Por primera vez en cinco meses, las iglesias del condado de Los Ángeles podrán reabrir sus puertas para acoger celebraciones en interiores, siguiendo las pautas modificadas de seguridad contra el COVID-19, anunciadas el sábado.
El cambio en el protocolo del Departamento de Salud Pública del condado (DPH, por sus siglas en inglés) permite ahora “celebraciones de fe” tanto en interiores como en exteriores, siempre y cuando se cumpla con los requisitos de distanciamiento social y el uso de cubre bocas, poniendo así esencialmente fin a la prohibición de tener reuniones religiosas en interiores, en vigor desde julio de 2020.
El condado dijo que estaba actualizando sus lineamientos con el fin “acoplarse a las recientes indicaciones dadas por la Corte Suprema con respecto a los lugares de culto”, presumiblemente la sentencia 5-4 de la Corte, del mes pasado, que levanta las restricciones concernientes a los lugares de culto en algunas partes de Brooklyn e impuestas por el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, así como también varias decisiones similares que se implementaron a raíz de ello.
Las regulaciones modificadas del funcionario de salud no limitan la asistencia a un cierto número o porcentaje de personas, sino que más bien exigen que la asistencia al culto religioso “no exceda la cantidad de personas que pueden ser acomodadas, manteniendo una distancia física de seis pies entre los integrantes de un hogar y los de otro”.
Los protocolos actualizados son en realidad menos restrictivos que los que se requirieron para las iglesias durante las pocas semanas que el condado de Los Ángeles permitió los servicios religiosos públicos en interiores, a principios del verano. Esas restricciones limitaban la asistencia en interiores a 100 personas o al 25% de la capacidad de un lugar de culto, lo que fuera menor.
“Estamos agradecidos de que el condado haya reconocido la importancia de los servicios religiosos y de los esfuerzos por garantizar que nuestros feligreses puedan rendirle culto a Dios de manera segura en nuestras parroquias. Actualmente estamos evaluando la actualización de las reglas y proporcionaremos orientaciones adicionales durante los próximos días”, dijo la Arquidiócesis de Los Ángeles en un comunicado el 20 de diciembre y en respuesta a esa notificación.
A pesar del nuevo permiso, el DPH enfatizó que “recomienda vivamente” que los sitios de culto continúen sus servicios al aire libre al encontrarnos ante un “aumento sin precedentes de los casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19” ocurridos en el condado durante este mes.
“Es fundamental realizar todos los esfuerzos posibles para prevenir la propagación del COVID-19 entre los feligreses y en toda la comunidad”, decía la regulación modificada del 19 de diciembre.
Este anuncio se dio en diciembre, al estarse registrando en el condado de Los Ángeles el mayor número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 desde que empezó la pandemia, a principios de 2020.
Nota del editor: esta es una historia en desarrollo y se actualizará a medida que haya más detalles disponibles.