Al predicar en la 39ª "Misa Roja" anual de Los Ángeles, el embajador del Papa en Estados Unidos hizo un llamamiento a los miembros de la comunidad jurídica para que defiendan a los miembros de la sociedad que no tienen una voz, incluso ante la presión política o la amenaza de ser "cancelados".
"No siempre es fácil hacer lo correcto, defender la dignidad de la persona, de los necesitados, de los pobres, de los miembros sin voz de nuestra sociedad", dijo el Arzobispo Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en Estados Unidos, en su homilía en la liturgia celebrada el 20 de octubre en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.
"No es fácil tomar una posición", continuó, "cuando hay tanta presión política sobre ti y cuando en lugar de tolerar las diferencias y buscar soluciones a través del diálogo, la amenaza inminente de ser cancelado infunde miedo".
"En esos momentos", añadió, "debemos pedir fuerza al Espíritu de Dios, teniendo en cuenta las palabras de San Pablo: ‘Todo lo puedo en Aquel que me fortalece’".
Organizada por la sección local de la Sociedad Santo Tomás Moro, la Misa Roja es una celebración ecuménica y cívica que honra a jueces, abogados, legisladores y profesionales del derecho y que suele celebrarse en torno al inicio del año judicial en muchas diócesis católicas. La liturgia del miércoles por la noche fue presidida por el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez.
En el 2020, debido a la pandemia de COVID-19, la participación en la celebración fue virtual. Este año, sin embargo, varias personalidades cívicas pudieron asistir presencialmente. Entre los que leyeron la oración de los fieles durante la misa se encontraban la fiscal federal en funciones Tracy Wilkison; Pete Peterson, decano de la Escuela de Políticas Públicas de Pepperdine; y la agente femenina de más alto rango de la policía de Los Ángeles, la jefa adjunta de la Oficina de Operaciones Beatrice Girmala.
Siguiendo la tradición, varios representantes de otras religiones, como el Islam, la Iglesia de los Santos de los Últimos Días y varias denominaciones protestantes, fueron presentados en la misa por el reverendo Alexei Smith, líder del diálogo interreligioso en Los Ángeles desde hace mucho tiempo. La guardia de honor de la misa fue dirigida por miembros de los Caballeros de San Pedro Claver y de los Caballeros de Colón.
Vince Farhat, presidente de la Sociedad Santo Tomás Moro de Los Ángeles, dijo que el aspecto ecuménico de la Misa Roja es una invitación para que los no católicos reflexionen sobre el legado del santo del siglo XVI, que fue decapitado por la corona inglesa por elegir defender su fe cristiana por encima de la lealtad al rey.
"Creemos que Santo Tomás Moro es un modelo a seguir para los abogados de todas las confesiones", dijo Farhat a Angelus. "Como todos son bienvenidos en esta misa, invitamos en particular a la misa a personas que no son católicas, para que puedan discernir y considerar lo que el ejemplo y la vida [de Moro] significa para ellos, y para que también se sepan bienvenidos en nuestra Iglesia."
Las palabras de cierre estuvieron a cargo del juez del Tribunal Superior de Los Ángeles Stephen M. Moloney, quien definió a la misa como una oportunidad para reunirse "como jueces, abogados, líderes políticos, gubernamentales y religiosos, reconociendo que lo espiritual es fundamentalmente importante mientras vivimos nuestra vida diaria."
En sus declaraciones, Moloney también recordó cómo las palabras de su profesora de séptimo grado de la escuela católica - irónicamente llamada Sor Tomás Moro - lo guiaron a través de su carrera legal.
"Ella me dijo que podía lograr grandes cosas si estaba dispuesto trabajar duro", dijo Moloney, que estudió en el Seminario de San Juan en Camarillo antes de decidir estudiar derecho en la Universidad de Santa Clara, dirigida por los jesuitas. "Ella tenía razón".
Moloney dijo que la monja le viene a menudo a la mente al ver las inevitables tiendas de campaña de los sin techo que se ven alrededor del juzgado del centro de la ciudad donde trabaja.
"Sé que la Hermana me recordaría que tienen derecho a la justicia al igual que todos los que comparecen ante el tribunal", dijo.
En su homilía, el arzobispo Pierre enumeró algunas de las formas en que los siete dones del Espíritu Santo pueden ayudar a guiar a los profesionales cívicos y jurídicos en su trabajo. El don sobrenatural de la comprensión, sugirió el prelado francés, es especialmente importante en un mundo "lleno de lo superficial y lo efímero, que se vive en frases hechas y tuits" y que se mueve por ideologías.
"Dios los llama a ustedes, los miembros de nuestros sistemas judiciales y legales, a ser personas de sustancia e integridad, dispuestas a participar en el discurso y el debate público, abiertas a ser cambiadas por un encuentro con la verdad", dijo el arzobispo Pierre.