CIUDAD DEL VATICANO -- Las lecturas del Evangelio en la Misa de noviembre, cuando está culminando el año litúrgico, invitan a los católicos a "reflexionar sobre los avatares de la historia y el fin de las cosas", no para asustarlos, sino para recordarles la promesa de Jesús de que "la agresión del mal no puede destruir la esperanza de quienes confían en Él", dijo el Papa León XIV.
"Hoy, en distintas partes del mundo, los cristianos sufren discriminaciones y persecuciones", dijo a unas 40.000 personas que se reunieron en la plaza de San Pedro el 16 de noviembre para recitar la oración del Ángelus.
"Pienso, en particular, a Bangladés, Nigeria, Mozambique, Sudán y otros países, de los cuales llegan muchas veces noticias de ataques a comunidades y lugares de culto", dijo el Santo Padre.
Aunque también influyen otros factores, la mayoría de los ataques han sido perpetrados por extremistas musulmanes.
Pero, dijo el Papa León, "¡Dios es un padre misericordioso y desea la paz entre todos sus hijos!".
El Papa también ofreció oraciones especiales por la comunidad cristiana de la provincia de Kivu del Norte, en el Congo. En la ciudad de Byambwe, a última hora del 14 de noviembre, miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas, un grupo leal al Estado Islámico, atacaron una clínica dirigida por las Hermanas de la Presentación, matando a 15 personas antes de robar medicamentos e incendiar la clínica. También fueron a casas cercanas, donde mataron a otras cinco personas, según informó Vatican News.
"Recemos para que cese cualquier violencia y que los creyentes colaboren por el bien común", dijo el Papa.
El Papa León también rezó por el fin de los ataques de Rusia contra ciudades ucranianas.
"Tales ataques causan víctimas y heridos, entre ellos también niños, e ingentes daños a las infraestructuras civiles, dejando las familias sin casa mientras el frio avanza", dijo. "No podemos habituarnos a la guerra y a la destrucción. Oremos juntos por una paz justa y estable en la torturada Ucrania".
Incluso en medio de conflictos, desastres y persecuciones, dijo el Papa León, "ante la indiferencia que quiere ignorarlas, las palabras de Jesús anuncian que la agresión del mal no puede destruir la esperanza de quienes confían en Él".
"Cuanto más oscura es la noche, más brilla la fe como el sol", dijo.
"La persecución de los cristianos, de hecho, no sólo se produce con armas y maltratos", dijo el Papa, "sino también con palabras, es decir, a través de la mentira y la manipulación ideológica".
"Sobre todo, cuando estamos oprimidos por estos males, físicos y morales", dijo el Papa León, "estamos llamados a dar testimonio de la verdad que salva al mundo, de la justicia que redime a los pueblos de la opresión, de la esperanza que indica a todos el camino de la paz".
