El Avivamiento Eucarístico Nacional de tres años concluyó en Los Ángeles el Domingo de Corpus Christi con un llamado a "convertirse en misioneros eucarísticos" y a conducir a otros de regreso a la fe católica, durante una celebración que se redujo debido a la tensión generada por recientes redadas migratorias.
"El Avivamiento Eucarístico no termina hoy, sino que continúa en cada uno de nosotros, en ti y en mí", dijo el arzobispo José H. Gomez durante la homilía de la Misa del 22 de junio, que reunió a más de tres mil personas en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en un día veraniego y perfecto en el sur de California.
La Misa, junto con la procesión posterior, marcó el cierre oficial de la Peregrinación Eucarística Nacional 2025, que recorrió más de 3,000 millas en diez estados de EE.UU., desde Indianápolis hasta Los Ángeles, sirviendo como el acto final del avivamiento.
El fin de semana de clausura en Los Ángeles incluyó paradas en dos comunidades afectadas por incendios forestales en enero de 2025 —Altadena y Pacific Palisades—, así como en dos misiones fundadas por San Junípero Serra: San Buenaventura y San Gabriel.
Los planes de realizar un festival después de la Misa y una procesión por el centro de Los Ángeles fueron cancelados días antes debido a la inquietud causada por redadas masivas contra inmigrantes indocumentados. Sin embargo, al final de una procesión acortada dentro de la Plaza de la Catedral, el arzobispo Gomez salió brevemente a la calle Temple con la custodia del Santísimo Sacramento y bendijo a la ciudad de Los Ángeles.
El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José H. Gómez, bendice la ciudad con una custodia tras una Misa por la festividad del Corpus Christi en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles de Los Ángeles el 22 de junio de 2025, durante la Peregrinación Eucarística Nacional. (Foto OSV News/Bob Roller)
Ese momento fue un clímax apropiado para un evento marcado por la oración silenciosa, cantos vibrantes y un entusiasmo misionero evidente entre familias jóvenes, religiosas sonrientes y peregrinos —todos respondiendo al llamado del arzobispo Gomez durante su homilía.
"Jesús cuenta con nosotros para traer a las personas de regreso a la Iglesia, de regreso a la Misa", dijo el arzobispo. "Nunca podemos acercarnos al altar sin querer traer a otros con nosotros, para que conozcan el amor que nosotros conocemos. ¡Así que seamos valientes por Jesús!"
La Misa fue presidida por el nuncio apostólico en EE.UU., el cardenal Christophe Pierre, y concelebrada por diez obispos y más de 30 sacerdotes. En sus palabras iniciales, Pierre relató que, durante una visita reciente a Roma, le dijo al Papa León XIV que viajaría a Los Ángeles para esta ocasión.
"El Santo Padre me pidió que los saludara de una manera muy especial, y eso hago", dijo Pierre, añadiendo que el Papa estaba al tanto de las muchas peregrinaciones celebradas a lo largo del Avivamiento Eucarístico Nacional.
Pierre explicó que la fiesta de Corpus Christi celebra el poder de la Eucaristía para transformar a las personas en "la presencia de Dios", incluso en sus hogares, escuelas y en la vida política.
"La Iglesia somos nosotros, porque recibimos el cuerpo de Cristo", dijo Pierre. "Esta es la buena noticia de nuestra fe: que somos la Iglesia, que la Iglesia es la presencia de Dios en América".
El tono esperanzador de la celebración contrastó con los titulares preocupantes del fin de semana, entre ellos el bombardeo de tres instalaciones nucleares en Irán por parte de aviones estadounidenses, y la continuación de redadas por parte de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) en el sur de California, dirigidas a latinos sospechosos de no tener estatus legal.
Una intención leída durante la Oración de los Fieles pidió "sanación y restauración, especialmente para todas las personas y comunidades afectadas por incendios forestales, y para quienes viven con temor ante los disturbios y la separación de familias".
El cardenal Christophe Pierre, nuncio papal en Estados Unidos, y el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, llegan para concelebrar una misa por la festividad del Corpus Christi en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles de Los Ángeles el 22 de junio de 2025, durante la Peregrinación Eucarística Nacional. (Foto OSV News/Bob Roller)
Marianne Dyogi, residente de Carson, asistió con su esposo Gary y sus cinco hijos. Describió la Misa y la procesión como "un evento lleno de esperanza" en medio de "un tiempo muy oscuro" marcado no solo por la guerra y la incertidumbre, sino también por la creciente crisis de salud mental y "mucha fractura en las familias y matrimonios" de la sociedad.
"La gente no sabe si las cosas van a mejorar y están muy nerviosos por lo que viene", dijo Marianne, quien había asistido al Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis el verano anterior, y quería dar a su familia un "pequeño sabor" de lo que vivió.
"Están pasando muchas cosas, pero trajimos a nuestros hijos porque su fe es muy poderosa. Sus oraciones tienen efecto."
Después de escuchar sobre el avivamiento durante los últimos tres años, Isaac Martínez no pudo resistir la oportunidad de participar en su final. Así que el domingo, se subió al auto con su madre y manejó más de dos horas desde Delano, en el Valle de San Joaquín de California.
"Queríamos ser parte de algo grande", dijo Martínez. "La Eucaristía es el centro de nuestra fe, así que este es un lugar importante para estar".
Al concluir la Misa, miembros de los Caballeros de Colón, así como damas y caballeros de la Orden de Malta y del Santo Sepulcro, encabezaron la procesión fuera de la Catedral, seguidos por religiosas y clérigos de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
Mientras una brisa fresca recorría la Plaza de la Catedral, la procesión avanzó por el jardín norte al son del himno "Oh sagrado banquete, oh sacramento divino", guiado por un coro. Pasaron por la columnata norte de la plaza, que da al tramo de la autopista 101 donde, dos semanas antes, se habían producido enfrentamientos entre manifestantes y la policía durante los primeros días de las redadas migratorias de junio.
Antes de que el arzobispo Gomez y los demás obispos llegaran a la calle Temple para bendecir la ciudad, la procesión se detuvo en tres altares de oración dentro de la plaza. Allí, la multitud se arrodilló para rezar y cantar ante el Santísimo Sacramento.
Luego, los fieles regresaron al interior de la Catedral para un último momento de adoración eucarística y bendición. El obispo Andrew H. Cozzens, de Crookston, Minnesota —principal organizador del Avivamiento Eucarístico Nacional— tomó la palabra para agradecer a todos los patrocinadores y colaboradores de la iniciativa trienal. Entre ellos se encontraba el arzobispo Gomez, quien dirigió la etapa de planificación del avivamiento como presidente de la Conferencia Episcopal de EE.UU. entre 2019 y 2022.
Cozzens, también presidente de la Junta del Congreso Eucarístico Nacional, agradeció a "todas las personas en este país que, en lo profundo de sus corazones, han sentido el ardiente amor del corazón de Jesús que fluye de la Eucaristía y han respondido a Él".
"Realmente nos han ayudado a terminar este avivamiento como una peregrinación de esperanza", les dijo.
Pero antes de que todos regresaran a casa, la última palabra fue para el arzobispo Gomez.
"Han sido tres años maravillosos, un día maravilloso hoy, pero esto no ha terminado", dijo con una sonrisa, provocando algunas risas. "Nosotros somos la continuación de este hermoso regalo de la presencia de Jesús en la Eucaristía".
