A poco más de un año del inicio de la pandemia del coronavirus COVID-19, y si bien algunos países han comenzado el proceso de vacunación, sigue siendo elemental el cuidado y atención a las medidas sanitarias y de higiene para frenar los contagios.
En ese contexto, quizás muchas personas ya puedan asistir a una iglesia, vivir un retiro espiritual o la Santa Misa; pero para quienes aún no pueden hacerlo traemos cinco ideas para poder tener una buena preparación y llevar la Cuaresma desde el hogar.
1. Practicar obras de misericordia espirituales y la caridad
Muchas personas vulnerables siguen necesitando ayuda para desarrollar sus actividades cotidianas, por ese motivo una buena forma de practicar las obras de misericordia puede ser ayudar a los ancianos a comprar sus alimentos y medicinas, o aportar económicamente a un comedor social de la comunidad o del barrio.
Otros países como Chile, dedican y alientan a vivir una “Cuaresma de Fraternidad” apoyando los distintos proyectos sociales y culturales con enfoque en los migrantes.
Además, se pueden practicar las obras de misericordia espirituales con la familia o con los vecinos más cercanos, conversando con ellos, dándoles consejo y animándolos en este periodo difícil.
2. Santa Misa y Adoración Eucarística online
Muchas comunidades parroquiales y diócesis han realizado enormes esfuerzos por habilitar las tecnologías de la comunicación a sus actividades habituales, dando la posibilidad a los fieles de escuchar el Evangelio desde su hogar.
Hoy se puede seguir la transmisión online de las Misas, la Adoración Eucarística y otras actividades organizadas especialmente para esta Cuaresma, como por ejemplo la propuesta del Santuario de Nuestra Señora de Luján en Argentina.
3. Guías y recursos para cada día
Para este tiempo de Cuaresma también se han elaborado distintos recursos que permitirán alimentar el espíritu, practicar el ayuno y la oración y profundizar la fe.
Uno de ellos es el “Cuaresmario 2021” un calendario con 40 desafíos diarios para vivir un “camino de conversión, oración y caridad”, elaborado por el proyecto Católicos con Acción.
También la organización Juan Diego Network, lanzó siete retos para que los católicos puedan “adentrarse en su fe e ir caminando día a día hacia ser una persona más plena en la Pascua”.
De otro lado, la Diócesis de Lurín (Perú), publicó un subsidio para que todas las familias que no puedan asistir a los templos por las restricciones del COVID-19, se unan y vivan la Cuaresma y Semana Santa con liturgias preparadas para cada día.
El subsidio también cuenta con el ejercicio del Vía Crucis con las meditaciones de San Alfonso María Ligorio.
También, la Arquidiócesis de Montevideo (Uruguay) elaboró una guía para la preparación espiritual diaria en este tiempo de Cuaresma sobre la base del Evangelio de San Marcos.
Además, las redes sociales de los sacerdotes y obispos son una fuente de ayuda, como los videos del Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla.
4. Compartir una experiencia online en familia
En este tiempo se pueden estrechar lazos con los distintos miembros de la familia invitándolos a participar de distintas experiencias en vivo y online que ayudarán en el diálogo y la formación en la fe.
Una de ellas es la peregrinación y retiro virtual gratuito desde Tierra Santa para recorrer diversos lugares santos por los que pasó Jesucristo, organizado por el Centro Magdala, con sede en la tierra de Santa María Magdalena en Israel.
También pueden disfrutar de la plataforma de contenido audiovisual familiar “FAMIPLAY” que ofrece para España una suscripción gratuita durante una semana, una iniciativa que puede aprovecharse para ver cine y series con valores.
5. Fortalecer la devoción a la Virgen María
Puede iniciar en familia el rezo del Ángelus o el Santo Rosario como una forma de acercarse y abandonarse en los brazos maternales de la Virgen María.
En el Angelus del pasado 21 de febrero, el Papa Francisco dijo que en tiempo de Cuaresma, el Espíritu Santo nos “empuja” a “entrar en el desierto”, que “no se trata -como hemos visto- de un lugar físico, sino de una dimensión existencial en la que hacer silencio y ponernos a la escucha de la palabra de Dios, para que se cumpla en nosotros la verdadera conversión”.
“No tengan miedo al desierto, busquen momentos de más oración, de silencio, para entrar en si mismos, no tengan miedo”, alentó el Papa, e invitó a encomendarse “a la intercesión maternal de la Virgen María”.