Algunos de los católicos que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha nominado para hacer parte de su gabinete ministerial, comparten su postura respecto al aborto al rechazar públicamente la enseñanza de la Iglesia sobre este tema fundamental del derecho a la vida.
Xavier Becerra, nominado para la Secretaría de Salud y Servicios Humanos, ha sido fiscal general del estado de California. En ese cargo defendió una ley estatal para que centros provida con licencia médica hagan publicidad sobre lugares donde los pacientes podrían someterse a un aborto.
Esta norma, aprobada en 2015 y derogada por la Corte Suprema en 2018, también fue defendida por Kamala Harris, actual vicepresidenta que también fue fiscal general de California antes de llegar al Senado.
Becerra también ha defendido un mandato estatal abortista para que los empleadores incluyeran el aborto en sus planes de seguro. Grupos provida, incluyendo la comunidad religiosa de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, desafiaron legalmente la norma.
Becerra ha sido además congresista por California, donde el Comité Nacional por el Derecho a la Vida le otorgó una puntuación de 100% a favor del aborto. El medio de comunicación Político informó en diciembre que los grupos abortistas consideran su "campaña de presión" hacia Biden como "tremendamente exitosa", en parte debido a la nominación de Becerra.
Si Becerra es confirmado en la Secretaría de Salud podría derogar algunas políticas provida así como algunas protecciones a la objeción de conciencia de los trabajadores de la salud.
Joe Biden también ha nominado al alcalde de Boston, Marty Walsh, para que sirva en la Secretaría de Trabajo. En su campaña en 2013, el sitio web de Walsh indicó que la disparidad entre el número de centros provida y las clínicas de aborto en esa ciudad era perjudicial para la salud de las mujeres.
“En término de opciones reproductivas, los centros para embarazos en crisis superan a los proveedores de salud de las mujeres por 3 a 1, minando seriamente el acceso de las mujeres a la planificación familiar, la consejería y por encima de todo la capacidad de elegir”, se leía en el sitio web.
Walsh también recibió el premio “Hombres pro choice” por parte del grupo abortista NARAL en el estado de Massachusetts en 2016, según indica el Boston Globe. Walsh dijo entonces que era “un candidato pro-choice, un alcalde pro-choice y fui un legislador pro-choice”.
En Estados Unidos, el lobby abortista acuñó el término pro choice para indicar una postura favorable al aborto, evitando nombrar esta práctica.
Otros tres nominados: Gina Raimondo, Tom Vilsack y Jennifer Granholm también han defendido medidas abortistas en sus cargos de gobernadores de Rhode Island, Iowa y Michigan, respectivamente. Raimondo dirigiría el departamento de comercio, Vilsack el de agricultura y Granholm el de energía.
Denis McDonough, nominado para la secretaría de asuntos de veteranos, trabajó en la Casa Blanca como jefe de personal bajo la presidencia de Barack Obama.
McDonough habría estado entre quienes pidieron a Obama que relajara las medidas del mandato abortista de 2012, para que se pudiera respetar la objeción de conciencia de los grupos religiosos. Sin embargo, muchos grupos como las Hermanitas de los Pobres y la Conferencia Episcopal se siguieron oponiendo al mandato modificado porque requería aún la aceptación de algunas cuestiones que seguían considerando inmorales.
El general Lloyd Austin, nominado para la secretaría de defensa, no se ha manifestado públicamente sobre el aborto. Austin también es católico y está relacionado con la familia de Biden ya que sirvió con uno de sus hijos en Irak, el fallecido Beau Biden.