El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, presidió este domingo 10 de octubre la coronación pontificia de Nuestra Señora La Leche y el Buen Parto en la diócesis de San Agustín en el estado de Florida, lugar donde hace más de 450 años se celebró la primera Misa en el territorio que ahora es Estados Unidos.
“Hace más de 450 años llegó a estas tierras de la Florida el Evangelio y aquí, en San Agustín, se celebró la primera Eucaristía. El 150 aniversario de la diócesis de San Agustín es un día entrañable y de una significación muy especial”, dijo el Cardenal en su homilía, que fue traducida por el impulsor de estas celebraciones y Obispo de San Agustín, Mons. Felipe de Jesús Estévez.
Tras resaltar la fuerza de las palabras del Papa Francisco en la carta en la lo nombra enviado especial para estas celebraciones y en donde da gracias a Dios y la Virgen María, el Cardenal resaltó que el aniversario de la diócesis y la coronación pontificia de Our Lady of La Leche “son dos acontecimientos que nos lanzan a seguir adelante, como Iglesia, en salida misionera”.
“Aquí y ahora celebramos que la Iglesia que vive y camina en San Agustín está viva y quiere vivir el anuncio de Jesucristo nuestro Señor, con el estilo y la manera en que lo anunció nuestra Santísima Madre”, resaltó el Purpurado español.
“La Iglesia en San Agustín es consciente de que una madre nos acompaña en la misión, Nuestra Señora de la Leche y el Buen Parto, a quien vamos a coronar como Reina y Señora de todo lo creado, reina y señora nuestra, Madre nuestra”, prosiguió.
Tras destacar “el gran cariño y devoción que tienen a esta advocación”, el Cardenal español subrayó que “nuestra alegría es una alegría misionera, vivámosla en la dinámica del éxodo, de salir siempre de nosotros mismos; y en la dinámica del don, de ir siempre más allá, de dar más allá de uno mismo”.
“Vemos un Pueblo de Dios que nació de la misión y para la misión. Es una Iglesia diocesana que no quiere ni desea olvidar que nació de la misión ni olvidar tampoco que está para la misión. Así podemos entender al profeta Isaías que dice ‘sois de la estirpe del Señor’”.
El Arzobispo de Madrid subrayó luego que “necesitamos avanzar en el camino de la conversión pastoral y la conversión misionera. El Concilio Vaticano II nos decía que es la apertura de una permanente reforma en fidelidad a nuestro Señor Jesucristo”.
“Habéis metido en vuestra historia y en vuestra vida a esta mujer excepcional que supo decir al señor ‘Aquí estoy Señor, hágase en mí según tu palabra’. Hoy también esta diócesis dice estas palabras que dijo esta gran mujer”.
“Jesús nos invita a estar junto a María como ella estuvo, escuchando y cumpliendo siempre la palabra de Dios”, aseguró el Cardenal Osoro.
“Hoy le pedimos a Nuestra señora de la leche y el buen parto tres cosas: en primer lugar vivir siempre en la alegría del Evangelio”.
Ante el vacío existencial que generan situaciones como la actual pandemia del coronavirus, el Cardenal invitó a “llenar el corazón de realidades plenas que nos llenen de alegría, para salir hacia los demás, especialmente los más necesitados”.
“Familias, poned a vuestros hijos al alcance de Dios, como lo hizo María”, exhortó.
“Si somos hijos, también somos hermanos de los hombres”, dijo luego. “Necesitamos de ti, Santísima Madre, que nos concedas el don de sabernos acercar a los demás para estar junto a ellos. Acompáñanos, aunque tengamos que hacer como tú un largo camino y atravesar regiones montañosas, hasta estar al pie de la cruz junto a tu Hijo”, afirmó.
Después de la homilía, el Cardenal Osoro coronó primero la imagen del Niño Jesús en brazos de la Virgen, y luego a Nuestra Señora de La Leche y el Buen Parto, para luego darle un beso, a lo que siguieron los aplausos de los fieles presentes.
Historia de la Diócesis de San Agustín y Our Lady of La Leche y el Buen Parto
Alfa y Omega recuerda que el 8 de septiembre de 1565, una expedición española a bordo de cinco navíos, bajo las órdenes del capitán Pedro Menéndez de Avilés, desembarcó en La Florida. El P. Francisco López de Mendoza Grajales celebró, en un altar de madera, la primera Misa en territorio norteamericano.
Los españoles establecieron allí la misión Nombre de Dios. También un asentamiento al que llamaron San Agustín, en memoria del santo en cuya festividad avistaron tierra, y la primera parroquia en esas tierras, actualmente la catedral basílica de San Agustín.
Desde allí partieron los misioneros franciscanos a evangelizar, y fue en ella donde se fundaron las primeras escuelas y hospitales.
En 1870 se creó la Diócesis de San Agustín, en donde viven actualmente unos 150 mil católicos divididos en 53 parroquias, liderados por Mons. Estévez, obispo de origen cubano.
Fueron los españoles los que llevaron a Norteamérica la devoción de Nuestra Señora de La Leche y el Buen Parto, que sostiene en sus brazos al Niño Jesús mientras lo amamanta.
A Ella se dedicó el primer santuario mariano en América del Norte, levantado en la misión Nombre de Dios a principios del siglo XVII, que hasta hoy sigue acogiendo a peregrinos de todo el mundo.
Los peregrinos, refiere Alfa y Omega, “acuden a esta imagen para pedirle su intercesión en asuntos de fertilidad, así como la bendición de los matrimonios, el buen término de los embarazos y la salud de los niños”.
Nuestra Señora de la Leche es la cuarta advocación coronada canónicamente en Estados Unidos, después de Nuestra Señora de Prompt Succor y Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, ambas de Luisiana, y Nuestra Señora del Monte Carmelo de Nueva York.
En 2012, tras la petición de Mons. Estévez, el Vaticano aprobó la festividad local en honor de Nuestra Señora de la Leche, que se celebra desde entonces el 11 de octubre.