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LA: Católicos rezan por fin de redadas en Misa de inmigrantes

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Cuando Antonio Luna tenía 9 años en la década de 1970, su madre, desesperada tras la muerte de su esposo, lo envió desde México a Estados Unidos junto con dos hermanos y dos hermanas.

Cinco años después, siendo ya un adolescente que regresaba de la escuela, volvió a un departamento vacío. De repente, alguien tocó la puerta. Conociendo ya el temor a las autoridades migratorias, miró por la ventana y vio que era la administradora del edificio.

Ella tenía malas noticias: sus hermanos habían sido deportados.

El diácono Antonio Luna, de la Diócesis de Orange, comparte su experiencia migratoria durante la Misa en Reconocimiento a Todos los Inmigrantes en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, el 21 de septiembre. (Evan Lirette)

“Tan pronto cerré la puerta, el estómago comenzó a darme vueltas, y sentí ese miedo”, contó Luna, quien después tuvo que vivir en las calles. “Y vinieron las preguntas a mi mente: ¿Qué voy a hacer? ¿A dónde voy a ir? ¿Quién me va a recoger? ¿Volveré a ver a mi mamá? Tengo hermanos, hermanas. Pertenezco a una familia”.

Luna, hoy diácono en la Diócesis de Orange, compartió su historia en la Misa en Reconocimiento a Todos los Inmigrantes, celebrada el 21 de septiembre en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Su testimonio reflejó lo que hoy viven muchos inmigrantes en Los Ángeles y en todo Estados Unidos: miedo a la deportación, miedo a salir de casa, temor por lo que pueda ocurrir con sus hijos o seres queridos si los envían de vuelta a sus países de origen.

Muchos de los presentes en la Misa del domingo por la tarde dijeron a Angelus que se sentían impotentes, esperando que Dios interviniera en la situación. Pero al estar en la catedral, también se sentían unidos en oración.

Boni Lara y su esposa, Celia Zamora, feligreses de la parroquia Ascension en el sur de Los Ángeles, asisten a esta Misa anual desde hace tres años, pero dijeron que este año sintieron un llamado especial a participar.

“Somos muchos los que tenemos miedo, que no queremos salir de nuestras casas”, dijo Lara, inmigrante de Michoacán, México. “Esperamos que de esta Misa salga algo bueno, por la intercesión de la Virgen María”.

“Ahora hay muchos niños sin sus padres, y el padre es el pilar del hogar”, dijo Zamora. “Siento mucha tristeza por la situación, pero Dios me da felicidad y fortaleza para los inmigrantes a través de esta Misa”.

Más de 1,600 personas asistieron a la Misa en Reconocimiento a Todos los Inmigrantes en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, el 21 de septiembre. (Evan Lirette)

Luna cree que los católicos, especialmente los jóvenes, deben tomar acción para ayudar a los inmigrantes necesitados.

“Podemos hacer mucho”, afirmó. “Nuestras comunidades confían en nosotros. Ven al Señor en nosotros. Podemos abrir nuestros corazones y escuchar sus voces, y escuchar lo que necesitan. Porque, al final, como católicos, estamos aquí para levantar la dignidad del ser humano.

“A quienes están indocumentados, déjenme decirles una cosa: No tengan miedo. No pierdan la fe. Confíen en el Señor y recen. Recen, porque esto va a tener un final”.

En su homilía, el arzobispo José H. Gómez pidió a los inmigrantes que compartan sus historias al dirigirse a los líderes del gobierno para remediar el sistema migratorio roto del país.

“Es la historia que se ha contado desde el comienzo de este país”, dijo el arzobispo Gómez. “Es la historia de hombres y mujeres buenos, trabajadores, personas de fe.

“Hagamos que eso vuelva a ser verdad. Contemos nuestra historia a nuestros líderes, especialmente, e instémoslos a hacer lo correcto. A facilitar el ingreso a este país, a crear un camino para quienes han estado aquí por muchos años”.

Isaac Cuevas, director de inmigración y asuntos públicos de la Arquidiócesis de Los Ángeles, habla durante la Misa en Reconocimiento a Todos los Inmigrantes en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, el 21 de septiembre. (Evan Lirette)

Isaac Cuevas, director de inmigración y asuntos públicos de la Arquidiócesis de Los Ángeles, dijo que las parroquias y grupos arquidiocesanos han estado trabajando sin descanso para apoyar a los inmigrantes, incluyendo bancos de alimentos, talleres de “conozca sus derechos” y ayudándolos a crear planes legales en caso de emergencias o deportaciones. Líderes de One LA-IAF hablaron antes de la Misa sobre su estrategia de “Escuelas de Libertad”, que enseña a las personas cómo enfrentar ataques a sus derechos y libertades civiles.

Pero mientras los grandes grupos hacen su parte, Cuevas dijo que es importante mostrar que los miembros de la Iglesia están de pie por los inmigrantes y ayudando de forma concreta. La Misa fue una manera de hacerlo.

“Espero que la gente entienda y reconozca lo importante que es simplemente estar en solidaridad unos con otros, reconocer a quienes están vulnerables en este momento, personas que han sido impactadas por las redadas y la aplicación de la ley”, dijo Cuevas. “Está causando daño, y está causando estrés emocional. Y hacerlo a sabiendas es pecaminoso. Esperamos que, como Iglesia, podamos hacer nuestra parte para apoyar a las personas en un momento de necesidad.

“Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de actuar, aunque sea de una manera pequeña”.

Estudiantes de Loyola Marymount University participan en la procesión de entrada durante la Misa en Reconocimiento a Todos los Inmigrantes en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, el 21 de septiembre. (Evan Lirette)

Benton DiPasquale, quien asistió a la Misa con un grupo de estudiantes de Loyola Marymount University, dijo sentirse inspirado al ver a tantas personas distintas reunidas, y confía en que la Iglesia seguirá luchando por una solución pacífica.

“Hay muchas personas en este país ahora mismo, no solo en Los Ángeles, que tienen miedo de salir de sus casas”, dijo. “Es importante que estemos unidos, que alcemos la voz para mostrarles que no están solos. Ofrecer nuestras oraciones a Dios y a la Virgen de Guadalupe, porque la paz es algo por lo que todos luchamos, y es algo por lo que debemos trabajar juntos.

‘Católico’ significa ‘universal’, y ver a personas de todas las edades y orígenes reunidas muestra realmente de qué se trata nuestra fe”.

Mike Cisneros
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Mike Cisneros and Theresa Cisneros