Después de un año marcado por las protestas raciales y por una pandemia que impuso que la celebración anual de OneLife LA se volviera virtual, los oradores del principal evento pro-vida del sur de California enfatizaran los vínculos que hay entre el aborto, el racismo y el debilitamiento de la compasión.
La gente ha llegado a comprender “que la vida humana es preciosa. Además, esa vida es frágil. “Lo que realmente importa es la manera cómo vivimos, amamos y cuidamos unos de otros”, dijo el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José H. Gómez, en los comentarios que hizo en el evento.
Él fundó OneLife LA en la costa oeste, hace siete años, como una celebración de la cultura de la vida. OneLife LA se centra en el derecho a la vida que empieza en la concepción y, al mismo tiempo, conecta ese derecho con la labor de ayudar a los pobres, a los inmigrantes y a otras personas vulnerables.
Normalmente, OneLife LA atrae a decenas de miles de personas al centro de Los Ángeles. Este año, varios mensajes en video acerca de “la alegría de vivir” enumeraron maneras de celebrar la vida durante un año de pandemia, muerte y división.
Gloria Purvis, una locutora de radio católica que tiende puentes entre los movimientos contra el aborto y contra el racismo, ha hablado en anteriores celebraciones de OneLife, la más reciente de las cuales ocurrió en 2019. Ella volvió como oradora principal este año.
Cuando los videos de un oficial de policía blanco de Minneapolis arrodillado sobre el cuello de un hombre negro se volvieron globales, “todos nosotros tuvimos en casa la oportunidad de presenciar, en primera fila, un ataque a la vida humana. Todos vimos lo que pasó con George Floyd”, dijo ella.
La oradora pro-vida, Gloria Purvis y su hija saludan a los participantes de OneLife LA.
Purvis llamó a tales incidentes “oportunidades para que todos recordemos que cada persona, desde el seno materno hasta la tumba, es un miembro de la familia humana y fue creada a imagen y semejanza de Dios”.
Ella animó a todos a incluir la justicia racial en su testimonio pro-vida. Las iniciativas pueden ir desde orar por esta intención en familia o formar un comité parroquial para abordar la vigilancia “haciendo énfasis en la dignidad humana”, dijo ella.
El evangelista católico Ryan O’Hara, que vive cerca de Minneapolis, describió cómo él y su esposa llevaron alimentos al vecindario de George Floyd después de que las tiendas fueron saqueadas.
“Nosotros llevamos alimentos, pero lo que obtuvimos fueron relaciones, relaciones que perduran hasta el día de hoy”, dice él.
A través de una conversación casual con una mujer que estaba a cargo de un puesto de fuegos artificiales, ellos se enteraron de que su familia vivía en un automóvil. Los O'Hara reunieron a varios amigos suyos para ayudarlos.
“El hecho de ayudar a esta madre en el esfuerzo que ella hace para ayudar a su familia a recuperarse, ha unido a nuestras familias”, dijo.
Él animó a todos a practicar la “hospitalidad radical”.
Entre los demás oradores programados para este año se encontró Karen Gaffney, promotora de la ayuda a personas con discapacidades, así como también Damon y Melanie Owens, que imparten cursos sobre Teología del cuerpo y Planificación familiar natural, y que hablaron abiertamente sobre las dificultades que enfrentaron el año pasado los matrimonios durante el encierro causado por el COVID-19.
El beneficiario de este año de una subvención de $ 10,000 otorgada por OneLife LA, fue Harvest Home. Ese programa de asistencia local pro-vida ayuda a las mujeres embarazadas sin hogar, ofreciéndoles de todo, desde refugio y atención prenatal, hasta educación, habilidades laborales, cuidado de sus niños y artículos para bebés. En Los Ángeles existen unas 5,000 mujeres embarazadas sin hogar. Aproximadamente la mitad de las 70 camas disponibles para ellas pertenecen a Harvest Home.
“Nuestro objetivo no es solamente proporcionarles vivienda, sino asociarnos a largo plazo con una familia en lo que ellas trabajan para conseguir una vivienda, dijo Sarah Wilson, directora ejecutiva.
Habrá un enlace disponible para donar a Harvest Home en www.OneLifeLA.org, hasta el 30 de enero.
Después de OneLife LA, el Arzobispo Gómez presidió la 26ª misa anual de Réquiem por los niños no nacidos. La homilía estuvo a cargo del Obispo auxiliar, Robert Barron.
La gran cantidad de abortos, dijo, es la razón por la cual el aborto se considera “preeminente” entre las muchas amenazas a la vida que enfrenta la Iglesia. Citó los 800,000 abortos que tuvieron lugar el año pasado, en Estados Unidos.
El Obispo alentó a los católicos a ser como el profeta Jonás, a quien Dios llamó a predicar a una sociedad endurecida y cruel, una sociedad que finalmente se arrepintió.
“Aceptamos con gusto la desalentadora misión que Dios nos ha encomendado de ir a Nínive y predicar el arrepentimiento, en buena o mala temporada, cuando nos amen por ello y cuando nos odien por ello, a pesar de las burlas y el desánimo, cuando los vientos políticos soplen a nuestro favor o en contra”, dijo el obispo Barron.
“Luchamos por la vida. Porque no hay límite para lo que Dios puede lograr a través de nosotros cuando nos rendimos a su voluntad y propósito”.