Un albergue cerca de la frontera entre EE.UU. y México para migrantes embarazadas dirigido por una líder pro-vida se está preparando para dar la bienvenida al primer bebé nacido mientras la madre se encuentra en el refugio, dijo su co-fundadora a OSV News.

Destiny Herndon-De La Rosa, fundadora y presidenta de New Wave Feminists y cofundadora del Stellar Shelter, también conocido como "New Wave Feminists Consistent Life Ethic Center" en Juárez, México, calificó el proceso de apertura de ese refugio como "una especie de viaje alocado".

"Abrimos el 6 de febrero y ya hemos visto a más de 100 mujeres y niños llegar a nuestro refugio y luego su aplicación de asilo es procesada", dijo a OSV News el 7 de septiembre. "Actualmente tenemos dos madres embarazadas; una va a dar a luz la semana que viene, lo que es increíble. Será el primer bebé que nazca mientras la madre esté en el albergue. Así que estamos muy, muy emocionadas por ello".

La inmigración y la política fronteriza entre Estados Unidos y México se han convertido en temas cada vez más partidistas y divisivos en la política estadounidense. Juárez está justo al otro lado de la frontera con El Paso, Texas.

Herndon-De La Rosa afirmó que el sistema de inmigración de Estados Unidos es una "crisis creada por el hombre", y alegó que ambos bandos políticos están desincentivados para fomentar una política de inmigración que sea humana y ordenada.

"Lo vemos mucho con el aborto", dijo. "La derecha tiende a hacer de ello un gran problema porque es ahí donde está su base de votantes. Y la izquierda tiende a hacer de la migración un gran problema. Pero nadie hace nada para resolver el problema. Al final, la gente vulnerable se queda al margen".

Herndon-De La Rosa dijo que tanto en el trabajo de New Wave Feminists en el refugio como en el movimiento provida, "lo que tratamos de hacer es humanizar a los seres humanos".

"Escuchas las historias de estas mujeres sobre las cosas más horribles por las que han pasado en sus países de origen y cómo atravesar literalmente una jungla -- donde la gente y sus hijos pierden la vida -- es una opción mejor que quedarse donde están", dijo, señalando que las mujeres y los niños que hacen ese viaje son vulnerables al tráfico sexual y a la violencia.

Herndon-De La Rosa explicó que, tras esa travesía, los migrantes a veces son recibidos por una cultura estadounidense que los considera delincuentes o que están allí para quitarles el trabajo, y los convierte en parte de un "monolito sin nombre y sin rostro que nos facilita deshumanizar a la gente".

"Una gran parte de nuestro trabajo consiste en ponerles cara y nombre y mostrarles lo que han vivido; contar sus historias y dar a conocer sus experiencias, para que la gente se dé cuenta de que no se trata sólo de masas sin nombre ni rostro", explicó. "Son seres humanos. Para los creyentes, son sus hermanos y hermanas en Cristo. Y tenemos que sentir empatía por ello".

Herndon-De La Rosa dijo que, como feministas provida, su grupo se sintió llamado a ayudar a las mujeres en la frontera.

"Al igual que nuestra humanidad no empieza en el canal del parto, no termina en la frontera", dijo Herndon-De La Rosa. "Todos seguimos siendo seres humanos y el niño no nacido en el vientre de una madre migrante es tan humano como un niño no nacido en el vientre de una madre estadounidense".