ROMA - El Papa Francisco dijo que su corazón está "destrozado" por el tiroteo en una escuela primaria de Texas, donde 19 niños y dos adultos murieron a manos de un adolescente que abrió fuego el martes.
"Mi corazón está destrozado por la tragedia de la escuela en Texas", dijo Francisco al final de su audiencia semanal de los miércoles. "Rezo por los niños y adultos asesinados y por sus familias".
El pontífice también aprovechó para pedir que todos "digan basta al comercio indiscriminado de armas".
"Comprometámonos todos para que estas tragedias no vuelvan a ocurrir", dijo.
El jóven abrió fuego en la Robb Elementary School -que imparte clases a niños de entre siete y diez años- en la ciudad de Uvalde, en el sur de Texas, antes de ser abatido por las fuerzas del orden, según informaron las autoridades.
El sospechoso, de 18 años, tenía una pistola, un rifle semiautomático AR-15 y cargadores de gran capacidad, según los investigadores.
Se sospecha que el adolescente disparó a su abuela antes del ataque. Los medios de comunicación locales informan de que podría ser un estudiante de secundaria de la zona.
Los medios de comunicación estadounidenses han identificado a dos niños muertos en el tiroteo. Los familiares confirmaron la muerte de los niños de 10 años Xavier López y Amerie Jo Garza en declaraciones el martes por la noche.
El incidente supone el vigésimo séptimo tiroteo en una escuela en Estados Unidos este año.
Casi 500 alumnos están matriculados en la escuela, de mayoría hispana, a unos 85 kilómetros al oeste de la ciudad de San Antonio.
Según informa Associated Press, un funcionario de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos que se encontraba cerca cuando comenzó el tiroteo se precipitó hacia la escuela y disparó y mató al pistolero, que estaba detrás de una barricada. Uvalde, que está a menos de 80 millas de la frontera con México, alberga una estación de la Patrulla Fronteriza.
El Uvalde Memorial Hospital publicó en Facebook que 13 niños habían sido trasladados al hospital "a través de ambulancias o autobuses".
Una mujer de 66 años y una niña de 10 años se encontraban en estado crítico en un hospital de San Antonio, dijeron funcionarios del hospital University Health.
El arzobispo Gustavo García-Siller, de la archidiócesis de San Antonio, condenó el ataque tanto a través de un comunicado de prensa como en Twitter, diciendo que "no hay palabras para transmitir adecuadamente la profunda tristeza y el dolor y la abrumadora conmoción por la incomprensible pérdida de vidas de 19 niños y dos adultos en la escuela primaria Robb en Uvalde esta tarde a manos de un joven pistolero."
"Cuándo terminarán estos actos de violencia insana; es una carga demasiado grande para soportar. La palabra tragedia no empieza a describir lo ocurrido. Estas masacres no pueden ser consideradas 'la nueva normalidad'", dijo en un comunicado difundido por la archidiócesis.
Subrayando que la Iglesia católica hace un llamamiento constante a la protección de toda la vida, García-Siller dijo que estos tiroteos masivos son una cuestión de vida muy apremiante sobre la que todos en la sociedad deben actuar, tanto los líderes elegidos como los ciudadanos.
"Que Dios se apiade de nuestros niños, sus familias y sus comunidades", publicó en Twitter. "La oscuridad es densa con un tiroteo más en nuestro país. Ayudémonos unos a otros a encender la luz y el calor. Que nos hagamos compañía. Se necesitan oraciones".
En un segundo tuit, dijo: "La vida es preciosa desde la concepción hasta la muerte natural. Recemos por nuestros pequeños".
El miércoles, dos horas antes de que comenzara la audiencia, publicó otro mensaje más, pero esta vez dirigido al pontífice: "Santo Padre Papa Francisco, rece por las almas de nuestros pequeños asesinados hoy y de dos profesores. Uvalde está de luto. Las familias están pasando por un momento muy oscuro. Su oración les hará bien. Gracias por ayudarnos. Queremos ser como Jesús. Cuente con nuestra oración".