WASHINGTON -- Los fondos de la colecta anual de los obispos católicos de EE.UU. para la Iglesia en América Latina hicieron posible que una comunidad de monjas contemplativas en Brasil, que se mantienen haciendo hostias para la Comunión, compraran nuevos equipos comerciales de cocina.
En Haití, los fondos de la colecta también permitieron que 400 jóvenes recibieran una educación teológica que va desde estudios bíblicos hasta enseñanza social católica. Hoy, están ministrando a las personas que sufren en sus comunidades.
Estos y muchos otros ejemplos ilustran que la colecta "se trata de cambiar vidas, a veces salvar vidas, y acercar a la gente a Jesús", dijo el obispo auxiliar jubilado Octavio Cisneros de Brooklyn, Nueva York.
El obispo es presidente del Subcomité para la Iglesia en América Latina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
El Obispo Cisneros hizo la declaración en un comunicado de prensa del 9 de enero de la USCCB sobre la colecta de este año, que se llevará a cabo en las parroquias de la mayoría de las diócesis de EE.UU. en las Misas del 21 y 22 de enero, el mismo fin de semana que el Domingo de la Palabra de Dios.
Las donaciones de los asistentes a la Misa, "sin importar cuán grandes o pequeñas sean, se unirán a las de otros católicos para tener un impacto multimillonario en los lugares donde la gente reza por milagros", dijo el Obispo Cisneros.
Si los católicos de EE.UU. no pueden ir a Misa ese fin de semana, la campaña #iGiveCatholic Together (igivecatholictogether.org) también acepta fondos para la colecta, que beneficia a los ministerios de América Latina y las islas del Caribe.
En 2021, la Colecta para la Iglesia en América Latina proporcionó 281 subvenciones por un total de más de $6.1 millones para ministerio, evangelización, trabajo vocacional, capacitación en seminarios y para ayudar a las iglesias a recuperarse de desastres naturales, según el comunicado de prensa de la USCCB.
Casi el 50% se utilizó para la evangelización, la formación en la fe, el ministerio social y el trabajo pastoral. La siguiente porción más grande, que suma un 29%, fue para respuesta a desastres, seguida por vocaciones y preparación para el sacerdocio o la vida religiosa con un 20%.
Entre los ministerios apoyados por la colecta se encuentran muchas "casas misioneras" comunitarias para la oración y la evangelización en Cuba que capacitan a líderes laicos para ir de puerta en puerta cada verano, "hablando a miles de personas sobre Jesús en una nación que desalienta la fe religiosa", dijo la USCCB.
En Nicaragua, donde los conflictos políticos han agravado los daños causados por dos huracanes devastadores, los fondos de la colecta ayudaron a dos proyectos de recuperación e incluyeron la construcción de numerosas capillas rurales para reemplazar las destruidas, así como la capacitación de 1,200 líderes laicos para brindar servicios de manejo de emergencias junto con atención pastoral.
En Paraguay, 38 jóvenes que habían comenzado sus estudios para el sacerdocio justo antes de la pandemia mundial recibieron apoyo para necesidades básicas como alimentación y atención médica.
El Obispo Cisneros, quien -- cuando era adolescente -- llegó solo a los Estados Unidos después de la toma del poder comunista en Cuba, habló de su deseo de ayudar a las personas que enfrentan la pobreza o la opresión en sus países de origen.
"Yo sé lo que es dejar atrás todo y a todos, menos a Cristo", dijo. "Te aferras a Dios y a Nuestra Señora en busca de fuerza y esperanza, orando continuamente. Tales son las oraciones de quienes sobreviven a los desastres o buscan la fe frente a la pobreza aplastante o la opresión política".