Salma Parra, de 16 años, feligresa de la parroquia San Juan María Vianney en Hacienda Heights y ganadora del concurso de canto de las Mañanitas, posa con el arzobispo José H. Gomez durante el evento por Nuestra Señora de Guadalupe el 11 de diciembre en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. (Reese Cuevas)
Para Salma Parra, de 16 años, su oportunidad —su chance, su posible camino hacia el estrellato como cantante— estaba esperando en algún lugar de la bandeja de entrada del correo electrónico de su mamá.
Y allí se quedó. Y se quedó. Y se quedó.
Cuando Parra finalmente vio el correo, felicitándola por haber ganado el primer concurso de canto de la Arquidiócesis de Los Ángeles para cantar las Mañanitas a Nuestra Señora de Guadalupe, se sintió eufórica.
“Estaba muy, muy emocionada, pero también muy nerviosa, porque quería asegurarme de que no perdiéramos la oportunidad”, dijo Parra, residente de Puente Hills y feligresa de la parroquia San Juan María Vianney en Hacienda Heights.
Parra ganó el concurso arquidiocesano entre decenas de participantes, lo que le valió un lugar en el elenco de cantantes de la celebración anual de las Mañanitas a Nuestra Señora de Guadalupe, realizada el 11 de diciembre en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Entre los otros artistas estuvieron Los Primos del Este, Jacky Ibarra, Delilah, Fabio Capri, Chelo y Yesenia Flores, y Mariachi Ángeles.
El evento anual honra a Nuestra Señora de Guadalupe en la víspera de su fiesta con un animado homenaje que incluye cantantes, música, baile, comida y momentos de oración, culminando con una Misa de medianoche celebrada por el arzobispo José H. Gomez.
Cuando llegó su turno de cantar, Parra —vestida con un vestido rosa y blanco— avanzó hasta colocarse frente a las imágenes peregrinas de Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego en el altar de la catedral, y cantó dos canciones acompañada por mariachis: “Amor eterno” y “Te lo pido por favor”.
Parra recordó que cuando era pequeña asistía al evento de las Mañanitas junto a su abuela, pero cantar en la celebración fue su primera vez de regreso en muchos años.
De hecho, tiene mucho que agradecerles a sus abuelas por haberla ayudado a llegar hasta aquí.
Una de ellas trabaja en uno de los cementerios católicos de la arquidiócesis y vio un volante anunciando el concurso de canto. Se lo envió a Parra, quien decidió audicionar a pesar de no haber cantado nunca ninguna de las canciones preseleccionadas. Le tomó alrededor de cuatro días aprender la canción de la audición, “Paloma blanca”: primero el ritmo y la melodía, luego la letra y finalmente encontrar la emoción adecuada.
“Fue una buena experiencia, tener que aprender algo sobre la marcha y en un tiempo determinado”, dijo Parra. “Es una buena práctica”.
Otra de sus abuelas, que falleció hace algunos años, fue quien le transmitió su devoción a Nuestra Señora de Guadalupe.
“Era la favorita de mi abuela desde que yo era muy chica”, contó Parra. “Ella me inculcó eso, que es la Virgencita. La amamos. Le rezamos. Y el amor que mi abuela sentía por ella, especialmente ahora que ya no está con nosotros, es algo que puedo encontrar a través de la Virgencita, sin duda, como una forma de recordar a mi abuela”.
En el futuro, le gustaría ser cantante profesional. Algunos de sus artistas favoritos son Juan Gabriel y Rocío Dúrcal, y entre las canciones que le gustan se encuentran “Los laureles” y “La farsante”.
¿Hay una carrera musical en su futuro? Solo Dios lo sabe, dijo Parra.
“Las cosas que Él pone en mi camino, ya sean buenas o malas, las hace por una razón”, afirmó. “Sé que todo esto es parte de mi camino. Todo lo que me está dando —las oportunidades, las dificultades, los desafíos— me va a ayudar a formarme como la persona que voy a ser en el futuro. Y estoy muy emocionada por ver hasta dónde me puede llevar este camino”.