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Mientras los ojos del mundo estaban puestos en Roma, 40 diáconos y sus esposas de la Arquidiócesis de Los Ángeles se vieron envueltos en cambios de último momento en la planificación del Vaticano durante su peregrinación.

La peregrinación de los diáconos, del 18 de febrero al 1 de marzo, con motivo del Jubileo de los Diáconos en Roma, incluyó visitas a Asís, Siena, Florencia y Milán. Sin embargo, mientras estaban en Roma, en lugar de orar con el papa Francisco, se encontraron orando por él en una Misa Jubilar especial el 22 de febrero, junto a 2,500 diáconos de todo el mundo en la Basílica de San Pedro.

El arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, presidió la Misa y pronunció la homilía que había sido preparada por Francisco. La celebración incluyó una procesión especial a través de la Puerta Santa de la basílica.

El diácono Don Huntley dirige la oración del mediodía en una sesión jubilar para diáconos el 21 de febrero en la Iglesia de San Gregorio VII en Roma. (Padre Parker Sandoval)

"Lo asombroso para todos es ver que, a pesar de la enfermedad del papa, la vida y la misión de la Iglesia continúan, incluso en Roma", dijo el padre Parker Sandoval, uno de los sacerdotes capellanes de la peregrinación.

Mientras Francisco recibía tratamiento por una neumonía doble y una "infección polimicrobiana" el viernes 21 de febrero, los diáconos de Los Ángeles participaron en una sesión especial de catequesis en la Iglesia de San Gregorio VII en Roma. En el encuentro, el diácono Don Huntley, de la parroquia Our Lady of the Assumption en Ventura, dirigió la oración del mediodía, mientras que el diácono Frank González, asistente regional del obispo auxiliar Marc V. Trudeau, compartió su testimonio.

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Pablo Kay
Pablo Kay es el redactor en jefe de Angelus.