El fallecido Vin Scully durante una entrevista para el documental de béisbol «Soul of a Champion: La historia de Gil Hodges», producido por Spirit Juice Studios en asociación con Catholic Athletes for Christ. (CNS/cortesía de Spirit Juice Studios)
Catholic Athletes for Christ (CAC) organiza misas para todas las franquicias de béisbol de las Grandes Ligas, incluidos los Dodgers de Los Ángeles. Casi todos los que han servido o asistido a misa en el estadio de los Dodgers se deleitan en los momentos de ver -y lo más importante- oír a Vin Scully proclamar la Palabra de Dios como lector.
«Estás nervioso porque es Vin Scully», dijo el padre Richard Sunwoo. «Si has crecido escuchando a los Dodgers, es simplemente, 'Oh, ahí hay una leyenda andante' y te está diciendo que va a hacer la primera lectura».
Para Sunwoo, fue una experiencia sin igual.
«Cuando me surgió la oportunidad de ayudar en las misas, estaba súper emocionado», dijo. «Te llevan por ese túnel y tienes este pase en el cuello. Parecía un niño de primer curso que va a clase por primera vez, tienes los ojos grandes y muy abiertos. Pasas junto a los trofeos del Salón de la Fama, los bates, ves las camisetas en la pared. Luego te llaman para celebrar la misa y es una experiencia surrealista cuando Vin entra por la puerta y no sabes qué decir».
Ray McKenna, fundador y presidente de Atletas Católicos por Cristo, atribuyó a Scully la inmensa ayuda que prestó a su organización, coronada por la grabación por parte del legendario locutor de un CD de dos discos en el que rezaba el rosario. La grabación, que todavía está a la venta, se utiliza para recaudar fondos para CAC.
«Envió una nota de agradecimiento y una contribución a nuestra misión, a nuestro ministerio, diciendo: 'Quiero deciros lo importante que es para mí celebrar la misa en el estadio y lo mucho que disfruto formando parte de esto. Y sólo quiero expresar mi agradecimiento». Fue un momento increíble».
Incluso los jugadores visitantes que asistieron a la misa en el Dodger Stadium quedaron impresionados, dijo McKenna.
«Volvieron y realmente no tengo palabras para describir lo eufóricos que estaban yendo a una misa en la que Vin Scully era lector», dijo. «Uno de ellos dijo: 'Ha sido increíble, Ray. Ha sido como escuchar a Dios leer el Antiguo Testamento'».