MIAMI -- Dos sacerdotes nicaragüenses, parte del grupo de los más de 200 presos políticos desterrados el 9 de febrero de 2023 por el régimen de Daniel Ortega, llegaron de Washington a Miami y celebraron una Misa con sus compatriotas en el exilio.
El Padre Benito Enrique Martínez, de la Diócesis de León, y el Padre José Luis Díaz, de la Diócesis de Matagalpa, concelebraron la Misa de Acción de Gracias con el Obispo Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, por la liberación de los presos políticos, el 12 de febrero, en la parroquia St. Agatha, en Sweetwater, al oeste de Miami.
Al inicio de la Misa, el Padre Marcos Somarriba, párroco de St. Agatha, presentó a la congregación a los sacerdotes y dijo sentirse alegre de que ellos hayan pedido venir a St. Agatha, donde se congrega una de las comunidades más grandes de nicaragüenses en los Estados Unidos.
Ambos sacerdotes hablaron con La Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami, después de la Misa sobre su encierro en El Chipote, una cárcel de máxima seguridad localizada en Managua, la capital de Nicaragua.
El Padre Martínez, que por años ha servido en la parroquia Santa Marta, en Managua, y también fue capellán de La Salle, fue detenido violentamente por policías del régimen de Ortega el 13 de octubre de 2022, mientras se encontraba en la casa parroquial.
El Padre Martínez apoyó decididamente a los jóvenes en el 2018, en su lucha civil y en su protesta cívica por lograr un gran cambio en Nicaragua. "Te damos gracias, padre, y nos alegramos de que estés libre", dijo el Obispo Báez durante la Misa.
Estuvo cuatro meses preso por "decir la verdad", dijo el Padre Martínez. Continuó explicando que el régimen se puso a "inventar que ponía en peligro la estabilidad del país” y lo acusaban además “de haber enviado algunos comentarios contrarios al gobierno".
El sacerdote recalcó que esa acusación fue un pretexto porque lo que ellos querían castigar, "era lo que yo dije el 30 de mayo (de 2022), en plena manifestación pública en las calles de Managua, condenando los asesinatos", recalcó el sacerdote. Agregó que, a tres metros de él, vio caer muerto a un muchacho "con un disparo en la frente".
Eso no se puede negar, dijo el Padre Martínez, porque "lo vimos todos", pero la policía no ha detenido a nadie, nadie está preso, "ni uno solo de los asesinos".
Desde que empezaron en el 2018 las manifestaciones multitudinarias de la población nicaragüense, en diferentes partes del país, en contra del régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, han muerto más de 300 personas, según los datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Durante su permanencia en la cárcel, el Padre Martínez dijo que para los interrogatorios los sacaban a cualquier hora del día -- de madrugada, a medianoche, a mediodía, en la tarde. "Ibas atado con las manos esposadas y cualquier oficial con rango te entrevistaba, a veces para decir disparates y ofensas", indicó.
En una oportunidad, contó el Padre Martínez, le dijeron que allí jamás le han tocado un solo pelo. Pero la realidad es que, "físicamente tal vez no lo han hecho, aunque tenía los brazos totalmente en carne viva por las esposas".
La tortura era psicológica que muchas veces es peor, porque tiene mayor repercusión. "Que te hagan desnudarte en público. Que te hagan defecar en público, eso es peor que una tortura física", indicó el sacerdote.
Ya lejos de las torturas de El Chipote y de Nicaragua, el Padre Martínez dice que, en el fondo, siente tristeza, aunque esté libre, porque su familia está aún en su país y ellos corren peligro.
"Sí, estoy en Estados Unidos, este es un país libre, un país grande, pero el corazón se te queda allá, orando por nuestra familia, poniéndola en las manos del Señor y con la esperanza de que pronto cambie esto y podamos regresar todos a Nicaragua y ser una sola familia, como debimos haber sido siempre", indicó.
Con su liberación y la de los otros presos políticos, el Padre Martínez cree que pronto habrá un cambio para bien en Nicaragua.
El Padre Díaz, el otro sacerdote liberado, es el vicario de la Catedral de Matagalpa, rector del Santuario del Divino Niño, y responsable de los medios de comunicación de la diócesis de Matagalpa, que eran Radio Hermanos y TV Merced antes de ser cerrados por el régimen de Ortega.
Durante la Misa en St. Agatha, el Obispo Báez dijo que el Padre Díaz fue una mano derecha de Mons. Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, y que "todos nosotros queremos hacer el papel de tu obispo también, ofreciéndote nuestro cariño y nuestro apoyo. Damos gracias a Dios por tu libertad", agregó.
El Padre Díaz dijo que fue apresado junto con el Obispo Álvarez el 4 de agosto de 2022. Se encontraban en la curia y ya no pudieron salir por el cordón policial que se lo impedía. No salieron "hasta el 19 de agosto a las tres de la mañana, que nos sacaron a la fuerza, casi arrastrados. Entraron rompiendo puertas, ventanas. Fue absolutamente algo que nos afectó mucho en el momento", indicó el sacerdote.
¿Por qué lo apresaron? "Es una pregunta que todo nicaragüense se hace", dijo el Padre Díaz. "No estaba haciendo absolutamente nada, simplemente por apoyar a nuestro obispo tuvimos que pasar casi seis meses en El Chipote".
El Padre Díaz agregó que el Obispo Álvarez, en un primer momento, tenía casa por cárcel, que también es algo difícil y muy duro.
Mons. Álvarez fue condenado a 26 años de cárcel por negarse a salir del país junto a los 222 presos políticos que salieron el 9 de febrero de Nicaragua en un vuelo a Washington D.C., deportados de su propio país. Según reportes del 15 de febrero, el Obispo Álvarez está aislado en una celda de castigo en la cárcel Modelo.
Parte de la represión del régimen de Ortega contra el pueblo nicaragüense fue el cierre de los medios de comunicación independientes y de los medios católicos en agosto del año pasado. "En un solo día nos cerraron todas las radios, no solamente la diocesana, que es Radio Hermano, una radio de muchísimos años, sino también las otras radios parroquiales", dijo el Padre Díaz.
"Entraron forzando puertas, amenazando al personal que apagaran inmediatamente, incluso llevándose parte de los equipos", indicó el sacerdote y agregó que no tienen una estación de radio como tal con antena AM / FM, pero siguen trabajando a través de su página web y de las redes sociales.
El cierre de las emisoras fue aproximadamente una semana antes de que apresaran a los sacerdotes.
Durante el tiempo que estuvo en la cárcel, el Padre Díaz dijo que tenía la esperanza de "que íbamos a salir en algún momento, pero que nos iban a llevar directamente a nuestras casas, a nuestras familias. Pero la sorpresa fue cuando entramos al aeropuerto y nos obligaron a firmar un papel que nosotros voluntariamente estábamos decidiendo viajar a los Estados Unidos. Entonces firmamos, pero luego la tristeza fue darme cuenta de que mi obispo no había subido".
Mons. Álvarez "dijo que no salía de Nicaragua porque su pueblo es su patria, él es un obispo cercano a la gente, el pueblo de Nicaragua lo ama, lo quiere, ora por él", indicó el Padre Díaz.
Durante su encierro, quisieron que declarara lo contrario, dijo el Padre Díaz, pero se mantuvo firme gracias a su fe en Dios, en la Virgen María y en su madre que ya está en el cielo. "A pesar de que los oficiales querían que yo renegara de Dios, acusara a Mons. Rolando o hacer barbaridades, gracias a Dios, a la Virgen y al Espíritu Santo la fortaleza nunca me faltó".
El Padre Díaz dijo que no sabía que había tantos presos políticos en Nicaragua hasta que subió al avión que lo traería a Washington.
"Nos sorprendió mucho, pero al mismo tiempo nos alegró. Como decía Mons. Silvio en la homilía, el Señor siempre está con su pueblo", indicó. "Este es un signo de la liberación, de ese camino que nos lleva a la tierra prometida. La libertad de Nicaragua pronto se va a dar".
Entre los 222 presos políticos liberados por el régimen de Ortega se encuentran líderes políticos, dirigentes sandinistas, estudiantes, cinco sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y tres laicos comprometidos con la iglesia nicaragüense.
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Rocío Granados es una reportera de La Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami, el cual es parte de Florida Catholic Media.