Los alumnos del San Damiano College of the Trades toman cursos de teología, literatura y artes, pero también aprenden un oficio de su elección. (Cortesía de San Damiano College of the Trades)
Llamar crisis al descenso constante de hombres jóvenes que asisten a la universidad no es una exageración. Es una realidad dura, respaldada por datos contundentes.
Según el American Institute for Boys and Men, actualmente hay 2.4 millones más de mujeres que hombres inscritos como estudiantes universitarios en EE.UU., y el 54 % de las mujeres se gradúa en cuatro años, frente a solo el 43 % de los hombres.
También existe una crisis en la educación superior católica, fácilmente detectable para quien preste atención. Muchas instituciones católicas que antes eran prestigiosas hoy son indistinguibles de las universidades laicas.
Y hay una tercera crisis: la deuda aplastante que enfrentan tantos egresados universitarios. La deuda promedio por estudiante asciende hoy a unos $40,000, lo que indica que muchos cargan deudas que superan los seis dígitos.
Todo esto no se trata solo de dólares y centavos o de buenas o malas trayectorias profesionales. Si un joven no cuenta con los conocimientos y habilidades necesarios para mantenerse a sí mismo, difícilmente podrá proveer para una familia. Un estudio del Pew Research Center reveló que el 20 % de los hombres entre 24 y 35 años sigue viviendo en casa de sus padres.
Kent Lasnoski, Ph.D., está trabajando para abordar todos estos problemas en un solo lugar. En esencia, es un educador católico con doctorado en teología moral, con énfasis en el matrimonio. Junto a su esposa Caitlin escribió el libro 30 Days with Married Saints (Pauline Books & Media, $18.95) y ambos están profundamente involucrados en el movimiento de educación en el hogar.
Lasnoski ha enseñado en diversas instituciones, incluyendo los últimos nueve años en Wyoming Catholic College. Su sueño siempre ha sido abrir una universidad católica en el Medio Oeste, aunque se describa a sí mismo como “un humilde teólogo”.
Cuando este teólogo se cruzó con el obispo Thomas Paprocki, de Springfield, Illinois, todo cambió. El obispo también tenía una visión de una nueva forma de educación superior que coincidía con el sueño de Lasnoski. Así nació San Damiano College for the Trades en Springfield, que recibió a su primera cohorte de estudiantes en agosto.
El nombre no es casualidad. Como san Francisco de Asís, quien al ver la iglesia de San Damián en ruinas oyó el llamado a reconstruirla, el teólogo y el obispo sintieron un llamado similar hacia un lugar que necesitaba esa misma clase de renovación.
La capilla del campus universitario. (Cortesía de San Damiano College of the Trades)
Los estudiantes de San Damiano vivirán una experiencia educativa única. Recibirán una sólida formación en teología, humanidades, filosofía y artes, pero también aprenderán a hacer una unión de cola de milano, a instalar un baño o a cablear una casa. Es una propuesta ambiciosa, con muchas oportunidades.
Como señala Lasnoski, “hay algo así como 400,000 empleos en manufactura que están vacantes en este momento… Imaginen cuánto podríamos cambiar el mundo si preparamos a hombres católicos para ese mundo”.
Como san Francisco, reconstruir una iglesia implicaba una aplicación práctica que requería manos y herramientas. Y aunque hoy alguien viva en una casa “inteligente” que monitorea el sistema HVAC, el suministro de agua o el circuito eléctrico, ninguna inteligencia artificial va a arremangarse para reparar el aire acondicionado, el inodoro o el panel eléctrico cuando se descompongan. Y si uno está sofocado de calor, no va a llamar a alguien con un título en poesía rusa del siglo XVII. Va a querer a un técnico capacitado.
San Damiano College for the Trades no solo formará plomeros o electricistas hábiles, sino también hombres inmersos en una educación clásica basada en la fe y la ética.
Por ahora, la universidad solo está preparada para recibir estudiantes varones, pero hay planes, si Dios quiere, de ampliar la oferta para incluir formación similar para mujeres. El obispo Paprocki ve esta propuesta como “una oportunidad verdaderamente única para una formación integral de la persona humana” y, al mismo tiempo, una forma de contrarrestar, aunque sea en pequeña medida, la caída en la participación masculina en el ámbito académico.
Ahora bien, el aspecto más “radical” de San Damiano College for the Trades es que sus futuros graduados no solo saldrán con miles de años de filosofía, teología, literatura y ética como base, sino también con cinturones de herramientas y cero deuda. Ese “milagro” será posible porque los estudiantes trabajarán en el oficio de su elección durante cada uno de sus tres años, ganando dinero que compensará el costo de la matrícula.
La primera generación de San Damiano College of the Trades está compuesta por apenas 25 estudiantes. Puede parecer poco, pero un carpintero de Judea empezó con solo 12.