BALTIMORE -- Cerca de 80 personas, presididas por la madre, el padre y otros familiares de un joven católico de 23 años que fue baleado mortalmente mientras trabajaba en T-Mobile en Baltimore, caminaron por las calles el 7 de mayo haciendo un llamado pacífico al cambio.
"¡Queremos justicia!" gritaron las personas en inglés y español. "¡No más violencia en nuestras calles!"
Fabián Alberto Sánchez-González murió el 1 de mayo, un día después de que fuera baleado en un intento de robo en la tienda T-Mobile en el vecindario de Canton, donde trabajaba.
Según un comunicado de prensa de la Policía de la Ciudad de Baltimore, dos sospechosos fueron arrestados el 4 de mayo: Arthur McCaden, de 18 años, y su hermano de 14 años.
La caminata de vigilia en memoria de Fabián comenzó en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y continuó hacia la tienda de T-Mobile.
Sagrado Corazón era una de las dos iglesias católicas a las que Fabián había acudido con miembros de su familia a lo largo de su breve vida. Su Misa funeral tuvo lugar en esa parroquia el 13 de mayo.
"Ninguna familia debería pasar por desearle a su hijo un buen día en el trabajo y recibir una llamada después ese mismo día de que su hijo fue baleado 30 minutos antes de que terminara su jornada laboral", dijo Carlos Sánchez-González a la multitud, leyendo una declaración de la familia.
El hermano menor de Fabián dijo que el sueño de su trabajador hermano era comprar una casa para su madre, donde toda su familia pudiera vivir junta.
Entre los que caminaron y hablaron en público durante la caminata de vigilia se encontraban el alcalde de Baltimore, Brandon M. Scott; el miembro del concejo de la ciudad de Baltimore, Zeke Cohen; el padre Alipio Flores, de los Redentoristas, y varios líderes religiosos de diferentes denominaciones.
"No hay dolor como el de ver una vida llena de potencial ser interrumpida", dijo el alcalde, "pero hoy todo lo que tenemos que hacer es derramar amor en esta familia".
Antes de que comenzara la caminata de vigilia, Scott se presentó a todos los miembros de la familia, dio sus condolencias y afirmó que estaría allí para la familia, incluso después de que "termine el juicio en la corte y las cámaras desaparezcan".
"Hoy fui yo. Destruyeron a mi familia y (mataron) a un joven bueno que tenía sueños y solo se dedicaba a trabajar", dijo al alcalde la madre de Fabián Sánchez, Alma Rosa González.
También expresó su deseo de estar presente en el juicio con su familia. "Queremos que esto pare", agregó.
"Estamos a la mitad del camino", respondió Scott, explicando que dos sospechosos permanecen bajo custodia y que los abogados estatales están procediendo con el caso.
"Necesitamos un mejor control de armas", dijo el alcalde al Catholic Review, el medio informativo de la Arquidiócesis de Baltimore. "Necesitamos asegurarnos de que las personas que poseen armas estén mentalmente preparadas, y que tengan la edad y madurez suficiente para manejarlas".
"Los adolescentes no deberían tener la posibilidad de ir en línea y ordenar partes de una pistola para luego armarla y usarla", agregó.
Mientras caminaba en la vigilia y al rezar afuera de la tienda de T-Mobile, la madre de Fabián llevaba un largo velo negro y sostenía un cartel en español que decía: "Me quitaron a mi hijo Fabián".
Fabián se graduó de octavo grado en la Academia San Ignacio de Loyola en 2014 y luego fue a Cristo Rey Jesuit High School.
Julio Contreras, el hermano mayor de Fabián, dijo al Catholic Review que Fabián llegó a St. Ignatius Loyola Academy (clase 2014) en Federal Hill después de enfrentar "un momento difícil con otros niños" al ser víctima de acoso escolar (también conocido como bullying) en su escuela anterior.
Al igual que Cristo Rey, St. Ignatius Loyola Academy está dirigida por los jesuitas. Esta escuela gratuita ofrece educación a jóvenes de barrios desfavorecidos.
James Fiore, exconsejero escolar en St. Ignatius Loyola Academy, quien fue consejero escolar y entrenador deportivo de lucha de Sánchez-González durante la escuela intermedia, dijo que Fabián Sánchez-González era "tranquilo, dulce, gentil como un oso de peluche y con un buen sentido del humor".
También dijo que ayudó a Sánchez-González a ingresar a Cristo Rey High School y que fue su mentor durante la escuela secundaria.
"Es tan triste que tantas familias hayan sido afectadas", dijo Fiore. "Tenemos a un joven de 18 años y a otro de 14 que probablemente estarán cumpliendo cadena perpetua y una familia que ha perdido a su segundo hijo mayor".
Eliseo Ortega, un feligrés de San Clemente I en Lansdowne y a quien Fabian Sánchez-González llamaba "tío", dijo que se siente "muy dolido porque él era muy cercano a nosotros". Su hijo, Richard Ortega, era amigo de la infancia de Fabian Sánchez-González y juntos asistieron a la escuela secundaria de Cristo Rey.
"Es muy difícil como padre porque no esperas esto", dijo Ortega. "Piensas que no te va a pasar y te pasa. Desafortunadamente, las autoridades no pueden competir con el crimen y este es el precio que uno tiene que pagar".
Dijo que su mayor desafío como inmigrante es que la situación migratoria actual lo hace, a él y a otros inmigrantes, "esconderse".
"No podemos expresar lo que sentimos debido al miedo a las leyes", dijo. "Hay mucha gente viviendo en las sombras sin voz ni voto".
Rudicela Merino, feligresa de Nuestra Señora de Pompeii en Highlandtown, dijo que, a pesar de no conocer a Fabián Sánchez-González ni a su familia, asistió a la vigilia porque "nadie merece morir de esta manera".
"Sales de tu casa y no sabes si vas a volver debido a la violencia que enfrentamos en esta ciudad", dijo.
Carlos Crespo, feligrés de Santa Clara en Essex, Maryland, dijo que algo debe hacerse sobre las leyes del control de armas.
"No solo las familias hispanas están sufriendo, sino también las caucásicas y las afroamericanas", dijo. "Hoy les tocó a ellos; mañana puedes ser tú, o yo".
El padre Flores, quien sirve como vicario parroquial en el Sagrado Corazón, dijo, "Estamos unidos en esta causa trágica pidiendo justicia y paz para esta ciudad".
"No importa de dónde vengamos, no pensemos más en la violencia, sino en la paz en nuestro país y en nuestra ciudad de Baltimore", dijo poco antes de rezar con la gente.
Humberto Sánchez, el padre de Fabián Sánchez-González, dijo que "la gracia de Dios" está ayudando lentamente a su familia a atravesar esta situación tan difícil.
"Si (la trágica muerte de su hijo) era la voluntad de Dios, entonces no nos queda nada más que aceptar su voluntad", dijo al Catholic Review en español. "Dios sabe lo que está haciendo, él nunca se equivoca", agregó.
Lucía Islas, quien ha apoyado de cerca a los familiares, dijo que la familia Sánchez-González quiere crear una beca para honrar la memoria de Fabián, la cual podría beneficiar a estudiantes de St. Ignatius y Cristo Rey, entre otras escuelas.
"Esta violencia tiene que parar, y queremos justicia para mi hermano", dijo Carlos Sánchez-González. "Que él ahora descanse en paz".
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Priscila González de Doran escribe para el Catholic Review, el medio periodístico de la Arquidiócesis de Baltimore.