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Fuego, IA y fe: claves del C3 Conference 2025 en LA

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Cuando Pete Mauro vio arder su comunidad de Altadena durante el incendio Eaton en enero, sintió la ansiedad que muchos de sus vecinos estaban experimentando. ¿Sus casas estaban bien? ¿Se habían quemado? ¿Cuándo podrían regresar?

Con su experiencia tecnológica, Mauro y otros voluntarios crearon AltadenaRising.org, un sitio que capturó unas 25,000 fotos de viviendas tras el incendio, permitiendo a los residentes ver el estado de sus hogares. Más adelante, el sitio se convirtió en un espacio para compartir historias, fotos y recuerdos.

“La idea era dejar un tributo: a la casa de un amigo, a tu restaurante favorito que se quemó o a un sendero que solías recorrer”, explicó Mauro. “Y a través de ese proceso, comenzar a sanar y también crear un registro.”

Mauro fue el orador principal del C3 Conference, un evento anual de dos días que reúne a cientos de educadores, catequistas y líderes pastorales de la Arquidiócesis de Los Ángeles para explorar herramientas tecnológicas y cómo aplicarlas en la educación católica.

La hermana Nancy Usselmann, FSP, directora de Pauline Media Studies, enseña durante la sesión “Desintoxica tu cerebro y tu alma: al estilo católico”. (Mike Cisneros)

Para los organizadores de C3, enero suele ser el mes clave de planificación. Pero este año, los incendios en el sur de California obligaron a cambiar el enfoque. Por eso, invitar a un residente de Altadena que usó la tecnología para inspirar sanación fue un símbolo potente.

“Cualquiera puede dar un pequeño paso que genere un efecto dominó”, dijo Mauro. “Tal vez tienes una superhabilidad, y dar ese paso puede tener un impacto que ni imaginas.”

Ese “paso adelante” es precisamente el objetivo del congreso, explicó Paul Hernández, gerente del proyecto C3. El lema de este año fue “Navegando hacia adelante”.

“Hoy también navegamos en línea, pero navegar implica tener un objetivo, superar retos”, dijo el obispo auxiliar Brian Nunes en la oración de apertura.

En esta edición, la inteligencia artificial (IA) fue uno de los temas más importantes, fruto de tres años de trabajo. “No le tenemos miedo, y ese es el avance”, señaló Hernández. “La IA no ha cambiado, pero la gente empieza a entenderla. Nuestro enfoque es: comprendamos qué es y cómo usarla como herramienta sin temor.”

Más de 20 de los 150 talleres (en inglés y español) incluían “IA” en su título, mientras que otros abordaban directamente el futuro de esta tecnología.

Antonio Abner, profesor de séptimo curso en la escuela St. Joseph de La Puente, asistía por segunda vez a la Conferencia C3. (Mike Cisneros)

Meaghan Crowley-Sullivan y Amy Gross, del Instituto iDEAL de la Universidad Loyola Marymount, ofrecieron talleres sobre el enfoque católico de la IA. “Queremos promover una IA al servicio de los demás, del aprendizaje, del bien común”, dijo Crowley-Sullivan. “También motivamos a los estudiantes a pensar críticamente: ¿cómo decide la IA?, ¿a quién beneficia?, ¿a quién podría dañar?, ¿qué es la verdad en este nuevo mundo?”

“Como educadores católicos, debemos formar discípulos digitales”, añadió Gross.

Isamar Ramos, docente en la escuela Our Mother of Good Counsel en Los Feliz, agradeció estos espacios. “Es emocionante, pero también da miedo. Hay mucho debate sobre si la escuela prepara o no para el mundo real. Yo quiero ser ese puente, pero tengo que ser proactiva.”

También hubo sesiones sobre herramientas digitales, impresión 3D, eSports y Google. Una de las más comentadas fue la de la hermana Nancy Usselmann, FSP, titulada “Desintoxica tu cerebro y tu alma: al estilo católico”.

“La Iglesia siempre ha visto la tecnología como un don de Dios”, dijo Usselmann. “No son males en sí. Pero debemos preguntarnos: ¿qué hacemos con ella y por qué? ¿Qué lugar ocupa en nuestra vida y qué está desplazando?”

Antonio Abner, maestro de séptimo grado en St. Joseph School en La Puente, reflexionó sobre el reto que implica para los niños de 12 o 13 años manejarse en el entorno digital. “Muchos están en internet desde los 3 años. Van más adelantados que yo, pero necesitan aprender a usar la tecnología de manera segura y responsable.”

Para Hernández, el mayor logro del congreso es traducir conceptos complejos en herramientas prácticas. “Lo difícil es abordar un tema tan amplio como la tecnología y convertirlo en recursos útiles, con explicaciones claras. Queremos que los participantes puedan aplicar lo aprendido al día siguiente —o incluso en el camino de regreso a casa.”

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Mike Cisneros