares, crea confusión y división sobre lo que significa ser católico y obstaculiza la misión de la Iglesia, dijeron los participantes en el sínodo.
Esa incertidumbre puede ser especialmente evidente cuando se trata de equilibrar la bienvenida a personas LGBTQ y otras personas marginadas y al mismo tiempo dar a conocer las verdades de la fe católica, dijeron los participantes del sínodo.
La enseñanza social católica fue "otra área donde se experimentó profundamente la división", con "conversaciones 'sobre justicia social e inclusión estuvieron llenas de momentos de profundo dolor y dolor generacional'", djo el informe. "Los participantes expresaron su preocupación de que la Iglesia haya permitido que la actual polarización y conflictos (en la sociedad civil) conduzcan a una negación del magisterio social de la Iglesia en muchas situaciones".
La liturgia en sí misma puede ser un punto álgido de tensión, y la celebración de la Misa utilizando el Misal Romano de 1962 (conocida informalmente como la "Misa en latín") se convierte en "un punto focal de debates más amplios sobre la tradición, la modernidad y las mejores formas de nutrir la fe en todo el espectro diverso de creencias y prácticas católicas", decía la síntesis para la etapa intermedia.
Otro punto doloroso identificado por los participantes fue que muchas partes de la Iglesia "se han vuelto complacientes, incluso osificadas", lo que potencialmente podría abrir camino a "graves pecados institucionales como el abuso sexual y el racismo", los cuales siguen siendo "heridas duraderas" que "continúan causando dolor hoy", decía el documento.
"El trauma y el escándalo (de la crisis de abuso clerical) han tenido un impacto generacional", manteniendo a los jóvenes y a los adultos jóvenes experimentan desconfianza y quisieran una disculpa "por los abusos que no les sucedieron a ellos, sino a sus padres, abuelos" o otras, dijo la síntesis para la etapa intermedia.
Del mismo modo, el pecado del racismo y "el pecado de esclavizar a los negros en beneficio de la Iglesia" continúan acosando a la Iglesia, según el informe.
Al mismo tiempo, las sesiones de escucha revelaron un compromiso con la importancia de la evangelización y la necesidad de catequesis y formación para sostener dicho testimonio. Los participantes también expresaron su deseo de participar activamente en la misión de la Iglesia, buscando una mayor corresponsabilidad de los laicos (especialmente mujeres y jóvenes) en esa tarea a través de su "dignidad bautismal".
Se lamentó tanto el clericalismo como la falta de vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa, al igual que la división entre los sacerdotes; y un sacerdote participante dijo "Necesitamos ser mejores para superar la amargura y las diferentes teologías y preferencias políticas".
Los obispos que asistieron a la sesión de escucha también destacaron la polarización entre los sacerdotes, y algunos pastores se compararon con un "árbitro episcopal" entre un clero cada vez más diverso, muchos de los cuales provienen de otros países. Se observó que los obispos de los Estados Unidos "necesitan buscar formas de fortalecer las relaciones con los obispos de Canadá y México", dijo el informe. Los obispos católicos ucranianos de EE.UU. expresaron su gratitud por las relaciones positivas que disfrutaron con la USCCB y la Iglesia Católica Romana en EE.UU., señalando que "a veces la Iglesia latina en otras partes del mundo no acepta ni apoya tanto".
Los obispos también aplaudieron los cambios recientes en la estructura de sus reuniones bianuales, que han facilitado más encuentros de grupos pequeños recordándoles que son "hermanos espirituales y no sólo figuras eclesiales".
En definitiva, las relaciones de los obispos con la Santa Sede fueron en general positivas y, aunque "el contacto directo con Roma no es muy frecuente", el informe afirmó que el nuncio apostólico, el cardenal Christophe Pierre, ha logrado "fomentar un espíritu de comunión y facilitar la comunicación con la Santa Sede". Al mismo tiempo, los obispos "expresaron cierta frustración porque la comunicación entre los obispos y las oficinas de la Santa Sede podría ser mejor", pero describieron sus visitas Ad Limina a Roma, durante las cuales proporcionaron al Papa una actualización sobre el estado de sus respectivas diócesis, como "ocasiones de fraternidad y alegría".
La síntesis para la etapa intermedia concluyó señalando que "un tema importante" expresado por los participantes fue "la concientización cada vez más profunda de cómo nuestra confianza en Dios se expresa en relación con nuestras instituciones imperfectas dentro de la Iglesia".
Muchos señalaron "que los fieles 'no debemos avergonzarnos de reconocer que nuestra Iglesia puede estar un poco desordenada; es mejor no fingir que somos la institución perfecta, sino que pertenecemos a la fe perfecta, única y verdadera'", dijo el informe.
Carroll, Coll y McStravog dijeron a OSV News que el proceso sinodal de escucha y diálogo es esencial para sanar las heridas de la iglesia, y esa dinámica es para todos los fieles, dijeron.
"La sinodalidad no está sólo en Roma o en la USCCB", dijo Coll. "Está justo aquí. Está contigo. Está con todos nosotros".
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Gina Christian es reportera multimedia de OSV News.