Es una gran pérdida para la humanidad que las obras de J.R.R. Tolkien se hayan convertido en una franquicia cinematográfica, como «Star Wars» o el Universo Marvel. Sí, las películas y adaptaciones televisivas de los últimos años han introducido a nuevas generaciones en las obras del maestro, pero el daño ha sido enorme: Tolkien es una de las mentes artísticas más sutiles, profundas e infravaloradas del siglo XX y, sin embargo, gran parte de su genio -y de su arte- se ha perdido en las recientes adaptaciones.
Pero no hay vuelta atrás, así que mejor seguir observando, sobre todo cuando los resultados son agradables, como en la nueva película de animación «La guerra de los Rohirrim», estrenada en cines el 13 de diciembre y ahora en streaming en Amazon y Google Play.
«Rohirrim» está ambientada en una guerra civil, lo que resulta irónico y apropiado dada la guerra civil que se está librando por los derechos cinematográficos de las historias del maestro británico.
Las primeras adaptaciones de «El Señor de los Anillos» eran proyectos animados con aspiraciones reducidas, influidos aún por la idea errónea de que Tolkien era ante todo un autor infantil. Luego llegaron las ambiciosas trilogías de Peter Jackson de principios de la década de 2000 («El Señor de los Anillos» y «El Hobbit»), que subieron la apuesta.
Amazon intervino con «Los anillos del poder» (2022), una precuela televisiva de «El Señor de los Anillos» que no gustó a nadie. Visualmente impresionante, pero con un guión deficiente, parecía tan vacía y sin vida como los fantasmales Espectros del Anillo de «El Señor de los Anillos».
De las tres obras más importantes de la carrera literaria de Tolkien, dos - «El Hobbit» y «El Señor de los Anillos»- le reportaron fama y éxito en todo el mundo. Pero la obra de su vida, que empezó a escribir en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, fue «El Silmarillion», que abarca la creación y las primeras épocas del mundo fantástico de Tolkien. Nunca llegó a completarlo, y su hijo Christopher publicó una versión editada de forma póstuma en 1977.
El patrimonio de Tolkien aún no ha cedido los derechos de «El Silmarillion». Con el tiempo, Peter Jackson o Jeff Bezos, de Amazon, se convertirán en los amos de «El Silmarillion», y un nuevo Señor Oscuro gobernará sobre todos los fans de Tolkien.
Mientras tanto, los dos grupos creativos trabajan en proyectos separados que rellenan los huecos entre los libros, basándose principalmente en los apéndices de «El Señor de los Anillos». Mientras que la serie de Amazon tiene lugar en el vasto intervalo entre «El Silmarillion» y «El Hobbit», «La guerra de los Rohirrim» está producida por Peter Jackson y ambientada unos 200 años antes de «El Señor de los Anillos».
Aquí hay grandes novedades: «La guerra de los Rohirrim» no es una simple película de animación, sino un “anime” dirigido por el japonés Kenji Kamiyama y realizado al estilo de las series y películas de animación japonesas. Al público le encantará o lo odiará, y a mí me pareció refrescante: los dibujos atrevidos y ambiciosos deleitan la imaginación y dan nueva vida a la estética visual de la película.
A diferencia de las principales obras cinematográficas basadas en Tolkien, en «La guerra de los Rohirrim» no hay ninguna conexión con Sauron o sus designios. Se trata de un relato sobre la lucha por el poder entre los señores de los Rohirrim, una tribu de guerreros a caballo que habitan una región de la Tierra Media, espoleada por el asesinato involuntario por parte de Helm Cabeza de Martillo de una de sus lugartenientes, la malvada Freca, lo que lanza al hijo de ésta (Lobo) a la búsqueda de venganza.
Los personajes femeninos son muy importantes en el mundo de Tolkien (especialmente en «El Silmarillion»), pero su papel en «El Señor de los Anillos» es secundario. «La guerra de los Rohirrim» intenta restablecer el equilibrio con una protagonista femenina, la hija del rey, Hera. Afortunadamente, su personaje es mucho más complejo que el de una princesa Disney que intenta desmantelar los roles tradicionales de género.
Hera es feroz, valiente y libre. Rechaza el matrimonio desde el principio, pero no con la intención de ocupar el lugar de los hombres en la guerra o la política. Su misión es más vocacional que aspiracional: hace lo que le exigen las circunstancias, no lo que anhela en secreto.
Es un ser de tipo espiritual. En la primera escena de la película, conversa con águilas, criaturas directamente vinculadas en el mundo de Tolkien a los ángeles Valar (arcángeles que participan en la creación del mundo).
La comunión de Hera con las águilas sugiere una inclinación hacia lo espiritual, que se reafirma en la elección radical que toma al final de la película. La trama parece influida por las historias de santas de la Edad Media anglosajona, a las que se ofrecía en matrimonio a príncipes bárbaros a cambio de paz, pero que rechazaban para seguir una vocación monástica.
En «Rohirrim», las conexiones con los libros de Tolkien son más temáticas que argumentales (a diferencia de la serie de Amazon).
Como ejemplo, «Rohirrim» hace hincapié en la insistencia de Tolkien en la esperanza más allá de la esperanza. En el mundo del autor, el verdadero heroísmo no consistía tanto en abundar en valor, fuerza o ingenio, sino en la capacidad de no perder la esperanza en las circunstancias más desesperadas.
En el centro de «La Guerra de los Rohirrim» hay una larga lucha en la fortaleza del Abismo de Helm, una secuencia que recuerda a un episodio importante de «El Señor de los Anillos». En esta lucha desesperada, la esperanza ciega de Hera, fundada en la persuasión de que un poder bueno actúa en el mundo y no dejará que prevalezca el mal, es la razón de su éxito.
También es similar a «El Señor de los Anillos» la idea de que el mal no puede ser vencido por una fuerza, sino por los que tienen menos probabilidades de éxito: los aparentemente débiles y humildes. La historia de Hera anticipa el papel desempeñado por la princesa rohirrim Éowyn, una de sus descendientes que inesperadamente consigue matar a uno de los Espectros del Anillo en «El Señor de los Anillos».
«La guerra de los Rohirrim» no es perfecta, pero es un paso en la dirección correcta. Esperemos (más allá de toda esperanza) que los nuevos proyectos del universo Jackson sigan el mismo camino.